TRES PELÍCULAS PARA UNA "NUEVA NORMALIDAD"
Como sabemos que desde los medios apesebrados por el gobierno se nos recomienda a todas horas "que nos quedemos en casa" mientras dure el estado de alarma (la alternativa es salir a la calle con el bozal puesto y respirando CO2, idea magnífica que se les ha ocurrido a los mismos que van a prohibir el Diésel) y como el estado de alarma dura y dura, de quince días en quince días, se nos ha ocurrido que podíamos hacer algunas recomendaciones para aquellos de nuestros lectores que se consideren cinéfilos. Tal vez les sorprenda ver reflejados en estas películas sucesos que se parecen no poco a los que estamos padeciendo en la actualidad, y no se trata aquí, como pudiera pensarse, de las típicas superproducciones americanas de ciencia-ficción de corte apocalíptico, sobre pandemias y otros desastres, que de esas hay muchas y se pueden ver a diario en las cadenas generalistas. No, estas que vamos a mencionar aquí reflejan realidades mucho más profundas, como vamos a detallar a continuación.
EL PASADO: "LA HORA DE LOS VALIENTES"
Esta película dirigida por Antonio Mercero en 1998 es una rara avis dentro de la ingente cantidad de películas sobre la guerra civil producidas en España desde la Transición, porque se centra en el episodio del traslado de las obras del Museo del Prado para llevarlas a Valencia, donde había escapado el gobierno del Frente Popular mientras Madrid sufría el asedio de las tropas de Franco. También es muy particular el enfoque porque, además de poner a parir convenientemente a los "fascistas", lo que supone la norma en toda esta clase de películas, no ofrece tampoco un retrato demasiado favorecedor del mal llamado bando republicano. Asistimos a momentos como este en el que una brigadilla de milicianos irrumpe en un domicilio particular, como solían hacer en aquellos tiempos, para detener a un cura clandestino y a un profesor de arte que lo tenía escondido en su casa, con la intención de llevarlos a dar "el paseíllo". Porque estos alegres luchadores por la libertad, antecesores de los actuales antifas y podemonguers, se dedicaban a esta clase de cosas, a robar, a destruir obras de arte (como se puede ver en la escena de la película) y a asesinar con toda impunidad. Sólo por ver detalles tan realistas como estos merece la pena soportar a Gabino Diego haciendo un papel dramático.
Como anécdota curiosa señalar que durante el rodaje de esta escena en el madrileño Callejón de los Espejos, una pareja de ancianos que allí vivía sufrió una crisis de pánico, porque les hizo revivir un suceso parecido que se había producido en esa calle durante la Guerra Civil.
Los directores subvencionados de ahora ya no tienen lo que hay que tener para dar versiones tan valientes de lo que supuso la barbarie en la zona roja...
EL PRESENTE: "1984"
Excelente adaptación de la novela de Orwell para la televisión, realizada por la BBC en 1954 y dirigida por Rudolph Cartier basándose en un guión de Nigel Kneale. Mucho mejor, desde mi punto de vista, que la película en la que sale John Hurt de protagonista. En este caso el papel del protagonista Winston Smith lo interpreta el genial Peter Cushing, que además está acompañado en el reparto por otros magníficos actores británicos como André Morell o Yvonne Mitchell.
Esta película hay que verla enterita y las veces que haga falta, para despertar las neuronas de la gente en tiempos de disciplina social como los que estamos viviendo ahora. Sólo hay que sustituir las siglas del Ingsoc (socialismo inglés) por las de PSOE y la geta del Big Brother por la de Iglesias o Sánchez, y ya tenemos la realidad actual. La neolengua y el doblepensar (el lenguaje inclusivo y políticamente correcto), el crimental ("delito de odio" le llaman ahora), los dos minutos de odio (contra los "recortesdela derecha"), la desmemoria histórica, la vigilancia constante a través de las telepantallas, la liga anti-sexo de la teoría de género y las feministas de la tercera ola, el lavado de cerebro de la TV, etc. está ya todo ahí.
Resulta incomprensible como el personal sigue sin enterarse de nada. Claro prefieren leer sucedáneos malos como "V de vendetta" en lugar de preferir el original.
EL FUTURO: "SALÒ O LE 120 GIORNATE DI SODOMA"
Bueno, esta película seguro que hará las delicias de los miembros y miembras del gobierno, porque al fin y al cabo la dirigió en 1975 (anno domini) uno de los suyos, Pier Paolo Pasolini, militante comunista y por si fuera poco gran activista homosexual hasta el último suspiro. En la forma en la que retrata el fascismo hay no poca impronta edípica, ya que su propio padre había sido un destacado "camisa negra" en la época del Duce . El visionado de esta fantasía alegórica, supuestamente basada en la obra del Marqués de Sade y en los círculos infernales de la Divina Comedia, sólo es recomendable en el caso de aquellos que quieran vomitar a gusto, porque no es más que un pretexto que tuvo el autor para desarrollar sus fantasías pornográficas, coprofágicas y sadoanales... Y sin embargo, esta historieta guarda una siniestra correspondencia con el futuro que nos aguarda de seguir por esta senda las élites globalistas, que se complacen en someter a la gente a toda clase de abusos.
Cada día vemos como el poder en la sombra y los peleles que tiene a su disposición avanzan un poco más en la tarea de deshumanizar al personal, de reducirlo a la servidumbre más abyecta y de doblegarlo hasta que no quede en pie ni un solo átomo de dignidad que aniquilar. Aquí vamos a acabar igual, ya que no quedarán en la sociedad más ancianos improductivos, sólo jóvenes con la correa puesta y paseados por perversos potentados a los que podemos superponer sin mucho esfuerzo los rostros con expresión sádica y sonriente de Pedro Sánchez, Pablo Iglesias, Alberto Garzón o Irene Montero, los nuevos amos de la perrera (aunque los dueños de verdad sean otros, como ya sabemos). En la foto los esclavos no llevan bozal, pero a algunos les cortan la lengua o les hacen comer excrementos, que para el caso es lo mismo.
Qué paradoja que, a la postre, una burda pantomima antifascista sirva para retratar a la perfección a nuestros actuales dirigentes.Cosas veredes, amigo Sancho.
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