TRANSHUMANISMO
Tanta cháchara con el "transhumanismo", como si no fuera algo que se lleva implantando desde hace ya bastantes años en nuestras sociedades modernas. Sólo basta echar un vistazo al arte hegemónico desde las vanguardias de comienzos del siglo XX en adelante, para comprobar que poco a poco se ha ido imponiendo una concepción sin alma de las obras artísticas, hasta tal punto que en la actualidad es posible que una computadora haga "arte".
Lo de la zombificación tecnológica del personal y la adicción a las pantallas no es algo nuevo. ¿Cuántas décadas ha que se introdujo en el seno de nuestros hogares ese detestable aparato llamado la televisión? Ya va para unas cuantas generaciones que las "personas progenitoras" dejan que sus retoños pasen horas y horas enganchados a la caja tonta para que no den el coñazo y no tener que ocuparse de ellos.
Nada más transhumanista que los trabajos alienantes y estresantes, que transforman a la gente en robots y consumen todo el tiempo, generando psicosis y adicciones múltiples a sustancias de todo tipo (desde el café y el alcohol, a la cocaína, los somníferos y los ansiolíticos) para hacerlos algo llevaderos y menos insoportables. Aunque ahora con el teletrabajo el tema va a empeorar mucho más. O las guerras modernas, que cada vez se parecen más a los videojuegos con el protagonismo absoluto de la técnica, aunque los que siguen palmando sean personas muy humanas, de carne y hueso, y cada vez más civiles inocentes, sin oportunidad de defenderse cuando cae un misilazo en el tejado de su casa.
Transhumanismo es también cuando los hijos dejan aparcados a sus padres, cuando se hacen mayores, en esos horribles "centros geriátricos" (ya sólo el nombre produce terror) para que no den tanto la lata, y tratando de convencerles de que allí lo van a pasar mejor que en su casa, donde ya no se les necesita. Luego los vacunan y los eutanasizan, y asunto solucionado.
Transhumanista es también la industria abortera, que no podría existir ni ser tan próspera si no se hubiera transhumanizado antes y a fondo a las "personas menstruantes", lavándolas el cerebro para empoderarlas hasta que llegan a aborrecer la maternidad como un monstruoso incordio.
Así que Yubal Noah Harari, el gran filósofo de cabecera de Klaus Schwab y del Foro de Davos, no ha inventado nada nuevo, es algo que ya pusieron en marcha los de las élites financieras, la "Jerarquía" y las logias (como la Lucis Trust de la ONU) desde hace tiempo. Incluso lo de la dieta basura a base de carnes sintéticas e insectos a la que nos quieren obligar, lleva mucho tiempo introduciéndose en los supermercados sin que nos diéramos cuenta, con sus productos manipulados en laboratorios.
Lo que sí resulta paradójico que el tal Harari venga ahora a acusar de "extrema insensibilidad moral" a los que cuestionamos que el pasado 7 de octubre se produjera el mayor Holocausto que registra la Historia Mundial desde los tiempos de Hitler. El mismo Harari que hablaba de hackear a los seres humanos y de la "clase inútil", quiere despertar nuestra fibra sensible por el "antisemitismo" de los semitas de Hamás, para justificar el nuevo holocausto palestino que está llevando a cabo en estos momentos el Estado Hebreo. Claro que sí, con un par.
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