GRAFITEROS A MANSALVA
Detalle de Vítor salmantino |
Este
verano han vuelto a ser de triste actualidad las noticias
relacionadas con los grafiteros, que casi nunca son buenas, y con sus actividades delictivas y
antisociales. La gamberrada perpetrada en la catedral de Santiago por
un incombustible fan del grupo Kiss, demostrando el gusto depurado
que caracteriza a esta clase de gente, o las agresiones verbales e
incluso físicas que ha sufrido nuestra crítica de arte favorita, la
gran luchadora y reencarnación de la mítica heroina Malinche
Avelina
Lésper,
al enfrentarse dialécticamente con la mafia grafitera que anida en
Ciudad de México, son algunos ejemplos de que el tema está más
candente y al rojo vivo que nunca.
Una entrada muy recomendable para interpretar el auténtico significado que tiene hoy el fenómeno del grafiti es la que apuntamos a continuación: https://www.avelinalesper.com/2018/08/graffiti-complacencia-intelectual-y_11.html
Una entrada muy recomendable para interpretar el auténtico significado que tiene hoy el fenómeno del grafiti es la que apuntamos a continuación: https://www.avelinalesper.com/2018/08/graffiti-complacencia-intelectual-y_11.html
Esto
viene a coincidir con la ineptitud complaciente y habitual de
nuestros políticos que, lejos de agarrar al toro por los cuernos
como sería su obligación, y defender la cultura auténtica frente a esta clase de fenómenos que la devalúan y pervierten, están siempre dispuestos a halagar el
mal gusto de sus potenciales votantes. Como el "humanizador"
alcalde socialista de Vigo
don Abel Caballero,
que olvidó "humanizar" el paseo maritímo para albergar,
una vez más, ese infame evento de deportistas urbanos, raperos y
grafiteros conocido como "O Marisquiño", y que esta vez se
saldó (como era de esperar que sucedería algún día) con un cierre catastrófico... Tanto botaron los aficionados
al hip hop y tanta fue la resonancia del ruido ambiental que la
plataforma de madera del muelle se vino abajo, sepultando de paso también y para siempre, o
eso esperamos al menos, el crédito de tan fatuo y jactancioso
personaje...
Pero
vamos a cambiar de tercio, aunque sin por ello dejar de hablar de los
grafitis, porque al fin y al cabo este es un fenómeno bien antiguo,
que se remonta al menos al tiempo de los romanos. Antaño los
estudiantes también hacían sus grafitis, si bien respondiendo a un
significado diferente y con un mayor sentido estético. En España, y en
particular en Salamanca, los universitarios que se doctoraban solían
inscribir en los muros de la ciudad sus nombres, con un pigmento de
color bermejo y con esa tipografía de inspiración renacentista que ha pasado a ser
una seña de identidad para los salmantinos. Parece que era
costumbre, al menos hasta mediados del siglo XIX, que aquel que
lograba el título de doctor organizara una capea y un banquete al
que estaban convidados sus compañeros de curso, y después obtenía
el permiso de las autoridades para pintar su nombre con la sangre del
toro o con pigmento rojo de almagre, acompañado de un curioso
símbolo, el
vítor o
víctor;
la señal de la Victoria.
Empleo de la tipografía de los vítores para el comercio |
El
origen de este símbolo procede nada menos que del "crismón"
o laburum
que portaban en sus estandartes las tropas de Constantino
y
que hicieron huir aterrorizadas a las de su rival Majencio en la
Batalla del Puente Milvio (312 d. C.). Oswald Spengler en la Decadencia de Occidente ya puso de relieve la importancia que tuvo en ese triunfo el uso de los símbolos y de su función política, algo que volvería a repetirse en el siglo XX con los nazis y que ahora estamos observando con la sucesión de esteladas y lazos amarillos, por ejemplo. In
Hoc Signo Vinces,
"con este signo vencerás" fue el lema que condujo a este
emperador romano a la victoria sobre sus enemigos paganos; y este
mismo emblema o uno parecido a él era otorgado por la Universidad de Salamanca desde el siglo
XIV a los que se doctoraban en ella. Hay quien afirma, no obstante,
que los que inventaron el
laburum fueron
en realidad los iberos y que se deriva del
lauburu, esa
curiosa esvástica que todavía lucen es sus carteles del Aberri
Eguna los catetos nazis del PNV. Esa es al menos la curiosa teoría anotada
en su día por Monseñor Zacarías
de Vizcarra
en
su sorprendente y muy recomendable libro de 1939 "Vasconia
Españolísima",
el cura vasco que entre otras cosas acuñó el término Hispanidad que tanto usaría luego su paisano Ramiro de Maeztu.
Este
símbolo sería adoptado con el devenir del tiempo por
Francisco Franco cuando
en el 36 estableció su cuartel general en Salamanca, considerándolo
desde entonces como un emblema de su propia persona y del Movimiento
Nacional que él encabezaba. Aunque las versiones esotéricas apuntan
a que ya lo había hecho suyo años antes estando en Marruecos, y que
fue un experto en el ocultismo y la Kábala llamado Corintio
Haza quien
se lo sugirió, para utilizarlo como un talismán para protegerse de
las balas de los rifeños.
Curioso vítor del "viejo profesor", el sociata Tierno Galván |
El caso es que las paredes de la muy noble ciudad de Salamanca, construidas con la piedra franca de tono asalmonado, están repletas de este símbolo que muchos de esos obsesos ignorantes que tanto abundan a día de hoy considerarían "franquista", y que se repite a lo largo y ancho de la zona universitaria, concentrándose especialmente como un palimpsesto en el llamado Patio de las Escuelas presidido por la estatua de Fray Luis de León, enfrente justo de la fachada plateresca de la Universidad donde está la famosa calvera con el sapo... Un detalle muy charro e incluso, cabría decir, mexicano de la vieja ciudad de Salamanca. Pero esto sería tema ya para una entrada próxima.
Vítor inscrito por la Universidad salmantina como homenaje a los miembros de la familia imperial japonesa que la visitaron |
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