¡OJO CON LA LAGARTA!
Se cuenta que allá por los años ochenta sonaba en las radios de Hispanoamérica una sintonía parecida a la del "Comando G", destinada al público juvenil y tocada por un grupo que respondía al curioso nombre de Magia Celeste. Incluso se llegó a hacer un videoclip sobre ese tema, que se puede encontrar en YouTube en diferentes canales, por si alguno está interesado en verlo. En la letra de la canción se advertía sobre el próximo advenimiento de un "Nuevo Orden" en el que, "en nombre de la ciencia", se convertirá a los hombres en máquinas mediante la implantación de un microchip que los conectaría a una computadora central. El título de esa banda sonora era "Ojo con el 666", y pese al tufillo a elucubración evangélica al estilo de César Vidal que destilaba a primera vista, por sus devaneos con la Marca de la Bestia y todo eso, resultaba como muy premonitorio de lo que hoy pretenden los transhumanistas, y así lo afirman públicamente.
No cuesta mucho trabajo entender por qué esa plataforma de Internet no lo ha retirado, como sí ha hecho con muchos otros vídeos molestos, ya que al parecer algo tenía que ver la tonadilla con una secta apocalíptica llamada los Niños de Dios, de escabroso historial de abusos y "lavado de cerebro" (o al menos, eso es lo que se ha divulgado en los medios). Así, vinculando la cosa a grupos tan poco recomendables, se obtiene un excelente primado negativo, que sirve para descalificar a cualquiera que ose plantear alguna objeción a ciertos planes que, a todas luces, se han puesto en marcha y a todo gas en los últimos años, por parte de las "élites globalistas" de Davos y de Bruselas.
Tal vez sea una exageración absurda creer que mediante el implante de microchips o las antenas 5G se pueda llegar a dominar la voluntad de las masas aborregadas... aunque eso ya se haya conseguido en gran parte gracias a la TV y a los smartphones. Pero si combinamos la sustitución del cash por el dinero digital, la vacunación obligatoria y el pasaporte Covid, el crédito social y el registro de la huella de carbono, ya tenemos un sistema de control tan enorme por parte de las corporaciones, las entidades financieras y los gobiernos (que casi siempre están al servicio de los dos primeros) que hacen del todo innecesario que el señor Elon Musk nos convierta a todos en zombis cibernéticos. Las posibilidades de instaurar un régimen totalitario a nivel global, que dejaría chiquitos los experimentos del pasado siglo, son cada día más reales, gracias a las nuevas tecnologías.
Así que mucho ojito con la señora Lagarto, el señor SantaKlaus, el señor Musk, el señor Bill Puertas y compañía.
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