lunes, 17 de enero de 2022

 SE ACABÓ LA FIESTA, PRINGADOS

Las terroríficas navidades de Abel Caballero

Se apagaron las luces (las LED y las del entendimiento) y esto ha sido todo, amigos. Ahora a volver a la "nueva normalidad", a llevar el condón facial por la vía pública y en casa hasta para defecar, y a hacerse toda clase de test, nasales, orales y anales... A  chutarse con la enésima dosis para llevar la cartilla al día  y a seguir con la paranoia, hasta que la mafia globalista se saque de la chistera otra alarma de las suyas para mantenernos entretenidos y acongojados, mientras ellos van maniobrando sus reseteos y sus agendas 2030.

¿Qué va a ser lo próximo cuando el chollo del bicho de Wuhan se agote, si es que se agota? Pues sin duda volverán a darnos la matraca con el "cambio climático", porque, al fin y al cabo, resultan bastante previsibles estos nuestros amos del mundo, y el cerebro no les da para más. Por algo han invertido tantísimo dinero y medios  en ese tema y se han dedicado con denuedo en sembrar en las mentes con sus "primados negativos", usando las películas y las series de tv, para convencer a las nuevas generaciones de que el apocalipsis gretathunbergiano va a ser una cosa inminente. O eso o que mañana nos digan que nos invaden los marcianos, y que la culpa la tiene el heteropatriarcado, que también puede ser..
Basta echar un vistazo a los cielos (aunque la consigna de moda sea  la de "No mires arriba") para ver esas misteriosas estelas que se extienden como telas de araña por doquier. Dicen que nos están fumigando, con su tecnología HAARP o SURA, y yo me lo creo. Estoy dispuesto a creerme ya cualquier cosa, antes de tomarme en serio esas doctrinas que ahora nos quieren imponer sobre el CO2, el "calentamiento global" y el impacto antropogénico. Porque después de ver como la masa de borregos se ha dejado engañar por los gobiernos y sus medios de manipulación masiva con el tema de la Plandemia y las kakunas  que no están sirviendo para nada (salvo para meterse más mierda aun en el cuerpo) ya cualquier cosa es posible.
 Y una de dos: o bien se les sigue el juego a todos estos ceporros, y se les da la razón como a los locos; o se les planta cara de una puñetera vez, aunque haya que realizar un sacrificio heroico a lo Leónidas. Que viendo lo pesados que se están poniendo, y su empeño en no dejarnos vivir tranquilos (en "jodernos", como  muy bien se expresa con su elegante prosa Emmanuel Macron, el pipiolo de los Rothschild) tal vez sea esta ya la  única opción posible.

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