MÁS APUNTES SOBRE NOTRE DAME
El presidente Illuminati Macron, según David Dees
Cuanto más se sabe del "incidente" de Notre Dame más motivos hay para desconfiar de las explicaciones oficiales. Ahora quieren que creamos que siete colillas mal apagadas fueron el foco causante de un fuego devastador que devoró en muy poco tiempo unas vigas de madera centenarias. Casi todos los que algo saben del tema coinciden en señalar que un incendio así, tan uniforme, no se propaga sin la ayuda de algún potente acelerador químico. Por otra parte ¿cómo explicar el humo amarillo que acompañó al fuego si allí no ardieron más que unas tablas de madera? ¿Cómo es que se retiraron las estatuas de bronce de los doce apóstoles del tejado, las quimeras y los grandes cuadros del interior pocos días antes de la catástrofe? ¿Por qué tardaron dos horas en intervenir los bomberos después de dos alertas de incendio?
Como indica Pilar Baselga en su blog http://nomoriridiota.blogspot.com/2019/04/incendio-de-notre-dame-los-mercaderes.html la voz del arquitecto Benjamin Mouton (encargado del cuidado de Notre Dame durante catorce años) y las voces de otros expertos han sido silenciadas por el fiscal y el prefecto de París quienes están censurando todo debate sobre las causas del incendio. Y es así porque el ejecutivo de Macron tiene prisa en dar carpetazo al asunto, y porque las sospechas cada vez más consistentes de que no se trató de un accidente fortuito sino de un atentado ralentizarían las obras de reconstrucción que el ejecutivo galo quiere emprender cuanto antes, y culminar en un período record de cinco años. En el 2024, justo a tiempo para inaugurar las próximas Olimpiadas de París, que se espera sean espectaculares.
Se da la circunstancia de que ya existía un proyecto desde 2016, a cargo del arquitecto Perrault y temporalmente aparcado, para transformar la Isla de la Cité reorganizando completamente el espacio comprendido y que hasta ahora era un complejo administrativo cerrado, para abrirlo más al público y acoger todavía a un mayor número de turistas (ahora son unos 14 millones al año). El proyecto consistiría en la creación de 100.000 nuevos metros cuadrados en las inmediaciones de la catedral, destinados a centros comerciales, y muchas de las famosas firmas que tanto se han apresurado en aportar donativos (algunas vinculadas a la poderosa familia Rothschild) para la reconstrucción de la dañada Notre Dame estarían involucradas en el mismo.
El incendio viene que ni pintado para que la catedral parisina quede del todo integrada en el nuevo complejo turístico que se prepara, pudiendo servir ahora su cubierta de mirador acristalado para que las masas de turistas puedan contemplar con arrobo el futuro esplendor masónico y la nueva isla transfigurada en parque temático. El día siguiente del incendio Macron anunció con gran júbilo que Notre Dame (una catedral que costó cientos de años poner en pie a unos artesanos, cuya pericia los supuestos avances tecnológicos modernos son incapaces de emular) y el 17 de abril, apenas dos días después, se organizó un concurso internacional de arquitectura para su reconstrucción. El 21 de abril ya aparecieron unos diseños de Godart Roussel para la cubierta de cristal...
Como indica Pilar Baselga en su blog http://nomoriridiota.blogspot.com/2019/04/incendio-de-notre-dame-los-mercaderes.html la voz del arquitecto Benjamin Mouton (encargado del cuidado de Notre Dame durante catorce años) y las voces de otros expertos han sido silenciadas por el fiscal y el prefecto de París quienes están censurando todo debate sobre las causas del incendio. Y es así porque el ejecutivo de Macron tiene prisa en dar carpetazo al asunto, y porque las sospechas cada vez más consistentes de que no se trató de un accidente fortuito sino de un atentado ralentizarían las obras de reconstrucción que el ejecutivo galo quiere emprender cuanto antes, y culminar en un período record de cinco años. En el 2024, justo a tiempo para inaugurar las próximas Olimpiadas de París, que se espera sean espectaculares.
Se da la circunstancia de que ya existía un proyecto desde 2016, a cargo del arquitecto Perrault y temporalmente aparcado, para transformar la Isla de la Cité reorganizando completamente el espacio comprendido y que hasta ahora era un complejo administrativo cerrado, para abrirlo más al público y acoger todavía a un mayor número de turistas (ahora son unos 14 millones al año). El proyecto consistiría en la creación de 100.000 nuevos metros cuadrados en las inmediaciones de la catedral, destinados a centros comerciales, y muchas de las famosas firmas que tanto se han apresurado en aportar donativos (algunas vinculadas a la poderosa familia Rothschild) para la reconstrucción de la dañada Notre Dame estarían involucradas en el mismo.
El incendio viene que ni pintado para que la catedral parisina quede del todo integrada en el nuevo complejo turístico que se prepara, pudiendo servir ahora su cubierta de mirador acristalado para que las masas de turistas puedan contemplar con arrobo el futuro esplendor masónico y la nueva isla transfigurada en parque temático. El día siguiente del incendio Macron anunció con gran júbilo que Notre Dame (una catedral que costó cientos de años poner en pie a unos artesanos, cuya pericia los supuestos avances tecnológicos modernos son incapaces de emular) y el 17 de abril, apenas dos días después, se organizó un concurso internacional de arquitectura para su reconstrucción. El 21 de abril ya aparecieron unos diseños de Godart Roussel para la cubierta de cristal...
Lo que sería una gigantesca operación especulativa entorno a Notre Dame queda perfectamente explicada en esta entrada: https://www.voltairenet.org/article206339.html
A propósito de Voltaire, aquí cabría hablar mucho de los masones. Si casi nadie duda ya en los medios alternativos que el incendio de Notre Dame fue provocado deliberadamente, la duda está en saber quién lo hizo. Sin descartar del todo la "pista moruna", las maquinaciones de Macron y su primer ministro Elouard Phillipe, ambos destacados y reconocidos masones , sitúan a esta secta en un lugar preferente entre los sospechosos de ser la mano negra que se oculta detrás de la cerilla incendiaria.
Pilar Baselga resulta muy elocuente al relacionar la piramide masónica de vidrio del Louvre con las aberrantes propuestas arquitectónicas para restaurar la cubierta de Notre Dame... Ya que Macron (adepto de las super-logias Fraternité Verte y Atlantis Aletheia) dio su primer discurso como presidente justamente delante de esa pirámide, en un claro gesto simbólico.
Y es que además cabe recordar que la catedral de Notre Dame ya fue devastada anteriormente, y por obra de las maquinaciones masónicas. Durante la Revolución Francesa, y sobre todo cuando los jacobinos de la Convención Nacional se apoderaron de la Republique e implantaron El Terror. Tras guillotinar a Luis XVI y decretar la persecución religiosa y la destrucción de todos los símbolos de la realeza, las turbas revolucionarias se dedicaron a la profanación y el pillaje, a decapitar a los reyes de Israel de la fachada principal tomándolos por los retratos de los monarcas de Francia, además de ocasionar muchos otros destrozos en las vidrieras, tejados, etc. Durante varios años la convirtieron en un almacén, cuando no se celebraban en ella ceremonias sacrílegas rindiendo culto a la Diosa Razón. Hubo que esperar a mediados del siglo XIX para que fuera reconstruida por Viollet-le-Duc.
¿Y quién alentó a la chusma sino aquellos que habían promovido la revolución, hasta el punto de identificar su ideario con el de la francmasonería? Si bien es cierto que hubo masones también en el bando realista, como los hubo en el británico durante la Guerra por la Independencia de las colonias norteamericanas, la presencia de los masones en los entresijos revolucionarios fue abrumadora. Desde el Conde de Mirabeau (introductor de los Illuminati de Baviera y de su agenda mundialista en Francia) hasta el abate Sieyés, Felipe Igualdad, Desmoulins o todos los iniciados en la logia de las Nueve Hermanas: Marat, Danton, Robespierre... Hasta el doctor Guillotine o Rouget de Lisle, autor del himno de La Marsellesa, eran masones.
Es decir, que aquellos que se reclaman herederos de los constructores de las catedrales góticas, los Hijos de la Viuda, fueron los instigadores de un primer intento de destrucción en 1793, y posiblemente lo sean de este segundo, que tras la horrorosa reconstrucción que se nos anuncia a bombo y platillo, será sin duda el definitivo.
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| Propuesta de Foster+Partners para la restauración de Notre Dame |
A propósito de Voltaire, aquí cabría hablar mucho de los masones. Si casi nadie duda ya en los medios alternativos que el incendio de Notre Dame fue provocado deliberadamente, la duda está en saber quién lo hizo. Sin descartar del todo la "pista moruna", las maquinaciones de Macron y su primer ministro Elouard Phillipe, ambos destacados y reconocidos masones , sitúan a esta secta en un lugar preferente entre los sospechosos de ser la mano negra que se oculta detrás de la cerilla incendiaria.
Pilar Baselga resulta muy elocuente al relacionar la piramide masónica de vidrio del Louvre con las aberrantes propuestas arquitectónicas para restaurar la cubierta de Notre Dame... Ya que Macron (adepto de las super-logias Fraternité Verte y Atlantis Aletheia) dio su primer discurso como presidente justamente delante de esa pirámide, en un claro gesto simbólico.
Y es que además cabe recordar que la catedral de Notre Dame ya fue devastada anteriormente, y por obra de las maquinaciones masónicas. Durante la Revolución Francesa, y sobre todo cuando los jacobinos de la Convención Nacional se apoderaron de la Republique e implantaron El Terror. Tras guillotinar a Luis XVI y decretar la persecución religiosa y la destrucción de todos los símbolos de la realeza, las turbas revolucionarias se dedicaron a la profanación y el pillaje, a decapitar a los reyes de Israel de la fachada principal tomándolos por los retratos de los monarcas de Francia, además de ocasionar muchos otros destrozos en las vidrieras, tejados, etc. Durante varios años la convirtieron en un almacén, cuando no se celebraban en ella ceremonias sacrílegas rindiendo culto a la Diosa Razón. Hubo que esperar a mediados del siglo XIX para que fuera reconstruida por Viollet-le-Duc.
¿Y quién alentó a la chusma sino aquellos que habían promovido la revolución, hasta el punto de identificar su ideario con el de la francmasonería? Si bien es cierto que hubo masones también en el bando realista, como los hubo en el británico durante la Guerra por la Independencia de las colonias norteamericanas, la presencia de los masones en los entresijos revolucionarios fue abrumadora. Desde el Conde de Mirabeau (introductor de los Illuminati de Baviera y de su agenda mundialista en Francia) hasta el abate Sieyés, Felipe Igualdad, Desmoulins o todos los iniciados en la logia de las Nueve Hermanas: Marat, Danton, Robespierre... Hasta el doctor Guillotine o Rouget de Lisle, autor del himno de La Marsellesa, eran masones.
Es decir, que aquellos que se reclaman herederos de los constructores de las catedrales góticas, los Hijos de la Viuda, fueron los instigadores de un primer intento de destrucción en 1793, y posiblemente lo sean de este segundo, que tras la horrorosa reconstrucción que se nos anuncia a bombo y platillo, será sin duda el definitivo.
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