PETROLEO, EXTORSIÓN Y ARTE: LAS FUENTES DE FINANCIACION DEL E.I
Unas breves pinceladas sobre lo que está pasando en el mundo, más allá del estrecho horizonte de los particularismos (tan exacerbados en estos tiempos) y que inevitablemente nos acabará por salpicar, tarde o temprano, a todos los que vivimos en este rincón de Europa.
Durante un par de años los países avanzados, con Estados Unidos al frente, han asistido, sin apenas inmutarse , al avance del llamado Estado Islámico en vastas regiones del Oriente Medio (Irak, Siria) que, aparte de descabezar infieles y practicar otras aberraciones para grabarlo todo en youtube, se han dedicado de forma sistemática a destruir el patrimonio del pasado de la humanidad, como son los restos y yacimientos arqueológicos de Hatra, Nínive y Palmira.
Todo eso sin que la OTAN hiciera gran cosa por impedirlo, hasta el día de hoy, en que la decisión rusa de intervenir en el conflicto sirio (sin duda alguna para defender sus propios intereses en la región) parece que va a precipitar por fin los acontecimientos.
¿Qué ha movido a los decapitadores a tomarla con los restos arqueológicos de Siria e Irak? El Estado Islámico esgrime la excusa religiosa de que hay que destruir los ídolos paganos, al igual que había hecho en la Meca el profeta Mahoma. Pero está claro que muchas antigüedades mesopotámicas no se han destruido, sino que son vendidas bajo cuerda en el mercado negro en Occidente, sobre todo a adinerados coleccionistas norteamericarnos. Esta es una de las vías mediante las cuales se finanza esa horda de salvajes fanatizados, que así puede seguir llevando el terror por dondequiera que va. Además está el petróleo (actualmente controla el 80% que se produce en Siria) que se vende muy barato através de intermediarios a China y...a Occidente. Y, por supuesto, las extorsiones y robos que nunca faltan en el haber de una organización terrorista que se precie.
Ha tenido que ser Rusia la que propusiera a la ONU en febrero pasado la firma de la resolución 2199 para prohibir a los países aliados apoyar económicamente al Estado Islámico o hacer tratos económicos con él, añadiendo un corolario dedicado a la herencia cultural iraquí, por el que ningún país podrá recibir o intercambiar material cultural que haya sido extraído ilegalmente de allí. Por desgracia, ya se sabe que las resoluciones de la ONU son casi siempre en la práctica papel mojado, y más todavía cuando, como en este caso, están en juego oscuros intereses económicos.
Además de financiarse, es seguro que alguna de estas hienas piojosas del desierto se está lucrando de forma particular, habida cuenta de la doble moral que se gasta esta gentuza (baste recordar no sólo a los ricachones saudíes, sino también a los "valerosos" y pederásticos pastunes de Afganistán, por ejemplo, todos ellos amparados bajo las protectoras alas de los USA). En cuanto a los que compran, en concreto los que especulan con las antigüedades expoliadas, está clara su completa falta de escrúpulos, aunque alguno pueda intentar lavar su conciencia pensando que si actúan así están evitando que esas obras de incalculable valor histórico y artístico sean destruidas algún día.
Ahora, después de cuatro años de guerra en Siria entre el presidente Bassar al- Asad y las fuerzas rebeldes (principalmente Al-Qaeda y el Estado Islamico), el orbe civilizado se apresta a intervenir, forzado por la iniciativa rusa, para detener de una vez a esos bárbaros.Rusia está haciendo en dos semanas lo que no hizo la OTAN en dos años. Pero ¿qué hubo antes y qué puso en marcha este escenario belico? Aparte de que al-Assad pueda ser un tirano (no mucho más que los emires saudíes o de Qatar o el rey de Marruecos, todos ellos "amigos" de Washington) la madre del cordero fueron las llamadas "primaveras arabes", que patrocinó con todo descaro el Premio Nobel de la Paz que todavía ocupa la Casa Blanca. Iban a traer la democracia a esos países, pero su verdadero objetivo era derrocar una serie de regimenes molestos y poco afectos a los intereses finanacieros y a las corporaciones que defienden América y sus cipayos. Lo de utilizar el terrorismo islámico para derrocar gobiernos, sembrar el caos y desestabilizar grandes zonas del mundo no es nuevo, responde a la estrategia iniciada por Reagan y continuada por George Bush junior.
Tras el experimento de las "primaveras" el escenario en Oriente Medio no puede ser más catastrófico: Inestabilidad creciente en la región. Ascenso de un terrorismo tan sanguinario que no se conocia cosa igual desde la época de las Cruzadas y que se extiende amenazante a toda Europa. Y, a la vez, se produce una oleada de refugiados en el Viejo continente sin precedentes (propiciada insensatamente por la angelical Merkel, el papa Francisco y los gobiernos del norte de Europa) y que traerá consecuencias impredecibles a corto-medio plazo. Y pese a todo esto, un régimen incómodo (el de al-Asad) que se resiste a abandonar el poder, a pesar del apoyo logistico a los rebeldes "moderados" (que luego se pasan con hombres y armas al EI) prestado por los Estados Unidos y sus segundones de la Union Europea.
Este dantesco panorama está trayendo y traerá mucha muerte y desolación a los pueblos de Oriente Medio y sin duda, tarde o temprano, a Europa también . Y además producen esos daños colaterales que conllevan la destrucción del patrimonio artístico e histórico , y de los que algunos bellacos están sacando un pingüe beneficio.
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