miércoles, 20 de marzo de 2013


VISIONES DEL PARAÍSO

 

Capitel de San Juan de la Peña(s. XII)

 

Codex Aemilanensis(san Miguel de la Cogolla)
  El Jardín del Edén ha ejercido su fascinación sobre los artistas a lo largo de los siglos. A caballo entre las Escrituras y tradiciones paganas más antiguas, durante mucho tiempo fue el único tema iconográfico en el que se admitía el desnudo de la figura humana en Occidente.
La Edad Media nos ofrece representaciones fantásticas de la naturaleza y la figura humana, esta última reflejando su humilde condición de criatura contingente, fabricada a partir del barro por el Supremo Hacedor.





Fresco de Santa Cruz de Maderuelo (Segovia) Siglo XII. Obsérvese el gesto de Adán tras tragarse su  porción de "manzana" (origen de la "nuez" o manzana de Adán, la protuberancia del cuello). El árbol del bien y del mal, el árbol del pecado, envuelve a ambas figuras con sus serpentinas ramas.

El Renacimiento representa a Adán y Eva de un modo apolíneo, como arquetipos de la perfección clásica recién recuperada. Pensemos en Durero o Miguel Angel. No obstante, la pintura nórdica flamenca y germánica continúa la tradición del gótico, enriqueciéndola con un mayor interés por el paisaje y la fauna, y por la incorporación de elementos de complicado simbolismo.

Detalle del panel izquierdo de "EL Jardín de las Delicias" de El Bosco (hacia 1480-90). Esta escena atípica representa a Dios Padre con los rasgos de Jesucristo, presentando a la recién creada Eva a Adán. Vemos el árbol de la Vida como un drago canario. Más arriba está el árbol  del Bien y del Mal como una palmera con la serpiente enroscada. El ambiente es idílico, pero hay elementos como los animalillos que se comen unos a otros o ese rostro "daliniano" oculto en la roca, arriba a la derecha,que anuncian el pecaminoso desorden que vendrá a continuación.



"La Tentación" por Hugo van der Goes. Curiosa aparición de la serpiente como una criatura antropomorfa, mitad mujer mitad lagarta, que adquiere los rasgos de Eva para convencerla y engañarla mejor.






"Adán y Eva" de Lucas Cranach (1526). Uno de los muchos cuadros que dedicó el maestro alemán a la pareja del Edén. Las figuras aparecen integradas en el paisaje, resaltando la erótica silueta de Eva (la típica doncella de Cranach de piel nacarada y ojos rasgados) y el gesto algo bobalicón de Adán.

Desde el Romanticismo en adelante,  se vuelve a representar a la pareja primigenia con atributos dionisíacos. El visionario Blake reinterpreta la Biblia en clave gnóstica e irracionalista, mientras que Gauguin, Rousseau y otros contemplan la escena con los ojos de un "salvaje", de un primitivo. El arte popular seguirá la misma senda. Y, signo de los tiempos, Eva, la Mujer, adquiere un protagonismo absoluto en muchas ocasiones, llegando a eclipsar del todo a su desafortunado cónyuge.

 

William Blake "Eva tentada por la serpiente". Por representaciones como esta, Blake ha sido tildado de satanista. Más bien, como los gnósticos y los cátaros,  rechazaba al Dios del Antiguo Testamento (el  Dios de la naturaleza y la Ley) y  a veces identificaba a Satán con el espíritu de la Luz, de la experiencia.

 



Paul Gauguin "Eva exótica" (1890)..El artista sitúa la escena del Paraíso en los Mares del Sur.



El Aduanero, Henri Rousseau "Eva" (1905-1907). Evocadora imagen del príncipe de los artistas naïf, en la que podemos contemplar una de esas junglas que tan bien sabía pintar.

 

Ivan Geralic "Adán y Eva en el Edén". El artista naïf croata nos desconcierta situando a la pareja del Génesis (con perrito incluido) en un nevado rincón de los Balcanes.

 

 

Robert Crumb, viñeta de "Génesis"(2009). El cómic contemporáneo también siente la fascinación por los viejos temas bíblicos.






Ilustraciones de Castelao para "As cruces de pedra na Galiza", estudio de los cruceiros.En ellos es habitual la identificación del árbol del Bien y del Mal con la Cruz del Calvario (Cristo triunfa sobre el pecado original).




"El jardín del Edén" (2005). Acrílico sobre lienzo. 81 x 65 cms Este cuadro lo pinté en un estilo deliberadamente tosco y "primitivo", para ofrecer una visión algo moralista y satírica de la condición humana. Nuestros Primeros Padres irrumpen como salvajes en un entorno amazónico, y sobre ellos se descuelga una serpiente anaconda que sonríe burlona , mientras se dispone a corromper a sus desavisadas víctimas.




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