NEGRO PORVENIR
Kasimiro Malovich: "El futuro de España o Cuadrado negro sobre fondo negro" |
Al fin se acabó la "fiesta de la democracia", ese ritual mágico y supersticioso, digno del estudio de los mejores antropólogos, en el que los miembros de la tribu democrática depositan un papelito en la urna con la absurda creencia de que esa ceremonia les inviste de un poder maravilloso, que les permitirá decidir sobre su futuro y transformarlo a su voluntad.
Hace falta ser muy infantil, primitivo o fanático para seguir creyendo que las cosas son así de sencillas. Mientras sólo nos permitan elegir a esas marionetas que son los candidatos de los partidos políticos, que a su vez no son otra cosa que sus compinches organizados en mafias criminales, aspirando a recibir todos ellos su trozo del pastel, no vamos a ninguna parte y seguiremos asistiendo a un teatrillo más, pensado para mantenernos distraídos y en Babia, enfrentados los unos contra los otros. Una cosa bien distinta sería si pudiéramos votar a los CEOS de los Fondos Buitre, los grandes bancos o las multinacionales, los que deciden en el Foro de Davos, el Club Bilderberg o la cúpula de la UE, que son los que mandan en realidad, pero eso no va a suceder jamás. La única alternativa que nos dejan es escoger entre globalismo y más globalismo, y en la actualidad resulta muy difícil discernir qué alternativa, la de "izquierdas" o la de "derechas" pisa más fuerte el acelerador para aplicar las agendas diseñadas por los de arriba.
Este año la fiestuqui ha transcurrido asaz calurosa y accidentada, y como viene sucediendo cada vez que el PSOE (el partido del sistema por antonomasia) se la juega en unas elecciones, con algún que otro percance en los trenes y todo. Una especie de aviso a navegantes, será. De todas formas, con pucherazo o sin pucherazo, el resultado de estos comicios va a ser el mismo, logre formar gobierno el somorgujo gallego con sus socios de Vox o se forme un gobierno Frankenstein 2ª parte, o lo que sería más lógico una coalición PP- PSOE, quitándose de una vez por todas las máscaras, ya que al fin y al cabo ambos partidos son idénticos en su ADN. Expaña, el laboratorio globalista por excelencia, va camino de convertirse en otro Canadá, un territorio sin soberanía propia y sin identidad, "plurinacional", o mejor dicho señora Belarra, de las multinacionales extranjeras, esas a las que usted sirve con tanto esmero.
En cualquier caso, se presentan tiempos muy oscuros, donde lo único seguro es que intentarán todavía con más ahínco borrarnos del mapa a los pocos disidentes que todavía quedamos en pie.
Como decía el romano aquel; Alea iacta est.
Ex-libris de Gabriele D'Annunzio |
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