lunes, 16 de diciembre de 2013

ARTE INCÓMODO DE HOY EN DÍA

 

Dedicamos esta entrada a los jóvenes estudiantes de Bellas Artes, que aspiran a convertirse en  "transgresores"! Aunque parezca mentira, aún es posible molestar y escandalizar  con el arte, como en el pasado consiguieron sus abuelos los  impresionistas, expresionistas, surrealistas, etc. Y aquí se muestran algunos ejemplos contemporáneos de artistas refusés, en pleno siglo XXI, cuando supuestamente los derechos humanos y la libertad de expresión campan por doquier, y ya nadie debería rasgarse las vestiduras por lo que aparece representado en un lienzo o en una obra escultórica. Pero el caso es que todavía existen gran cantidad de temas tabú y, en la mayoría de los casos, los artistas que se atreven con ellos acaban pagando un alto precio por su osadía.

 Y no nos referimos a aquellos que salen a menudo en los medios de comunicación por exponer fotografías ampliadas de orificios anales, por investigar las infinitas posiblidades de los tampones usados como material artístico, o por ser capaces de clavarse los testículos en  plena Plaza Roja de Moscú. Esa clase de cosas, que podrían pertenecer a la sección de "arte para vomitar", ya están muy vistas y no llaman mucho la atención a estas alturas, con que mucho menos consiguen escandalizar al curtido público que asiste hoy a los museos de arte contemporáneo.
Hablaremos de otras obras que no salen tanto en los medios (porque no conviene que salgan) y que,sin tanto ruido, son capaces de producir algún que otro sarpullido entre aquellos que manejan el actual cotarro. No entraremos a juzgar si la obra de estos artistas es o no es de calidad desde un punto de vista estético, porque cuando se trata de remover conciencias o denunciar "olvidos" e injusticias, la intelligentsia  progre, por ejemplo,  siempre ha considerado estas cuestiones como algo de segundo orden respecto al contenido, que es lo que en realidad importa.

Ejemplo nº 1: Komm, Frau ("Ven, mujer")  de Jeremy Szumczyk (Polonia)




Esta obra escultórica se le ocurrió a un joven estudiante de quinto año de la academia de Bellas Artes de Gdansk, quien tuvo la osadía de colocarla en la Avenida de la Victoria de su ciudad natal. En cuanto las autoridades se enteraron, la obra fue retirada de inmediato y el autor arrestado y puesto a disposición del fiscal.
 La imagen representa, sobre una peana de color rojo-sangre, a un soldado soviético que se dispone a violar a una mujer embarazada a punta de pistola. El artista sólo pretendió rendir un homenaje a los millones de mujeres que sufrieron un destino similar a manos de las tropas soviéticas, durante su avance triunfal hacia Berlín entre los años 1944 y 1945. Esta oleada de salvajismo sexual fue promovida y planificada por Stalin, através de su jefe de policía (NKVD) Lavrenti Beria (él mismo un violador en serie) y el camarada comisario Ilya Ehrenburg, quien desde las ondas radiofónicas azuzaba a las tropas rusas para cometer esta clase de atrocidades.
 Mujeres entre los 10 y los 89 años, alemanas pero también polacas, rusas, checas, húngaras y de otras nacionalidades, fueron agredidas sexualmente en plena calle, muchas veces en grupo y delante de sus maridos y familiares, que  a continuación eran pasados por las armas. Muchas de estas mujeres también acabaron siendo mutiladas o asesinadas a golpes, otras quedaron embarazadas de los llamados "russenbabies", que tampoco escaparon en su mayoría de un negro destino.
Es justo reconocer que este proceder fue una vendetta de Stalin por las salvajadas cometidas por la Wehrmacht en la URSS unos años antes, durante la "Operación Barbarroja", aunque como casi siempre acabaron pagando el pato las personas más inocentes e indefensas. Pero se trata, al contrario de los perpetrados por los alemanes, de "crímenes invisibles" que, pese a la perestroika, se prefiere dejar todavía hoy en el olvido para mantener la ilusión de que los "aliados" encarnaban la bondad absoluta. Una pregunta, ¿qué opinan las feministas de todo esto?




Ejemplo nº2:  Butchered Rainbow de Salomi Prinsloo (Sudáfrica)




Este paisaje casi fauvista, e inocente en apariencia, fue seleccionado para su exposición en la Bienal de Florencia de 2009, una de las pocas plataformas independientes que le quedan todavía al arte contemporáneo. Su autora es una artista sudafricana, cuya intención no fue sólo la de representar un paisaje de su patria, sino denunciar la actual escalada de criminalidad que vive la "tierra del arco iris". Desde el fin del apertheid, Sudáfrica quizás haya mejorado en la igualdad de derechos de blancos y negros (cuestión a debatir), pero al precio de la ruina económica y social, habiéndose disparado de un modo alarmante el número de homicidios  particularmente violentos. Esto forma también parte del legado del difunto Madiba, y del que no se habla para nada en los medios de comunicación, para no empañar la imagen inmaculada del nuevo santo laico, y para que sigamos pensando que aquel país africano es en la actualidad una especie de paraíso.
En el panel superior de este díptico vemos un paisaje arrasado, y en el horizonte un arco iris que no llega a tomar forma, un símbolo de las esperanzas frustradas para tantas personas asesinadas (en total 168.906 desde 2002, más víctimas que en la guerra de Irak). El panel inferior representa una nota a pie de página, ya que en él se puede apreciar una serie de marcas, cada una de las cuales representa una de las 18.700 personas asesinadas entre 2006-2007. Como se ve, es posible crear obras de arte bellas, y al mismo tiempo capaces de despertar conciencias y prestar voz a los olvidados por el sistema.


Ejemplo nº 3: Escalera hacia el cielo de Eugenio Merino (España)



Eugenio Merino es un destacado cultivador del feísmo hiperrealista, y un asiduo de ARCO y otros saraos por el estilo. Se podrán discutir las cualidades estéticas de su obra, que a algunos atraen y a otros horripilan, pero lo que está claro es que a nadie deja su obra indiferente, sobre todo por su capacidad para provocar.
Así, por ejemplo, han sido blanco de su "inspiración" Francisco Franco (representándolo refrigerado en el interior de una máquina de refrescos) o Fidel Castro (con aspecto de zombi). En estos casos hubo tan sólo alguna protesta aislada, de poca monta, y el escultor recibió los parabienes de la crítica más moderna y progre.
 Pero en la feria de ARCO de 2010 fue demasiado lejos  presentando dos piezas alusivas al judaísmo, en la primera aparecía una metralleta UZI rematada por la menorá, y en la segunda esta especie de tótem fabricado con silicona, resina y pelo humano. Aquí vemos a tres representantes de las religiones monoteístas orando e intercambiándo sus textos sagrados. Es fácil que la gente pueda interpretar una intención sacrílega en esta obra, toda vez que la blasfemia artística es muy corriente en ARCO, tanto que ya forma parte del paisaje y apenas se tiene en cuenta. Por eso sorprende que apenas a las dos horas de inaugurarse la muestra, la primera reacción fulminante no fuese la de ninguna organización religiosa, sino la de la Embajada de Israel que pidió? exigió? la retirada de la obra. Bueno, tal vez hay que puntualizar, para el que no haya caído en ello, que Israel no deja de ser un estado teocrático (aparte de bastante racista, a su manera), lo mismo que Arabia Saudita.
El comunicado de la embajada no tiene desperdicio, helo: "El conjunto de las obras de Eugenio Merino expuestas en ARCO incluyen elementos ofensivos para judíos, israelíes y, seguramente, para otros. Valores como la libertad de expresión o la libertad artística sirven en ocasiones de simple disfraz de prejuicios, de estereotipos o de la mera provocación por la provocación. Un mensaje ofensivo no deja de ser hiriente por pretender ser una obra artística". Totalmente de acuerdo, aunque el autor haya querido justificar su obra como un alegato del intercambio entre religiones y apelando incluso a la "alianza de civilizaciones". Por cierto, no estaría mal que se aplicara el cuento a otros artistas o escritores, en este caso hebreos, que se han mofado en sus obras de las creencias ajenas, como la cristiana o la musulmana. La lista sería interminable.
Para terminar, aún estamos esperando que el papa Franciscus (o alguno de sus delegados) se pronuncie sobre el papel que se le asigna ala iglesia católica en medio de ese sandwich.

Seguiremos investigando.



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