viernes, 17 de noviembre de 2023

 EL ARTE HEROICO DE SALVADOR AMAYA


Menos mal que no todo está putrefacto en esta Ex-paña de hoy. Todavía quedan excelentes artistas como el escultor Salvador Amaya, que reman a contracorriente y crean obras bellas y con el fin de exaltar los  valores más nobles y generosos en medio de la dictadura del mal gusto de este mundo cobarde y avaro. Con su talento, es lógico que se le hayan abierto las puertas desde muy joven para realizar monumentos públicos de carácter institucional, pero lo más interesante de su trabajo, desde nuestro punto de vista, no son los retratos que haya podido hacer por encargo a tal o cual jefe del Estado, sino los ambiciosos proyectos que ha ido poniendo en marcha en los últimos años, a través de iniciativas surgidas de asociaciones y fundaciones de carácter privado y mediante la suscripción popular. 
Un ejemplo de lo que decimos es su famosa estatua del Teniente General de la Armada y héroe de Cartagena de Indias Blas de Lezo, erigida en los Jardines del Descubrimiento de la madrileña plaza de Colón en 2014, y para la cual se creó una Fundación ad hoc con el objetivo de recaudar los fondos necesarios. Otro hito en este sentido ha sido su Monumento a los héroes de Baler, situado en la calle de Alberto Aguilera. La iniciativa para financiarlo mediante crowdfunding partió de la Fundación del Museo del Ejército, con el propósito de conmemorar los 120 años de la gesta de los últimos héroes de Filipinas, comandados por el Teniente Martín Cerezo. En su inauguración en 2020, además de los políticos de turno que querían salir en la foto, estuvieron presentes los descendientes de aquellos soldados cuyo comportamiento ejemplar fue reconocido hasta por sus  propios enemigos (no se puede decir lo mismo de la chusma que en nuestro país pretende hacer "cine"). En 2022 vendría la escultura del Legionario del Paseo de la Castellana, para conmemorar el centenario del cuerpo, y contra la que arremetió la izquierda woke de Más Madrid, acusándola de "exaltar el belicismo".

Monumento a Fernán González en Navalcarnero

En la actualidad está realizando otro monumento en homenaje a los Tercios españoles, a partir de un boceto de su gran amigo, el "pintor de batallas" Augusto Ferrer-Dalmau. La iniciativa está apoyada entre otros por la Fundación Arte-Historia Augusto Ferrer-Dalmau y la Asociación 31 enero Tercios. Las figuras en arcilla que hasta ahora han brotando de las manos de Salvador Amaya (y que luego se fundirán en bronce, mediante la técnica tradicional de la cera perdida) como "el capitán" y "el piquero", permiten presagiar que estamos ante la obra más ambiciosa del escultor hasta el momento.

Habiendo aprendido la técnica del bronce en el taller de su padre, el también escultor Marino Amaya, su estilo épico y alejado de la abstracción ha bebido en diversas fuentes: el renacimiento italiano, Mariano Benlliure, Aniceto Marinas, Agustín Querol, etc. Tampoco ha ahorrado elogios a otros grandes escultores como Juan de Ávalos o a Arno Breker.  Entre otras obras, ha creado la estatua del torero Julio Robles en Salamanca (2002) o el monumento al Peregrino en Burgos (2004). La villa de Navalcarnero tiene la suerte de contar con muchas estatuas suyas, como las de Miguel de CervantesIsabel la Católica, Fernán González o Beatriz Galindo.
Desde 2016 se ha propuesto poner su arte al servicio de la recuperación de algunos personajes injustamente olvidados de nuestra historia militar. Además del ya mencionado Blas de Lezo, ha homenajeado al General Rafael Menacho, luchador contra la invasión francesa, y al virrey de Nueva España Bernardo de Gálvez, el héroe de Pensacola. Como reconocimiento a su labor a favor de la difusión de la historia de España y la transmisión de valores profundos mediante la escultura pública, ha recibido la Cruz al Mérito Militar.


Estatua del General Menacho, en Badajoz


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