martes, 23 de febrero de 2021


 UN CUENTO DE HADAS POSMODERNO

Éranse una vez que se eran dos ídolillos de barro de las juventudes infantilizadas y subnormaloides, una pareja de luminarias prefabricadas para llevarse al huerto a una generación de millennials lobotomizados y futuros esclavos del Poder Omnímodo, que sueñan con emular las gestas que escucharon en los labios de sus abuelitos, esos que tiraban adoquines en las barricadas del Mayo del 68.

jueves, 11 de febrero de 2021

 LA CANCELACIÓN DE LA CULTURA


Así dejaron el año pasado las bandas de energúmenos el busto de Don Miguel de Cervantes sito en el Golden Gate Park de Frisco. Otros monumento y efigies de grandes personalidades de la cultura occidental como Kant, Voltaire, etc. fueron de semejante guisa vandalizados, al calor de las protestas de los Black Lives Matter. Esos mismos que apoyaron implícitamente la candidatura de Joe Biden, y que ahora han sido nominados, en reñida competencia con Greta Thunberg, para el Premio Nobel de la Paz.
Estas son las fuerzas vivas que sostienen el tinglado globalista, una masa amorfa que ha sido amamantada a través de los medios de comunicación y las escuelas con eso que se llama el "political correctness", una ideología que procede de la Escuela de Frankfurt y que ha prosperado en los medios liberales y progres de las universidades americanas como Berkeley, Yale, Harvard o Stanford. El mismo estercolero de donde salieron otras joyas, como la teoría de género, el lenguaje inclusivo, el multiculturalismo.
El gran salto de los campus universitarios a la sociedad en su conjunto ha sido posible en los últimos años sobre todo gracias a los mass mierda, las plataformas de entretenimiento-basura como Netflix y a los  amos todopoderosos de las redes sociales, como los odiosos Silicon Bullies y las Big Tech. De hecho, la caída de Donald Trump y el actual triunfo del Partido Demócrata se produjo, tal como lo proclama con orgullo la revista "Time", merced a una alianza entre los activistas de izquierdas y los titanes de las grandes empresas.
De esta forma se permiten vetar o prohibir todo lo que les viene en gana, ya sean películas, libros y hasta las opiniones que no les gustan de los usuarios. Asistimos a una auténtica Cacería de Brujas en estos comienzos del siglo XXI, con listados de libros prohibidos (algunos de ellos fundamentales en nuestra cultura) películas prohibidas y pensamientos prohibidos.
Es lo que algunos llaman "cultura de la cancelación", pero que en estos casos debería llamarse cancelación de la cultura. Ahora, en un plano menor, Disney Plus está retirando de su catálogo películas de animación tan emblemáticas como "Peter Pan", "Dumbo" o "El Libro de la Selva" por su supuesto contenido xenófobo, para privilegiar otras producciones más modernas de la casa y más del gusto de los teóricos de género y de los pedófilos del sistema. Cómics como "Tintín en el Congo" también han sido puestos en la picota y se ha abogado por su desaparición de los catálogos y bibliotecas.
Pero esta "cultura de la cancelación" no se detiene aquí, decidiendo lo que el público infantil debe o no debe ver, y va mucho más allá. Joyas del séptimo arte como "Lo que el viento se llevó" también han sido denunciadas y retiradas de las plataformas de streaming por motivos similares. Y la lista de libros y autores prohibidos en los programas de estudios de las escuelas y facultades, primero norteamericanas y después  en otras partes, empieza a ser abrumadora: Kipling, Melville, Conrad, etc., etc.
Lo último es que le ha llegado el turno a Homero. La Ilíada y la Odisea han sido retiradas del curriculum de un colegio de Massachusetts por promover "valores pérfidos y venenosos". 
A este ritmo sólo nos van a dejar leer las memorias de Jorge Javier Vázquez, libres, esas sí, de toda sospecha.

 


miércoles, 10 de febrero de 2021

ALBERTIÑO I, EMPERADOR DE FEIJOOLANDIA

O DE CÓMO HACER MÉRITOS PARA SER UNGIDO, ALGÚN DÍA, POR EL CLUB BILDERBERG