lunes, 18 de septiembre de 2023

 GALERÍA DE ARTISTAS MALDITOS

ANDREAS PAUL WEBER O LA FIRMEZA DEL "NACIONAL-BOLCHEVIQUE" 

"De buena fe" (1952)

Hablar de A. Paul Weber, un artista  alemán vinculado al círculo político de Ernst Niekisch, es hablar de una especie de antisistema radical, en ocasiones muy adelantado a su tiempo. Muchos de sus dibujos y litografías resultan tan poderosos, impactantes e incluso perturbadores a día de hoy, porque parece que nos hablan de problemas muy actuales de nuestro tiempo: el avance arrollador de  una tecnocracia que destruye todo lo que es natural, en el amplio sentido de la palabra, y la consiguiente degradación del ser humano, sometido a los  caprichos de  ideologías modernas, que aspiran a destruir las identidades con arraigo y sustituirlas a su conveniencia por nuevas "identidades" de laboratorio. Desde esta perspectiva, puede ser un ejercicio interesante echar un vistazo al trabajo de este autor, tan poco conocido por el público en general.


El búho APW (autorretrato)


La obra gráfica de Weber, en lo formal, habría que situarla dentro de esa corriente oscura del arte centroeuropeo que se conoce como el "expresionismo" y que abarca desde la literatura de Gustav Meyrink, Franz Kafka o H. H. Ewers, hasta la pintura de Alfred Kubin (cuyos dibujos se parecen no poco a los de este autor) y el cine de Murnau o de Wegener. Diversas fueron sus influencias artísticas, percibiéndose en él la huella de su admirado Goya y de Daumier, pero también de Wilhelm Busch, pionero del cómic europeo del siglo XIX. Fue contemporáneo de destacados humoristas gráficos alemanes, como los que trabajaron para la célebre revista satírica "Simplicissimus", y que alcanzaron una gran popularidad, como es el caso de Erich Schilling.


"Sitio muerto" (1975)


Pero el estilo de Weber era, si cabe, algo más inclasificable, ya que sentía una particular aversión a someterse a reglas de cualquier tipo y prefería seguir su propio y tortuoso camino.
En sus propias palabras:
"Sigo un impulso y siento que es mi trabajo hacer visible y dar forma a lo que me conmueve, me deprime, me preocupa o me divierte. La mayor parte del tiempo puedo ceñirme a los hechos como un cronista. Pero ese es el don: pensar en imágenes, poder pensar." (1967)
"El rumor" (1943)

En sus dibujos abundaba también la crítica política y social; fue como alguien dijo de él un "crítico incorregible de su tiempo". Sentía una gran preocupación por el mensaje que podía transmitir su obra y por su distribución entre el público, para que ese mensaje llegara a la mayor cantidad de gente posible. En este sentido no andaba lejos de ciertos autores contemporáneos suyos de la llamada Nueva Objetividad, como Otto Dix o George Grosz.

"El miedo" (1960)

Nacido en Arnstadt (Turingia) en 1893, era hijo de un ferroviario y pasó fugazmente por la Escuela de Artes decorativas y aplicadas, ya que en 1908 se unió con otros muchachos de su generación a la Jungwandervögel, un grupo de contracultura juvenil con el que estuvo recorriendo los caminos rurales de su Alemania natal, llevando una vida errante al aire libre y de culto a la patria y a la naturaleza. Allí pudo coincidir con ese otro excelente artista del grabado que fue Sluyterman, y al que ya dedicamos una entrada anterior: http://morenoruizignacio.blogspot.com/2020/07/galeria-de-artistas-malditos-sluyterman.html#more Estuvo llevando esta vida de protohippy hasta que en 1914 fue reclutado por el ejército del II Reich para combatir en la Primera Guerra Mundial. Sirvió en el frente oriental en la tropa ferroviaria, pero pronto (hacia 1916) empezó a darse a conocer entre los soldados como caricaturista, en la revista del 10º ejército.


Portada para el libro de Niekitsch "Hitler: una fatalidad alemana" (1932)

Terminada la contienda, en 1925, fundó junto con su hijo Christian una imprenta de diseño, para realizar litografías, ex-libris y diversos trabajos comerciales y de edición de libros y publicaciones. En 1928 ingresó, mediante los contactos con el nacionalismo étnico que conservaba tras su paso por el movimiento Wandervögel, en el grupo político de Ernst Niekisch,  que algunos han denominado a posteriori como "Nacional Bolchevique", al encontrar alguna semejanza con los movimientos creados por Limónov y Duguin al producirse el desmoronamiento de la Unión Soviética.

En particular, Weber se ocupó del diseño gráfico de la revista de política nacional-revolucionaria  de Niekisch "Winderstand" (Resistencia) entre otras publicaciones vinculadas a esta tendencia  de la llamada Konservative Revolution alemana. El grupo de Niekisch al que pertenecía Weber vendría a constituir el ala izquierda de la KR.

Retrato al óleo de Ernst Jünger (1935) pintado por Weber

El lema de este movimiento político era "Esparta-Postdam--Moscú" y en lo ideológico aunaban el nacionalismo völkisch prusiano con el socialismo agrarista revolucionario. Niekisch, inspirado por la filosofía de Nietzsche y de Oswald Spengler, rechazaba la democracia burguesa, el capitalismo, el sionismo y el comunismo internacionalista por igual. Era contrario a la orientación pro occidental de la república de Weimar y promovía un entendimiento de Alemania con la URSS de Stalin, ya que  consideraba a esta última como una continuación del nacionalismo ruso (la vía del "socialismo en un solo país") y una heredera válida del estado prusiano. 

Através de este círculo nacional-bolchevique, Weber pudo conocer a otras personalidades de la Konservative Revolution, como a Ernst Jünger, del que llegó a pintar un retrato al óleo, una de sus pocas obras pictóricas conocidas.

"El chivato" (1934)

Existía una rivalidad política con el partido nacional-socialista, que en el caso de Niekisch y Hitler llegaba al terreno de lo personal, por lo que las críticas que se vertían contra los llamados "nazis" en los medios "nacional- bolcheviques" solían ser bastante duras y agresivas. Se les acusaba de no ser auténticos revolucionarios ni  verdaderos "socialistas", de estar vendidos al gran capital, etc. En consecuencia, los  trabajos de Weber para Niekisch y los suyos iban en esta línea. En el fondo, cabe decir que no existían tantas diferencias entre los dos grupos, habida cuenta de que aún pervivía entonces en el seno del NSDAP la tendencia strasserista muy similar a las ideas socialistas que defendía Niekisch, y que perfectamente se podrían haber puesto de acuerdo en algunos objetivos políticos. Años después se produciría incluso el Pacto de Ribbentrop-Molotov entre el Tercer reich y la Unión Soviética...

Sobre la ideología en concreto que sostenía Weber entonces, en la Güiquipedia (la única Verdad Revelada para muchos de los que vegetan en nuestro tiempo) afirman que era "abiertamente antisemita" (probablemente habrán querido decir "antisionista" y "antiusura") y que su postura fue "ambivalente" con el régimen nacional-socialista. Después tendremos ocasión de hablar algo más  por extenso de este tema.

"El hombre del diente de oro" (1952)

Otros objetivos contra los que Weber dirigió aceradas críticas a través de sus dibujos, además de sus enemigos políticos de derechas y de izquierdas, fueron el funcionariado prepotente, las iglesias y sus prelados ventajistas, el poder judicial y sus corruptelas, los amos del dinero, los ataques al medio ambiente (reminiscencias de su etapa Wandervögel) la degeneración y mercantilización de las artes y la superstición cientifista.

También es digno de reseñar que ya por aquella época Weber era un defensor de la medicina naturópata, y llegó a pintar en 1934 un Gabinete homeopático para Emil Willrich, un farmacéutico de Gotinga que trabajaba con remedios naturales, extraídos de plantas, etc. De ahí que en muchos de sus dibujos y series de litografías Weber satirizara a los médicos oficialistas y vertiera críticas contra los abusos de la medicina convencional, como puede verse en esta entrada: https://morenoruizignacio.blogspot.com/2023/09/por-si-el-experimento-continua-dibujo.html#more


"El fin" (1940) de la serie "Cuadros británicos"

Debido a su militancia política y a sus dibujos satíricos en los caricaturizaba al propio Führer, cuando la situación se hizo más difícil para Niekisch y los suyos, fue arrestado en 1937 y hubo quien  le quiso condenar a cadena perpetua por "alta traición literaria" Es falso, no obstante, que estuviera prisionero hasta 1945, como se ha llegado a afirmar, y que perdiera la vista durante su cautiverio, pues siguió trabajando en su arte hasta el  final de su vida. En realidad, estuvo encarcelado unos cinco meses, entre julio y diciembre, pasando del campo de concentración de  Fuhlsbüttel a una cárcel de Berlín, y por último a otra de Nuremberg. Mientras permaneció en prisión se le permitió seguir trabajando y publicando en periódicos apolíticos y allí comenzó su serie de litografías sobre los "Jugadores de ajedrez". Mucho más tarde, en los años 60 Weber realizó otra serie que tituló "Los prisioneros", y que supuestamente se refieren a esta experiencia de su vida en prisión o al menos así son presentados por parte de algunos especialistas ; pero como se puede ver las condiciones reales que tuvo que soportar no fueron ni de lejos tan duras como aparecen en esos grabados posteriores. En cualquier caso, en las imágenes en cuestión no aparecen simbología o referencias que permitan identificar a qué período histórico o régimen se refieren.

"Gibraltar"(1941) de la serie "Cuadros británicos"


En 1938, casi en vísperas de la Segunda Guerra Mundial, realizó un breve viaje a los Estados Unidos, en concreto visitó el estado de Florida, pero no se decidió a emigrar, entre otras cosas por no abandonar a su familia en Europa y porque el estilo de vida americano no le debió de convencer del todo.

Ya de vuelta a Alemania empezó a trabajar  para la asociación cultural sin ánimo de lucro Griffelkunst-Verreinigung de Hamburgo, dirigida por Johannes Böse, y a la que fue entregando regularmente láminas trabajadas por él. El propósito de esta asociación era la de facilitar el acceso del público alemán a buenos grabados y obras de arte a bajo coste. Entre 1939 y 1980 Weber realizó para este fin un total de 157 litografías.

"La guerra bóer: oro y diamantes" de la serie "Cuadros británicos"

Cuando la guerra contra Inglaterra estaba ya en curso, inicia su ciclo de grabados "La riqueza de las lágrimas" (Leviatán y Cuadros británicos) donde critica duramente la corrupción del Imperio británico con imágenes impactantes en el más puro estilo de terror gótico. Estos trabajos nacionalistas (que no desentonaban para nada con las ideas de Niekisch) y otros de signo anticomunista fueron aprovechados por el Ministerio de propaganda de Joseph Goebbels y por la organización Anti-Comintern, cuya editorial Nibelungen-Verlag les dio amplia publicidad. Se puede decir que para entonces Weber estaba ya perfectamente rehabilitado por el régimen nacional-socialista, llegando a enrolarse en la Wehrmacht en 1944, y sirviendo en los últimos meses de la guerra en el Frente Oriental.

Los trabajos para la  serie "Cuadros británicos" constituyen la cima del horror expresionista  dentro de las producciones de Weber. A menudo representa al imperialismo inglés como un pulpo o una tarántula que adopta la forma de las cruces superpuestas de la bandera británica. Son los diseños que más se parecen a las elucubraciones macabras de un Alfred Kubin, por poner un ejemplo, y podrían servir para ilustrar perfectamente cualquier libro de Edgar Poe, Ambrose Bierce o H.P. Lovecraft. Vistas estas imágenes a día de hoy no han perdido nada de  su garra y capacidad de sugestión; valdrían para representar el actual dominio del Globalismo.

"La gran parálisis" de la serie "Cuadros británicos"

Al terminar el conflicto con el definitivo triunfo de los Aliados, Weber parece que se fue distanciando algo de su ideario nacional-bolchevique. Tal vez como Niekisch empezó a formarse una opinión negativa de la URSS y de Stalin, ya que este último no había permitido que Alemania (como el resto de los países satélites de su órbita) desarrollara una vía propia al socialismo. Siguió realizando litografías críticas, esta vez sobre temas más actuales. Por ejemplo, en 1946 realizó la litografía "La muerte del leñador" en la que se denunciaba la desforestación del campo alemán perpetrada por los ocupantes británicos. Los temas ecológicos, como buen activista del Wandervögel, le preocuparon toda su vida. Realizó muchos dibujos en que revelaba su interés por la naturaleza y otros de carácter más divertido protagonizados por animales de fábula y destinados a veces a un público infantil. En otros casos estas representaciones, muy recurrentes en la obra de Weber, tienen también una intención satírica. Es inevitable al verlas recordar la novela de George Orwell "Rebelión en la granja".

"El progreso"

Otros personajes recurrentes en los dibujos de Weber eran los "tontos" o locos, generalmente disfrazados de bufones. Él mismo solía autorretratarse de forma jocosa, con aspecto de búho o se identificaba con un bufón, a la manera de un Albert Boadella, ya que este personaje era el único que en la Edad Media  tenía permitido cantarle las verdades al Monarca.

Al iniciarse el llamado "milagro económico" alemán de la posguerra, realizó el grabado "El lucio moribundo" (1957) una obra de arte pionera en la denuncia de los desastres medioambientales producidos por una industria descontrolada, en este caso la contaminación de los ríos por culpa de las aguas residuales vertidas por las fábricas. Otros temas que trató en sus últimos trabajos fueron la alienación producida por los medios de masas o la mercantilización del mundo del arte, patente en sus dibujos entorno a la celebración de "El año Durero" en 1971. 

"¿Qué significa aquí el arte?" (1953)

Entre los años 1954 y 1967 estuvo colaborando con la veterana revista de humor  gráfico Simplicissimus, lo que le valió un reconocimiento de su labor como artista y su progresiva rehabilitación en la República Federal Alemana, pasando por alto sus anteriores compromisos políticos.  De hecho ya no sería más propiamente un "maldito". También publicó entre 1959 y 1980 en el "Calendario crítico". Para 1951 se funda el Círculo A. Paul Weber en Hamburgo, y se suceden los premios y las medallas oficiales. Parece que entre sus admiradores estaba el mismísimo presidente de la RFA Gustav Henimann, socialdemócrata y simpatizante de las revueltas estudiantiles del mayo del 68. En 1971 se le nombra profesor y recibe además la Cruz Federal al Mérito. 

Fallecería un poco después, en 1980 en Schretstaken (Mölin) a la edad de 87 años.


"A cada uno lo suyo" (1960)

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