martes, 10 de noviembre de 2020

 LA CARCAJADA DEL DÍA


¿Qué podemos decir de los críticos de arte, "esos seres tan extraños"? Pues que su papel medular en el mundillo artístico, bien patente desde hace más o menos 150 años, ha llegado a tal extremo en el llamado "arte contemporáneo" que prácticamente han conseguido reemplazar a los artistas como sujetos protagonistas en el quehacer estético. 
Y esta observación cobra especial  relevancia si se tiene en cuenta que el supuesto "arte contemporáneo" no es otra cosa que pensamiento mágico, fundamentalismo religioso en estado puro, y que para su puesta en escena los únicos que resultan ya imprescindibles son los hierofantes, los gurús de la secta, siendo los antes llamados "artistas plásticos" (ahora cada vez más devenidos en videoinstaladores y performanceros) unos meros ejecutantes de las especulaciones de sus mentores, los críticos.
Pero al menos hay algunos de estos críticos de arte que no se toman su cometido tan en serio, o que se permiten practicar la parodia de ellos mismos con ironía posmoderna, como es el caso de Fernando Castro Flórez. Algunos de sus vídeos como youtuber amateur son tan desternillantes como el  que presentamos aquí, y ante ellos cabría preguntarse si su intención es la de invitarnos a descubrir sutiles emociones estéticas en los más insospechados entornos cotidianos, o más bien lo que pretende insinuar es que el arte contemporáneo es lo más parecido a una escombrera.

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