lunes, 4 de febrero de 2013


DAGGA RAMBA CONTRA EL DOCTOR MUERTE

Dagga-Ramba enviando al cadalso a un elemento contrarrevolucionario, según Burne Hogarth

  

 

En esta nueva entrega nuestro caudillo se enfrenta con un adversario astuto y sin escrúpulos, otro vivales que se está haciendo de oro merced a sus ocurrencias "artísticas", aprovechando el morbo que caracteriza a las embrutecidas masas contemporáneas. ¿Qué Ud. quiere tener como pisapapeles el testículo izquierdo disecado de su difunto tatarabuelo? ¿O un centro de mesa con el páncreas de su parienta? No hay problema, porque Gunther von Hagens, más conocido como el "Doctor Muerte" se lo pude proporcionar, a un "módico" precio.

"Queridos camaradas
Bien se comprueba que los teutones no han cambiado tanto, como nos quieren hacer creer, desde los tiempos del sabio doktor Mengele. Si no, vean el mal ejemplo de ese señor llamado Gunther von Hagens, que parece sacado de una película de terror expresionista como "el Gabinete del doctor Caligari" o "Nosferatu". El tal Gunther estudió medicina en los años gloriosos de la República Democrática Alemana, y después se pasó el muy villano a la podrida zona capitalista, concretamente a Heidelberg, donde llegó a ser colaborador científico del Instituto de Anatomía y Biología, desarrollando entonces - sólo a un cabeza cuadrada se le puede ocurrir tal cosa- un método original de conservación de los cadáveres. Se trata de la "plastinación" y consiste en extraer el agua de los cuerpos con acetona fría, y sustituirla luego por una solución plástica endurecible... O sea, para ponerle a cualquiera los pelos de punta, y es Dagga Ramba quien os lo dice, al que nadie puede acusar de pusilánime (porque al que se atreva, le hago fusilar ipso facto y sanseacabó).


Tras plastinar su primer geyperman disecado, el muchacho se fue haciendo ambicioso y ha creado un Instituto de Plastinación, y la empresa BIODUR para comerciar con aparatos relacionados con la plastinación (no, si el tío no tiene un pelo de tonto). De hecho, este hábil negociante está amortizando ahora lo aprendido en su época de científico loco, revistiéndolo todo con el manto milagroso de la palabra "arte", que como el rey Midas transforma en oro todo lo que toca. 
El sujeto tuvo que cambiar su look para hacerlo más acorde a su nuevo papel de "artista" contemporáneo a la alemana. Digamos de paso que la gran superpotencia europea ha sido muy pródiga en ofrecer "artistas raritos" en los últimos tiempos, algunos de ellos rozando lo psicópata. El tal Gunther se puso un sombrero y un chaleco, para parecerse al gran gurú de todos los conceptuales del mundo: Joseph Beuys. Sí, hombre, ese que se proponía romper las fronteras entre el arte y la vida (copiando a Duchamp) y que embadurnaba con grasa todos los desperdicios  que exponía, el muy guarro.

 
Herr Doktor Muerte posando con una de sus bellas creaciones

 Así que nuestro simpático Dok , lanzado en su nueva carrera, reviste sus fealdades "artísticas" (sus macabradas, más bien) con un discurso más o menos conceptualoide, presentándose como el  genio capaz de romper las fronteras entre el arte y la muerte, claro. Así tranquilizamos las conciencias de los críticos y, hala, a ganar pasta gansa gracias a otro show business servido como "arte contemporáneo" (que precedentes no han de faltar). Empiezan las macroexposiciones, donde acude el público morbosillo como moscas, al olor de la carroña descuartizada o sin descuartizar, y el éxito mediático está asegurado.
Y no para ahí la cosa. El muy pillo ha puesto en marcha una especie de Mercadona, para vender las piezas sobrantes de sus exposiciones (y encima las vende caras, el muy sinvergüenza). Lo han llamado el "supermercado de la muerte", y ahí vende de todo: el pulmón de un fumador por aquí, una rodaja de cabeza por allá, unas criadillas por acullá... incluso se ofrece a plastinar el cadáver de una mascota, si así se lo pide el cliente.
La última infamia de este energúmeno ha sido asociarse con la petarda de Lady Gaga, ofreciéndole sus "obras" como atrezzo para sus conciertos...
Y hasta aquí hemos llegado. Vale que el tipo se lo ha currado con sus experimentos a lo Frankenstein y todo eso, y que a todos los frikis amantes de las  historias de terror les  pueden parecer divertidas estas atrocidades... pero lo que no es de recibo es que a esta clase de cosas se las clasifique como "arte", cuando se trata ni más ni menos que de casquería vulgaris.
 El tal Gunther se aprovecha del desconcierto reinante hoy en día en materia artística para montar su chiringuito, y como "todo vale", pues p'a lante,como los de Alicante. Desde que la taxidermia ha sido elevada a la categoría de Gran Arte, hay toda una competición por ver quien nos muestra la macabrada mayor (pensemos en Demian Hirst y cía. Incluso hay una tal Tinkebell que hace juguetes con animalitos disecados, y llegó a matar a su  propio gato para hacerse un bolso, y luego colgó -había que colgarla a ella- las instrucciones con fotos en Facebook. Y al que no lo crea, que vea esto:http://artthattweets.blogspot.com.es/2011/06/wtf-tinkebell.html).

Bueno, PUES YA ESTÁ BIEN. Basta ya de mamarrachos que se pasan el tiempo inventando jueguecitos y espectáculos basándose en la muerte. La Muerte es una cosa muy seria, y no se bromea con ella. Si lo sabré yo, que la administro con justicia todos los días. Así que ordeno que a este elemento se le aplique la misma medicina que a su colega Hirst, para que sirva de escarmiento a todos sus imitadores, habidos y por haber.
Que así se escriba y así se cumpla.
                          
    DAGGA RAMBA I, EMPERADOR DE LOS VIVOS Y DE LOS MUERTOS

 

 

Vaya con los conceptuales ¡Y luego dicen que los frikis somos nosotros!

 

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