viernes, 27 de octubre de 2023

LOS VIEJOS TEBEOS DE ANTAÑO (1):

"EL INSPECTOR DAN" DE GINER



Quien eche la vista hacia el pasado, y con espíritu de arqueólogo redescubra y estudie las historietas que se publicaban en la España de hace setenta años o más, puede que se lleve alguna grata sorpresa. Porque para muchos aficionados de mi generación, las series de "tebeos" de aventuras más famosas de la época, como las de Roberto Alcázar y Pedrín o El Guerrero del Antifaz, no suscitaban demasiado entusiasmo comparadas con las que por aquel entonces se estilaban por ejemplo en los Estados Unidos, sobre todo porque a nivel visual  eran bastante toscas y los guiones no demasiado elaborados. Pero seríamos injustos si sacáramos de la ecuación otras creaciones que a modo de cuadernillos se podían comprar en los quioscos españoles de finales de los años 40 y comienzos de los  50 del pasado siglo. Algunas tan insólitas como la que nos ocupa, "El Inspector Dan de la Patrulla Volante" de Eugenio Giner
Tampoco podemos olvidar los nombres de otros magníficos dibujantes de la época como Boixcar, Emilio Freixas, Jesús Blasco, Iranzo, y tantos otros Todos ellos merecen un reconocimiento especial, porque además hicieron soñar a los más jóvenes de la difícil posguerra española, creando héroes de papel que sustituían a veces con creces a los menos asequibles que aparecían en la grandes pantallas de cine. Fue un gran servicio el que prestaron por aquel entonces a los que se iniciaban en la  lectura la Editorial Bruguera, Toray, Rollan y Valenciana, ofreciendo magníficas series de aventuras con sus cuadernillos de formato apaisado.



Los creadores de "El Inspector Dan" fueron  el director editorial de Bruguera Rafael González Martínez, inventor del personaje y guionista de las dos primeras historias, y el dibujante valenciano Eugenio Giner. Francisco González Ledesma (célebre autor de novelas del Oeste y bolsilibros de terror, bajo el pseudónimo de "Silver Kane") se encargó posteriormente de los guiones durante bastante tiempo, para pasar luego el testigo entre otros al afamado Víctor Mora. También Giner, que no podía mantener él solo el ritmo de producción impuesto por la editorial catalana, contó con dibujantes suplentes que de vez en cuando le echaban una mano, como Oliver, Jorge Macabich o Pedro Alférez, si bien se reservaba en exclusiva la creación de las espectaculares portadas de la serie. Eugenio Giner era un artista que trabajaba sólo cuando estaba inspirado, y en palabras de González Ledesma, "entregaba las páginas sólo cuando estaba satisfecho de ellas, es decir, casi nunca a tiempo. Si el director hubo de buscar a otros artistas que garantizasen la continuidad del personaje fue porque no le quedaba otro remedio. Porque hacía eso o esperaba a Giner con una escopeta cargada detrás de la puerta."




"El Inspector Dan" empezó su andadura en la revista "Pulgarcito" en 1947 (atención a las fechas) para más tarde publicarse de forma independiente entre 1951 y 1954, constituyendo la serie completa un total de 71 cuadernillos en formato apaisado. Las viñetas, un poco apretadas y abigarradas de texto, dada la vocación novelesca del título, fueron aligerándose con el paso del tiempo permitiendo que Giner pudiera desplegar con más desenvoltura toda su magia visual.
La serie estaba en cierto modo emparentada con las " Aventuras del FBI" de la editorial Rollan, porque ambas eran de tema policíaco, aunque con ambientación y tramas bien distintas. Porque "El Inspector Dan" tenía un marcado carácter sobrenatural, de misterio y hasta de terror y como principal escenario el brumoso Londres de los relatos de Sir Arthur Conan Doyle, Edgar Wallace o los folletines góticos aunque a veces podía trasladar su acción a los castillos de Escocia o a los Estados Unidos de América. El estilo de Giner era marcadamente expresionista, muy influenciado por la escuela alemana y el  cine negro americano y las películas de terror de la Universal, y probablemente también por los cómics de "The Spirit", por aquel entonces no muy bien conocidos en España.



No es extraño pues que, como muy acertadamente señaló uno de los fans incondicionales del Inspector Dan, el dibujante Jose María Beá, la serie española llegara a anticiparse a las creaciones de la E.C. Comics del norteamericano William Gaines, ya que bebía de las mismas fuentes. Los ambientes creados por el genial Eugenio Giner con su virtuoso uso del claroscuro eran los propios del género gótico y del "noir": callejones umbríos, siniestros laboratorios, laberínticas catacumbas, pantanos infernales... Y los protagonistas tenían que medir sus fuerzas contra auténticas encarnaciones del Mal: sabios chiflados, asesinos en serie, momias, vampiros y otros seres de filiación diabólica. Incluso el mismísimo Satanás en persona llegó a  intervenir en alguna de las historias. 
Los protagonistas principales son el propio Inspector Dan de la Scotland Yard, su ayudante y más que probable novia, la bellísima Stella, el jefe de ambos el Coronel Higgins y el veterano inspector Simmons, "El Águila Tuerta de Scotland Yard", un personaje bastante excéntrico y con un alto concepto de sí mismo, que asegura someter a los criminales gracias al poder de su mirada hipnótica.


En lo temporal, todo parece indicar que los  episodios transcurren en la década de los años 20 del pasado siglo y en períodos posteriores, aunque haya muchas reminiscencias todavía del pasado victoriano. Además de tratarse tal vez de la primera historieta española de aventuras en abordar abiertamente la temática del terror y del misterio, muchos jóvenes lectores de nuestro país se familiarizaron gracias a ella con escenarios hasta  entonces  insólitos del Reino Unido, como el barrio de  Whitechapel, el Museo Británico, o espacios para competiciones deportivas como el Albert Hall, el estadio de Wembley o el autódromo de Tottingan. 
Hubo un breve renacimiento del Inspector Dan, a principios de los años 70, a cargo del dibujante Julio Vivas, quien volvió a insuflar nueva vida a los personajes creados por Giner en unas cuantas historias memorables. Antes de su definitiva desaparición en las brumas del tiempo, de un pasado que hoy algunos recuerdan con nostalgia.


No hay comentarios:

Publicar un comentario