sábado, 11 de mayo de 2024

DESCUBRIENDO A HUICHILOBOS


 Dice la leyenda anglosajona que los antepasados de los españoles, nuestros antepasados, que llegaron a América sin haberla descubierto, porque de eso se encargaron ya los vikingos rubios y de ojos azules, esos mismos que hicieron el ridículo retrocediendo cuando les plantaron cara los skraelingar. Digo que dice la leyenda que allí se encontraron una especie de idílico paraíso, un Jardín del Edén, poblado de bonitas plantas y animalitos y habitado por amables y pacíficos pueblos originarios. Y que los nuestros, los españoles, llevaron allá la violencia, el cristianismo, la abulia, la corrupción, la viruela y no sé cuántas desgracias más. 
Cuenta la leyenda anglosajona que estas cosas tan lamentables no habrían sucedido de haber sido ellos, los anglosajones protestantes, guapetones y estirados, de cabellos rubios, ojos azules y tez paliducha con pecas los que hubieran llegado primero a esos territorios de ultramar. Que los habrían hecho prosperar como su Dios manda, con la Biblia en una mano y el fusil en la otra, replicando allí lo mismo que hicieron ellos en Norteamérica, donde resulta que el mejor indio es el indio muerto.
Y la leyenda anglosajona ha sido creída por muchos, de una ideología y de otra, de la banda de allá y de más acá. 
En primer lugar, por los propios anglos protestantes, o al menos por buena parte de ellos,  y por muchos otros europeos del norte que miran con desprecio a esos otros europeos del sur que hace ya algunos siglos les dieron sopas con onda, descubriendo no sólo el continente americano sino el océano Pacífico (el lago español) y el mundo entero, anticipándose con el Galeón de Manila a eso que ahora llaman la"globalización"; que no al "globalismo", afortunadamente, que eso sí que es un invento de los anglosajones y los sionistas.
Luego por los criollos secesionistas que en la América española se sublevaron para crear nuevas naciones, que acabaron siendo rapiñadas por los anglos y norteamericanos, mediante actos de piratería, deudas infinitas, explotación de materias primas y demás formas de extorsión y de saqueo.
También por aquellos descendientes de los amerindios que se han tragado con gusto todo ese cuento anglosajón y esa patraña infecta del "indigenismo" barato, fabricada por los mismos que piensan extorsionarlos aún más, utilizándolos para debilitar y destruir del todo a las naciones a las cuales pertenecen.
Y por último, vergüenza debería darnos, por los secesionistas que tenemos en nuestra propia casa, que juegan el mismo papel que los indigenistas, pero en plan "pueblos originarios de la Celtiberia". Que aquí nunca faltará un paleto al servicio de alguna potencia extranjera, que se crea él mismo un nuevo Simón Bolívar de su despreciable poblacho de m...
Desgraciadamente, la realidad es así de tozuda y se encarga de desbaratar cualquier leyenda, por muy anglosajona y hollywoodiense que esta sea.  Y lo mismo que sucede con esas "fosas comunes del  franquismo", que de vez en cuando se anuncian a bombo y platillo, y después hay que tapar a toda prisa porque se trata de los huesos equivocados, cada cierto tiempo los arqueólogos se topan con fastidiosos vestigios del pasado antropofágico de los modélicos pueblos originarios. 
Qué macana. En lugar de encontrar a la amorosa Pachamama, se encuentran con Huichilobos.


Huey Tzompantli (Torre de los cráneos) descubierta en 2020 en Ciudad de México


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