sábado, 18 de abril de 2020

 Y DESPUÉS DEL COVID 19, ¿QUÉ VENDRÁ? ¿EL COVID 20? ¿EL COVID 21?..

Dibujo de Ming El Cruel, por Alex Ray mond
Para nadie es un secreto que los productos Made in PRC no se distinguen precisamente por su alta calidad. Son manufacturas bastante chapuceras y con pocas garantías de durabilidad, pero aún así inundan los mercados de todo el mundo porque, supuestamente, tienen unos precios más competitivos. Pero todos hemos comprobado alguna vez que aquellas zapatillas que compramos en el chino del barrio un día que andábamos apurados no duraron ni dos días, que aquel juguete tan bonito que también compramos allí no pasó ningún tipo de control sanitario y puso en riesgo la vida de nuestra sobrina de tres años, o que aquella máquina de afeitar tan "balata" por muy poco nos nos deja la cara como la de Freddy Kruger. 
Así que ¿por qué nos extraña que los test que llegan de China no funcionen o las mascarillas estén defectuosas y parezcan de papel de fumar? Qué más da que se muera la gente, el caso es que la RPChina sigue siendo nuestro proveedor de confianza en este mundo globalizado. Aquí ya no somos capaces ni de fabricar mascarillas, tal es el estado de indigencia industrial en que hemos quedado, y crisis como la actual lo ponen todavía más en evidencia.




Detalle de "Exposé For Men" (1959)

Sin embargo, puede que no todo lo que se fabrica en China sea tan chapucero, después de todo. El laboratorio de alta seguridad BSL-4 inaugurado en Wuhan en 2015 con la colaboración de ingenieros franceses, no muy lejos del mercado que se considera el foco inicial de la pandemia, llevaba algún tiempo investigando la posibilidad de que el  SARS del murciélago pudiera mutar en supervirus  y  afectar así a los seres humanos. Así parece demostrarlo un programa de la RAI  (TG3 Leonardo) que hace unos años divulgaba la noticia, sin entrever que tal vez se estuviera tratando de la fabricación un arma bacterológica. Los cazadores profesionales de bulos y los partidarios del "orígen salvaje" de la pandemia se  apresuraron a denunciar que el video del programa era un fake  o a afirmar que aquellas investigaciones nada tenían que ver con el actual COVID-19.
Pero ¿quién a estas alturas puede estar seguro de un régimen comunista como el de Pekín, que ha estado mintiendo al mundo entero desde que empezó esta crisis? Y sabiendo que organismos internacionales como la OMS comen de la mano del gigante asiático, así  como muchas empresas y hasta gobiernos occidentales ¿quién puede fiarse de canales y medios de comunicación que pueden estar vendidos al oro amarillo?
Personalidades independientes, como el profesor Luc Montagnier, Premio Nobel de Medicina, están convencidas que el coronavirus pudo ser fabricado en el laboratorio de Wuhan. Fuentes periodísticas que antes se citaban para desacreditar esa teoría como conspiranoica (como el Washington Post, sin ir más lejos) ahora la están avalando. Se acaba de revelar que el paciente cero de Wuhan contrajo el virus, con toda seguridad, en el famoso laboratorio.

"Tortura china" de Gutierrez Solana

Empezamos por negar la mayor, elevando al rango de verdad categórica que el virus es de origen del todo natural, y ahora ya empezamos a dudar si no habrá salido de un tubo de ensayo "por accidente". Ya sólo resta dar un paso más hacia adelante para afirmar que su propagación desde un laboratorio de alta seguridad sólo pudo ser intencionada. Donald Trump, que se ve con el agua al cuello, podría llevar la cosa hasta esos extremos muy pronto, a pesar de los muchos intereses económicos que todavía atan a los USA con su gran rival, la República Popular China. Acaso el general Chi Haotian no se mostró en su día partidario del uso del armamento biológico para imponer el dominio chino?
Ahora bien, asistimos a ímprobos esfuerzos del gobierno chino para tapar bocas y comprar voluntades, y muchos son en occidente los que se dejan corromper. Otros parecen colaborar activamente con él en lo que parece el proyecto de un Nuevo Orden Planetario, en el que China desempeñaría su papel, pero que en realidad no sería el de metteur en scéne precisamente. La OMS, las grandes farmacéuticas, Bill Gates y George Soros podrían estar todos en el ajo... En tal caso, que Dios nos pille confesados.
Después del exitoso ensayo del COVID-19, ideado por los laboriosos científicos asiáticos para eliminar a los ancianos, podrían venir en los  años venideros otros virus diabólicos made in PRC, aún  más letales y cada uno de ellos  especializado en algún segmento de la población al que se desee exterminar: animalistas, veganos, nekanes, intersexuales, pijoprogres... ¿quién sabe?


Cartel de  película (1932)

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