lunes, 30 de julio de 2018

LOS ILUSTRADORES DE POE

"Morella" por Harry Clarke
 
Ningún otro escritor buceó tanto en el mundo de los sueños, ni tampoco en los más negros pozos del alma humana, como ese demonio del Sur que fue el genial Edgar Allan Poe (1809- 1849) el padre del "romantiscismo oscuro". Gran renovador de la lírica del siglo XIX, fue además el pionero y maestro de toda la literatura moderna fantástica y de terror; y fue asimismo el inaugurador de géneros tan populares como el del cuento policíaco. Sin él no podría explicarse la obra de tantos escritores que vinieron después, y tan diferentes entre sí, como fueron Julio Verne, Lovecraft, Arthur Machen, Lord Dunsany, R. L. Stevenson, , J.K. Huysmans, Oscar Wilde, H.H. Ewers, sir Arthur Conan Doyle, Ray Bradbury, etc, etc.
Incluso Fedor Dostoievsky, Franz Kafka o Sigmund Freud le deben mucho a quien osó indagar en el submundo de su propia personalidad y en el de la de sus semejantes a través de la literatura (Goya ya lo había probado unos años antes a través de sus dibujos y grabados) revelando los aspectos más tenebrosos de la psique del hombre moderno, el hombre de las multitudes: el morbo autodestructivo, las obsesiones aberrantes, los miedos más recónditos que iba sacando a la luz a través de su propia introspección y de la observación de las conductas ajenas.
Si ampliaramos el radio de influencia de Poe abarcando además de a la literatura, a las artes plásticas y  al cine no daríamos abasto; pero vamos a centrar nuestra atención en algunos de los más sobresalientes artistas, y en especial ilustradores, que estuvieron influidos por Poe o lograron captar la atmósfera tenebrosa de los cuentos y poemas de aquel monstruo sin par de las letras... 



Ilustración y caricatura de Poe, por Darley


El primer dibujante que se atrevió con un relato de Edgar A. Poe fue un tal F.O.C. Darley (1822-1888)  requerido por el propio escritor para que ilustrase "El escarabajo de oro", cuando fue publicado en 1843 en el periodico "The Dollar Newspaper". Este artista gozaba de una cierta fama como colaborador habitual de la prensa useña de la época, siendo conocido después como "el padre de la ilustración americana". Poco antes ya había contactado con Poe para participar juntos en el proyecto del lanzamiento de una revista literaria que recibiría el nombre de "The Stylus".
Pero de todo el legado literario de Poe, ha sido sin duda su poema "El cuervo" (publicado en 1845) el más célebre debido al impacto que causó entre los jóvenes poetas franceses (Verlaine, Mallarmé y el resto de los simbolistas) capitaneados por su mentor Charles Baudelaire. El introductor de Poe en Europa responsabilizó a la "zoocracia" americana (que por su insensibilidad le recordaba "al ídolo de Jaggernaut") del trágico destino del poeta, que no quiso transigir con el mundo que le vio nacer para convertirse en un simple "money making author". 

La sombra ominosa del cuervo, según Doré




Un gran amigo de Baudelaire fue el artista Édouard Manet (1832-1883) padre de la pintura moderna, quien en 1875 realizó una serie de litografías dedicadas al poema "El cuervo", como homenaje póstumo al entonces considerado por algunos como el padre de la moderna literatura. 
Algún tiempo después otro artista francés, el dibujante Gustave Doré (1832-1883) dedicaría el último año de su vida a una serie de 26 grabados  para ilustrar "El cuervo" casi  estrofa por estrofa. Estas estampas saldrían a la luz en 1884, tras la muerte del "artista del pueblo", como lo llamaba Van Gogh, a los 51 años, y después de haber creado una enorme cantidad de ilustraciones (cerca de 10.000) algunas de ellas también muy memorables, como las consagradas al Quijote, a la Divina Comedia o a la Biblia.

Paul Gauguin (1848-1903) el pintor simbolista y líder de los "nabis" (profetas) se despidió de sus amigos y discípulos en el Café Voltaire, para marchar a los Mares del Sur en 1891, recitando precisamente  "El cuervo", traducido al francés por su amigo Mallarmé. El poema le inspiró también algunos dibujos y hasta un lienzo al óleo pintado en Tahití en 1897, y conocido también como "El desnudo de Pau'ra acostada". El fondo del cuadro aparece como un friso con enigmáticas figuras (un cuervo, dos personajes que susurran algo al oido) que amenazan con malos augurios y expresan la lobreguez del estado de ánimo del pintor en aquella época.






Otro artista muy vinculado al simbolismo y que reverenciaba a Poe fue Odilon Redon (1840-1916). El francés descubrió un alma gemela en el americano, embarcado como él en la exploración de los mundos oníricos. Fue su amigo Armand Clavaud quien lo inició en la literatura moderna (Poe, Flaubert, Baudelaire) en la misteriosa poesía hindú y también en las ciencias naturales (el mundo de los seres microscópicos) donde redon hallaría una inagotable fuente de inspiración para sus extraños dibujos (los "negros" o "sombras" como él los llamaba).  En 1882 publicaría seis litografías con el título "A Poe", dedicadas no tanto a ilustrar escritos concretos del americano como a captar la atmósfera irreal y visionaria de sus historias. Tres años después dedicaría una serie similar a Goya, otro maestro de lo fantástico al que él admiraba.


"El ojo como un globo extraño" de Redon


"Una máscara toca el toque fúnebre"






Ya en el siglo XX, Poe siguió siendo ilustrado por otros artistas franceses de renombre, como Auguste Leroux (1871-1954) muy vinculado a España a través de sus descendientes, quien en 1933 creó varias imágenes en color para una edición de las "Historias extraordinarias". Este pintor, que inició su andadura muy cecano al modernismo y el simbolismo, desembocó en un estilo más académico con el paso de los años, pero en alguna de sus ilustraciones para Poe, como la de "La máscara de la Muerte Roja" todavía se percibe un gusto por lo macabro y lo decadente muy fin de siècle.

"La máscara de la Muerte Roja" por Leroux


Fuera de Francia, en la Pérfida  Albión la obra de Poe tardó mucho más en ser comprendida y  apreciada. Esto se debió ante todo a la leyenda negra tejida en torno al  escritor por su rival, el ex-reverendo Griswold, que en su libro "Memoir" arremetió contra Poe, cubriéndolo de calumnias y convirtiéndolo en un modelo de perversión moral. No tardaría en verse a Poe como una personificación de todos los vicios del Viejo Sur, vencidos por los yankis con la ayuda de Dios ("In God we trust", como dicen ellos en sus billetes de dólar). 
Aunque la moral victoriana hilaba algo más fino que el furor puritano de los nordistas, tampoco se libraban en Inglaterra los artistas de los rigores de una moralina hipócrita y meapilas. Así, uno de los que más los sufrieron fue el pintor y poeta Dante Gabriel Rossetti, lider de los prerrafaelistas y gran admirador de Poe. Serían Swinburne y Oscar Wilde los que más defendieron al "americano" de los ataques de sus paisanos británicos, pero no sería en realidad hasta los años 90 del siglo XIX que su figura sería rehabilitada por el biógrafo John H. Ingram. Y en el círculo de Wilde es donde encontramos al ilustrador Aubrey Beardsley (1872-1898) un genio precoz que ya había leído al poeta en su niñez, y que con un estilo muy influido por artistas japoneses como Hokusai realizó algunos dibujos a tinta china inspirados en famosos relatos de Poe: "El gato negro", "Los crímenes de la Calle Morgue", "La decadencia de la Casa Usher" y "La máscara de la Muerte Roja". Sin llegar a traicionar a Poe, el artista fue capaz de un modo muy hábil de captar la esencia de la historia a través de una clave única. Por ejemplo, en su ilustración para "El gato negro" contrapone la figura viva del gato tuerto, una criatura realmente infernal y repulsiva, con la de la mujer cadavérica que tiene bajo sus patas. Los dibujos fueron publicados finalmente en 1894 en "The Yellow Book", la ambiciosa revista literario-artística editada por John Lane.


"Los crímenes de la calle Morgue" por Beardsley
"El gato negro" por Beardsley


Un ilustrador en cierto modo continuador del estilo de Beardsley fue el irlandés Harry Clarke (1890-1931). Formado en la Dublin Metropolitan School of Art, fue además de un dibujante especializado en ilustraciones literarias, un diseñador y decorador de vidrieras, que realizaba junto a su hermano en un taller familiar. Resulta curioso a la vez que extraño que habiendo creado trabajos tan llenos de luz y de color, fuese capaz de cultivar también un modo de hacer en extremo sombrío y macabro. Sus dibujos a tinta china son puro Art Nouveau tardío, repleto de elementos curvos, orgánicos y dinámicos, sin perspectiva ni color y con formas estilizadas y ricamente ornamentadas. En algunas de sus creaciones se percibe también una cierta influencia del expresionismo germánico. En 1919 colaboró aportando sus magníficos dibujos a una edición de "Los cuentos de misterio e imaginación" de Poe, que tuvo tal éxito que volvió a ser reeditada en 1923 añadiendo nuevas ilustraciones, esta vez en color. Desde mi punto de vista quizás fuese este artista el que mejor supo ilustrar a  Poe, y aunque su estilo se ha comparado a menudo con el de Beardsley , fue sin duda capaz de llegar mucho más lejos que el inglés en la plasmación de su universo enigmático e inquietante. Además de estas ilustraciones merecen mencionarse las que realizó para el Fausto de Goethe y para los poemas de Algernon Swimburne (prohibidas durante algún tiempo en la puritana Inglaterra por su acusado erotismo). Lamentablemente, y al igual que Beardsley, este artista falleció siendo todavía demasiado joven, cuando empezaba a ser una de las figuras más prometedoras de las artes gráficas irlandesas. 

"William Wilson" por Harry Clarke
 



"Silencio" por Harry Clarke


Otro genial dibujante británico que también se ocupó de Poe, fue el gran Arthur Rackham (1867-1939) uno de los últimos representantes de la ilustración Art Nouveau en su país y que dibujó  los "Cuentos de misterio e imaginación" de Poe, obra publicada en dos lujosos volúmenes en 1935. Rackham también ilustró muchas otras obras de género fantástico, como relatos de Kipling, de los hermanos Grimm, la Alicia de Lewis Carroll o "The Rhinegold and the Valkyrie" de Richard Wagner.



Portada de los cuentos de Poe, por Rackham



"Los crímenes de la calle Morgue" por Rackham

En Italia destaca otro genial dibujante, Alberto Martini (1876-1954) quien estudiando la obra de los primitivos alemanes del siglo XVI contactó con el Modernismo en Munich, y vivió en París durante los años de eclosión del surrealismo, al que nunca se adhirió pese a las insistencias de Breton y otros. Sus dibujos realizados a pluma y tinta china entre 1905 y 1908 para ilustrar los relatos de Poe son sumamente oscuros e inquietantes. Como comenta el historiador de arte Michael Gibson, en su caso "el negro de la tinta devora la luz lo mismo que una nube opaca tapa el plenilunio".




Dibujo para "Berenice" de Alberto Martini




Ilustración de Alberto Martini para Poe


Dejo para el final, pero no por orden de estimación, al dibujante español-tabarnés Ramón Calsina Baró (1901-1992) que en los años sesenta realizó unas magníficas ilustraciones al carboncillo para Ediciones Nauta sobre "El Quijote" y también sobre los cuentos de Poe. Este artista nació en el barrio obrero de Pueblo Nuevo(Barcelona) y en su juventud diseñó carteles para la CNT durante la guerra civil. Su estilo de dibujo, muy fantástico y onírico, se acomoda bien a la prosa de Poe, pese a que no incide apenas en los aspectos tétricos tan abuindantes en otros ilustradores del maestro de Baltimore.


"El gato negro" visto por Ramón Calsina


Y hasta aquí este repaso a los dibujantes que intentaron traducir en imágenes la obra de Edgar Allan Poe, y que pretende complementar otros estudios que dedicamos en su día a los ilustradores de Dunsany y de H.P. Lovecraft.  Que las malas pesadillas con arte son menos indigestas se pasan mejor.

Retraro de Poe, por Manet





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