jueves, 15 de febrero de 2018

EXPLORANDO LA BELLEZA FEMENINA DE LA MANO DE LUO LI RONG


Vive Dios que ya nos gustaría hacer más entradas sobre la belleza en el arte de nuestros días. El problema es que  tal cosa, si existe, permanece casi siempre escondida, eclipsada por un Himalaya de mediocridades y mal gusto, que es lo que ahora se denomina el "Arte Contemporáneo". Si queremos volver a descubrir la Belleza, tendemos a fijar nuestra vista en el arte del pasado, en los viejos maestros de la pintura y la escultura. Pero también en el presente hay artistas que, en su mayoría, al margen del mainstream oficial trabajan en silencio, y no han renunciado a seguir creando obras bellas.
La estupidez contemporánea, que actúa a todos los niveles (sociales, políticos, económicos, mediáticos) contribuye con su oficiosa ideología "progre" a esta conspiración contra la Belleza. Ahora las feministas la emprenden también contra el arte del pasado, mayoritariamente hecho por los hombres, por machista y explotador de la mujer. Creadores como Degas, Rodin, Klimt, Renoir o incluso Picasso, que se inspiraron en el pasado en la belleza de las formas femeninas y  contrataron hermosas modelos para sus obras, son vistos hoy en día como unos déspotas y unos sádicos, unos miserables machirulos aprovechados. Muy en esta onda, una película francesa de los noventa, "La bella mentirosa", interpretaba esa relación del artista con su modelo en términos inequívocamente sadomasoquistas... 
Así no es de extrañar que cada vez sean menos los pintores o escultores que se atreven a explorar la belleza del cuerpo femenino, y a desatar así la furia de las Medeas empoderadas. Si a todo esto añadimos las campañas neopuritanas, del #MeToo, del LGTB, la soligamia, o incluso el MGTOW ,etc. el ambiente no puede ser más nefasto para la creación y para la PRO-CREACIÓN...
Afortunadamente existen artistas como Luo Li Rong, que siendo mujer y además china, no tiene tantos problemas ni trabas para crear sus esculturas con libertad. No tendrá que oír las constantes críticas feministas a su trabajo, por "cosificar el cuerpo de las mujeres", perpetuar los esquemas del heteropatriarcado y otras zarandajas por el estilo, y si se atreven a criticarla las inquisidoras (las feminicomunistas son tan osadas que se atreven a llamar "machistas" hasta a las juezas que sentencian en contra de sus intereses) parece que a ella le resbala todo eso, y sigue siendo fiel a sus principios estéticos.





Nacida en China en 1980, estudió en la Academia de Bellas Artes de Pekín, y luego se unió al estudio del artista Zon Jiabao, donde perfeccionó su estilo figurativo inspirado en el arte del Renacimiento italiano y en el Barroco europeo. Eso resulta evidente en el tratamiento del cuerpo femenino idealizado, y en el uso de efectos plásticos como el de los "paños mojados" (puestos en práctica ya por Fidias en el Partenón, y  por otros escultores de la antigüedad clásica)  que realzan aún más la belleza anatómica de las mujeres.





En el año 2002 llamó la atención por haber realizado una serie de esculturas monumentales para las Olimpiadas de Pekín. Aunque la mayor parte de las figuras las suele trabajar a tamaño natural, empleando como materiales masillas o el bronce. En algunos casos, remata sus esculturas con un aspecto policromado, añadiendo color, como se puede apreciar en la fotografía.









Actualmente vive y trabaja a caballo entre su China natal y Europa, donde enseña escultura en su propia escuela, en Bruselas, desde el 2009. En su obra, además de la fuerte influencia clásica, puede apreciarse también un toque surrealista, en algunos casos.





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