lunes, 14 de mayo de 2018

INTERPRETACIONES, ADULTERACIONES Y "APROPIACIONES"

"El Beso" de Gustav Klimt, versionado por Milo Manara. Curiosamente, aún es posible encontrar en algún cómic homenajes realizados con talento y respeto hacia el arte del pasado

Copiar las obras de los maestros del pasado formaba parte hasta hace muy poco de la práctica habitual del aprendizaje artístico y académico, lo mismo que los homenajes que unos pintores han tributado a otros pintores a los que admiraban especialmente, y en los que han encontrado inspiración. Velázquez admiraba a Tiziano, Goya imitaba a Velázquez y a Rubens, y Manet imitaba a su vez a Goya y a Rafael, empleando un dibujo de este último para componer su famoso "Desayuno sobre la hierba". Imágenes icónicas del arte, como los santos y las Madonas, han inspirado obras del siglo XX como algunas pinturas de Otto Dix o de Balthus; o "La Libertad guiando al Pueblo" de Delacroix, por ejemplo,  sirvió de modelo al pintor turco Inkilap Yolunda para su cuadro "Camino Revolucionario". Otros artistas más osados han pretendido dar un aire más "fresco" y "vanguardista" a los temas del pasado, como hizo Picasso con las "Meninas", a las que interpretó en clave cubista. Aquello no fue otra cosa que un divertimento del malagueño, al que le sobraba imaginación para ser prolífico y no tener que parasitar ni manipular vulgarmente, como ahora se hace, las obras de otros artistas.


En una línea parecida, el colombiano Fernando Botero se ha atrevido a interpretar a su manera, en sintonía con el movimiento Fat Pride, a los grandes maestros  Leonardo da Vinci, Van Eyck o Velázquez, con unos resultados que a muchos les podrán parecer satíricos o incluso irreverentes. También hay un francés llamado Pierre Adrien Solier que  se dedica a reproducir obras de arte clásicas con figuritas de Playmobil.
Porque lo que hoy  denominan  los sabidillos como "apropiacionismo" no tiene nada que ver con el homenaje ni con el respeto al legado artístico y cultural que los occidentales hemos heredado, sino todo lo contrario. Se trata más bien del desprecio y de la burla, además de la demostración de una evidente falta de ideas y de un agotamiento creativo, característica de estos tiempos preapocalípticos que ahora vivimos. Esto no resulta nada nuevo, es en realidad bastante viejo; pues se remonta a un ready made perpetrado por Marcel Duchamp, el padrecito de los mierdartistas contemporáneos, hace ahora casi un siglo, en 1919. Este truhán, muy amigo del clan sionista de los Guggenheim y que no pegó ni golpe en toda su vida , se le ocurrió pintarle unos bigotes a una reproducción barata de la Mona Lisa que había comprado en una tienda de souvenirs de París. Y luego le puso por título "L.H.O.O.Q", un chistecito escatológico-pornográfico que suena en francés algo así como "ella tiene calor en el culo". Conviene recordar que los dadaístas y otros vanguardistas acusaban al arte y a la cultura occidental de haber sido la causante, nada menos, que de la Gran Guerra europea. Ya empezaban por entonces a sembrarse la endofobia y a estigmatizar el arte y la tradición de los europeos, a los que se les imputaban los peores crímenes posibles contra la humanidad, tales como el racismo, el autoritarismo, el colonialismo,etc.
Otros "creativos" más recientes han seguido por esta senda duchampiana de profanar la Mona Lisa, como el supuesto grafitero Banksy (sea un individuo o un colectivo) que la ha reproducido en diversas ocasiones enseñando el ojete o posando armada con un bazooka. Y lo mismo se ha hecho con otros iconos del arte universal, en lo que se entiende como un proceso de "desacralización" del arte (o más bien de profanación o  satanización ,como algunos nos atrevemos a precisar).


Graffiti de Banksy

Formas de "apropiacionismo" más o menos descaradas se han producido en abundancia desde la época del Pop Art, como aquí en España con las series sobre el "Guernica" del Equipo Crónica, en las que irrumpía repartiendo mandoblazos a diestro y siniestro el Guerrero del Antifaz. En estos casos el nuevo significado crítico o político con que se pretendían connotar  las obras servía para justificarlas conceptualmente. Luego vinieron en los 80 las Sherrie Levine, que se "apropiaban" sin más de las fotos de Walker Evans (es decir, las refotografiaban) las Cindy Sherman y compañía; hasta llegar a la situación actual en que casi todo es "apropiacionismo". A veces se trata de un juego ingenioso, como en los fotomontajes de Barry Kite, quien coloca a personajes extraídos de la pintura clásica en contextos banales de la vida cotidiana o de la publicidad actual; pero en la mayoría de los casos estas apropiaciones carecen de gracia alguna, cuando no resultan del todo ofensivas por su marcado sesgo ideológico o escatológico.
Estamos hartos de ver como se parodian cuadros famosos, especialmente de temática religiosa, como la Última Cena o  la Crucifixión, por parte de mierdartistas contemporáneos como Andrés Serrano o María Eugenia Trujillo, con el pretexto de reivindicar los derechos feministas, homosexuales, de las minorías raciales o religiosas o simplemente el derecho a la blasfemia. El Ecce Homo de Borja que "restauró" a su manera la pobre señora  Cecilia,  también se utilizó en su momento, como si aquella chapuza hubiera sido una especie de ejercicio "apropiacionista", en clave irónica y posmoderna (el tema ha dado hasta para una ópera y todo). Bueno, basta navegar un poco por las redes sociales para ver la cantidad de imágenes fake y parodias que hoy sobre arte sacro y profano circulan entre los internautas, aunque se trata generalmente de bromas de gusto más o menos dudoso, y que al menos no pretenden  pasar por "obras de arte".
No obstante, otra autora contemporánea, la pintora de origen cubano y afincada en USA Harmonía Rosales, que además de  mulatona es feminista, reinterpreta a Miguel Ángel pintando las escenas de la Capilla Sixtina para afirmar la superioridad de los negros y el origen africano de la especie humana. Así, según el nuevo catecismo multicultural, Yahveh es una negra, Adán es una shemale negra, los angelitos son negros (como los de Machín) etc.


"El orígen del hombre" por Harmonía Rosales

Los emblemas de la vieja cultura europea, hoy prácticamente derrotada y declinante, y sus logros en materia artística, técnica y científica, nunca alcanzados en ninguna otro lugar del planeta, se diga lo que se diga, han pasado a ser "apropiados" por los pujantes pueblos de color y usados como motivo de burla, resentimiento o vituperio. Las oleadas cada vez más frecuentes e intensivas de inmigrantes que soporta Europa, en gran parte favorecidas por intereses de las multinacionales y de las oenegés a su servicio, y el declive de la natalidad entre los autóctonos por diversos factores: sociales (la difusión del "marxismo cultural" a través de la enseñanza, el cine y los medios de comunicación) económicos, y hasta  biológicos (la fertilidad masculina ha descendido un 50% en los últimos años  entre los occidentales, por la exposición a estrógenos alimentarios y de uso cotidiano, producidos en masa por las multinacionales) están preparando ese cambio demográfico a gran escala en el continente que Renaud Camus llama  la Gran Sustitución.
Y lo más probable es que en el maremagnum al que nos está abocando el "multiculturalismo", la cultura que un día identificó a los blancos europeos se disolverá como un azucarillo en un humeante vaso de café con leche, porque dejará de haber individuos capaces de interpretarla (en el sentido de comprenderla) o de continuarla. Porque se habrá tergiversado, retorcido y calumniado hasta tal extremo que se identificará con lo más podrido y degenerado que haya producido la especie humana, cuando  en realidad significó, y todavía significa, justo lo contrario.


"Ecypse II black" de Cleon Peterson

Algunos "artistas" de nuestro tiempo ya están actuando como agoreros de lo que se nos viene encima, pintando un panorama nada halagüeño para el futuro más inmediato, ese que nos deparan las élites oscuras de la globalización y el Deep State. Uno de ellos es el californiano Cleon Peterson, que no por casualidad es uno de los favoritos del clan de los  Rothschilds, gracias a lo cual consiguió que le encargaran en 2016 un mural gigante debajo de la Torre Eiffel, "Eclypse II black", que reproducimos más arriba. Lo que a simple vista de pájaro parece una pintura en pro de la superación del racismo y las desigualdades, con figuras blancas y negras (que recuerdan el estilo de pintura de las cerámicas griegas antiguas) entrelazadas en una especie de danza festiva, encierra mensajes ocultos que se descubren tras echar una mirada más atenta. Las figuras negras que se dan la mano están en realidad, si uno se fija bien,  bloqueando los genitales de las figuras blancas mientras  que en el centro de la escena un hombre negro copula con una mujer blanca, no se sabe si de buen grado o por la fuerza. Y todas esas figuras negras componen con sus brazos algo muy parecido a una estrella de seis puntas, recordando bastante el Sello de Salomón  (que fue antes del sionismo, no lo olvidemos, el emblema de la familia Rothschild, cuyo fiel lacayo y títere Emmanuel Macron ha llegado, por medios insospechados, a ser el actual residente del Elíseo).

"Voluntad de Poder 1" de Cleon Peterson

Este Cleon Peterson, cuyas pinturas dice él mismo que simbolizan una "lucha entre el poder y la sumisión en la arquitectura fluctuante de la sociedad contemporánea", se complacen en representar de una forma siniestra escenas de  sadismo extremo, en las que (oh, casualidad) las figuras negras son siempre las que  ejercen la violencia (contra las blancas o entre sí) mientras que las blancas juegan siempre el papel de víctimas pasivas de esa violencia. Una de sus pinturas llamada "Juicio", en la que los blancos son linchados y despedazados sin piedad por los negros, transmite perfectamente y sin ambages ese sentido de retribución racial sobre una estirpe condenada al exterminio mediante la guerra racial. En otras, vemos algunos símbolos de la vieja cultura europea ensangrentados, como la Venus de Milo, presidiendo un espectáculo dantesco donde los blancos son masacrados  y las blancas son violadas por la muchedumbre de color.


"El fin de los días" de Cleon Peterson
Este artista nunca ha disimulado su afinidad con las ideologías extremistas más violentas y con el racismo anti-blanco (aún siendo él mismo blanco). Ha llegado a afirmar:
"La situación de la raza... es un tema totalmente descuidado y no confrontado en absoluto. Hacemos cosas en un nivel superficial... El racismo se ha vuelto hoy sistémico y profundamente arraigado dentro de la economía y la política, y el desarrollo de la   vivienda y el sistema carcelario. Hay tantas capas de injusticia, y ves como la mierda hierve".             
Y tanto que hierve la mierda, añadimos nosotros. Volvemos a recalcar que este artistilla de gusto más que dudoso y macabro ha sido favorecido en varias ocasiones  por el clan financiero de los Rothschilds, artífices al igual que los Rockefeller del llamado Nuevo Orden Mundial, y le han encargado incluso la decoración de sus yates de lujo. Por otra parte, no es ningún secreto que tras los estallidos raciales que se dan de forma periódica en los USA en los últimos años, y que tienen como excusa la violencia policial, están  casi siempre grupos de agitadores de extrema izquierda como Black Live Matters financiados por Soros, y eso está pasando también en Europa. Incluso en España, hemos comprobado recientemente como los podemitas y grupos afines (que controlan el ayuntamiento de la capital) han instrumentalizado una noticia falsa sobre la actuación de la policía, para poner en pie de guerra a los manteros negros del  barrio de Lavapiés, donde sembraron el terror durante un par de días.
Apropiación y Gran Sustitución son procesos que se dan de manera simultánea en una sociedad en descomposición como la nuestra. Mantengámonos alertas, para detectar las señales que nos avisan de lo que está  aún por venir.
       

"El final del Imperio" de Cleon Peterson

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