El blog de Dagga Ramba

NICOLAS ROERICH:"EL MAESTRO DE LAS MONTAÑAS (DE LA LOCURA)"    (2)

 "Sus flotas recorrían una prolongada escala que, por alguna reacción subconsciente del recuerdo, me parecía inquietante e incluso extrañamente terrible. Algo de aquel paisaje me recordaba las extrañas y perturbadoras pinturas asiáticas de Nicholas Roerich y las descripciones, aún más inquietantes, de la meseta de Leng, de perversa fama, que aparecen en el terrible Necronomicón del árabe loco Abdul Alhazred."
(H.P. Lovecraft, "En las Montañas de la Locura")

"Santa Sofía,  la  todopoderosa sabiduría "(1932)

Gran artista fue Roerich, uno de los más geniales pintores rusos del siglo XX, pero también fue sin duda una especie de "iluminado", y como tal tuvo sus luces y sus sombras. En el anterior artículo hemos hablado de sus vínculos con el oscuro teosofismo, y ahora toca hablar de las ambiguas relaciones que  mantuvo con los dos grandes poderes mundanos de su tiempo: la Unión Soviética y los Estados Unidos de América.




El "Lenin cósmico"

En torno a la primera expedición realizada por Roerich al Asia Central (1925-28) se produce un curioso cambio de actitud del artista hacia el bolchevismo, al que había considerado en un primer momento como bárbaro y enemigo del espíritu. Algunos lo atribuyen a una entrevista de Roerich unos años antes con un tal Mahatma Morya, que le habría persuadido del carácter positivo del comunismo ruso.

"la Montaña de Lenin" (1937)

Pero según el profesor Andrei Znamenski, autor de "Red Shambhala", todo se debería a un plan megalomaníaco de Roerich, que soñaba con implantar en el corazón de Asia una utopía budista-tibetana ( La Unión Sagrada del Oriente), que arrojaría luz sobre el resto de la humanidad. Con este fin, se habría hecho pasar en el Tibet por la reencarnación del Dalai Lama, pretendiendo desalojar al 13º de la lista sin éxito. Entonces, desde 1926 habría estado cortejando a las autoridades soviéticas, para conseguir el apoyo de estas a sus proyectos.

"Lago"

Llegaría a proclamar que las naciones asiáticas que había visitado habían comprendido el poder magnético del comunismo, y afirmó que Lenin era un fenómeno "cósmico" semejante a Buda o Cristo. Todo esto suena mucho al "cosmismo" de Fedorov, un movimiento a caballo entre la filosofía irracionalista y el misticismo, que influiría en gran medida en algunos aspectos del régimen soviético, en particular en el desarrollo de su programa espacial.

Issa y la calavera del gigante

En aquel tiempo tan cercano al triunfo de la Revolución de Octubre, los soviets soñaban con expandir el comunismo entre las naciones más depauperadas, y la sección mongol-tibetana de la 3ª Internacional se interesó en un principio por el proyecto de Roerich, pensando que podia ser útil vincular el cumplimiento de las profecías budistas (como la de Shambhala) con el triunfo del comunismo.
Pero cuando la reencarnación de Genghis Khan (Stalin) se hace con las riendas de la Rusia roja, la URSS se niega a apoyar incondicionalmente esta fantasía geopolítica.

"Genghis Khan"

Los rascacielos de Nueva York son indicios de Shambhala...

Fracasado este intento de ganarse el favor de los soviets,  Roerich vuelve a los Estados Unidos , y esta vez hablará con arrobo de los logros del americanismo, en busca de nuevos patrocinadores para su utopía. En 1929, como una especie de embajador del Asia Central visitó muchas instituciones proclamando : "¡Qué alegría ver las torres de Nueva York!... Cuando volví a verlas, recordé las voces de alegría provocadas en Asia por las fotos de esas potencias del logro humano... En las yurtas más alejadas de los desiertos asiáticos, el presidente Hoover se ve como un titán salvador de la gente hambrienta, Ford se percibe como símbolo de la fuerza motriz... Todos nuestros descubrimientos de los últimos años se perciben en el Oriente como signos de la época de Shambhala".

Se puede dudar de la sinceridad de estas palabras, tanto como de las declaraciones anteriores acerca  de Lenin, aunque sacándolas de contexto parezcan presagiar ciertas actitudes de los falsarios contemporáneos de la New Age.

"Buda en invierno" (1925)

Finalmente, no sería Hoover quien apoyaría sus proyectos, sino Roosevelt (quien había bautizado su residencia con el significativo nombre de Shangri-La), a través de su vicepresidente Henry Wallace. También el magnate y especulador Luis Horch aportaría dinero para sufragar la segunda expedición de Roerich al Oriente. Esta vez visitaría entre 1934 y 1935 Manchuria, Mongolia interior y China, en nombre del Ministerio de Agricultura de USA, porque la excusa para financiarla fue la búsqueda de semillas y plantas fertilizantes.
 De los avatares de este viaje poco se sabe, lo cierto es que a partir de entonces Roerich, uno de los últimos grandes aventureros europeos del siglo XX,  estableció su residencia principal en Naggar (Kulu), en los Himalayas, donde viviría hasta su fallecimiento en 1947.

"Tibet, Himalayas" (1933)

El Pacto Roerich y la Segunda Guerra Mundial.

Terminado el segundo viaje a Asia Central, se produce otro signo de colaboración entre la administración Roosevelt y Nicolás Roerich.   En 1935 se firma el llamado "Pacto Roerich" en la Casa Blanca, culminando así un largo proceso iniciado en 1929 cuando el pintor, asesorado por el doctor en Derecho Internacional George Chklaver, habían elaborado un proyecto para un convenio a favor de la protección de los tesoros culturales, promulgado según los códigos del derecho internacional.
Se trató en este caso de una iniciativa muy loable, que establecía un compromiso de las naciones (sobre todo en caso de conflicto bélico) para respetar los monumentos artísticos y las instituciones culturales. Estos objetos de protección se identificarían gracias a la llamada "bandera de la paz": blanca con una circunferencia roja y tres círculos rojos en su interior, simbolizando la unidad del pasado, el presente y el futuro dentro de la eternidad. Muchas personalidades se adherieron al Pacto ( Romain Rolland, Bernard Shaw, Einstein, Tagore y H.G.Wells, entre otras), y fue rubricado por EEUU , los 20 países de la Unión Panamericana y otras 15 naciones más. Por esta iniciativa Roerich fue propuesto como Premio Nobel de la Paz.

"Madonna" portando la oriflama de la Paz

Lástima que los primeros en infringir el Pacto fueran los angloamericanos, responsables en la Segunda Guerra Mundial de la destrucción de Montecassino y su biblioteca (la abadía benedictina más antigua de Europa), de los frescos de Mantegna en Padua, de la ciudad de Dresde (la Florencia del Norte), etc. Recientemente, en la Guerra de Irak hemos vuelto a asistir a otros episodios similares de barbarie, y seguro que ahora en Siria volverá a ocurrir de nuevo.

"Signos de Cristo" (1924)

Otro pacto entre naciones, el de no- agresión germano-soviético (Pacto Ribbentrop-Mólotov), serviría para que en 1939 Alemania y la URSS invadieran Polonia al mismo tiempo. El resultado fue que Inglaterra, Francia y sus aliados  declararon la guerra a Alemania, pero no así a la URSS. Como tampoco condenaron el posterior ataque de Stalin a Finlandia y la anexión de las repúblicas del Báltico por parte de la Unión Soviética. Ante la concentración de tropas efectuada por Stalin en su frontera occidental, el Tercer Reich rompió el pacto en 1941, iniciando la llamada "Operación Barbarroja" que daría lugar a uno de los episodios más sangrientos de la Segunda Guerra Mundial, y que tendría como principal víctima al pueblo ruso.

"Alexander Nevsky" (1942)

Es lógico que, ante tal panorama, Roerich (en el fondo, un patriota ruso) hiciera valer su influencia para ayudar a sus compatriotas que estaban sufriendo la invasión de una potencia extranjera. Prestó ayuda económica a la Cruz Roja soviética y al Ejército Rojo y pintó algunos cuadros de tema patriótico: "Príncipe Igor", "Alexander Nevski", "Se han despertado los héroes", "Los Guerrilleros", "La Victoria".

"Píncipe Igor" (1942)

En el terreno diplomático aprovechó su amistad con Nehru para impulsar la colaboración entre la India y la URSS en 1942, y ese mismo año  contribuye a la fundación de la Asociación Cultural Americano- Rusa, para favorecer "la comprensión mutua entre Rusia y Estados Unidos", y conseguir el apoyo de estos últimos al esfuerzo bélico de la URSS. Ahora sabemos que la economía de los USA habían entrado en recesión en 1937, amenazando con una segunda depresión como la del 29, y que para contrarrestar sus efectos se había entregado frenéticamente a producir armamento, que vendieron a todos los países en lucha, incluida Alemania, hasta el año 41, año en que declararon la guerra al Eje. A partir de entonces, el suministro de material bélico angloamericano a la URSS se hizo de forma masiva y ¿desinteresada? (en especial, de unidades motorizadas y tanques) y fue fundamental para la derrota del Reich en el frente del Este, aparte del papel jugado por "el general invierno".

Victoria sobre la serpiente Gorynych(1942)

A pesar de estos servicios prestados a su país, Roerich jamás pudo regresar a Rusia, ya que las autoridades soviéticas le denegaron el visado de entrada. Es probable que siempre desconfiaran de él, porque intuían que era un personaje poderoso e influyente, que no se dejaría domesticar por el PCUS.
Fue incinerado a su muerte en el Valle de Kulu, colocándose donde descansan sus cenizas una gran lápida rectangular donde se recuerda la memoria del Maharisha N. Roerich.

Hasta los últimos años de su vida siguió pintando, llegando a crear más de 7000 lienzos, formando series entre las que destacan las dedicadas al "Himalaya", "Genghis Khan", "Kuluta", "Kulu", "El Tibet", "Montañas Sagradas", "Ashramas", etc.



Apostilla: Lovecraft y Roerich

H.P. Lovecraft pudo conocer la obra expuesta en el recién inaugurado Museo Nicholas Roerich Museum de Nueva York entre 1924-27, los años en los que residió  en esa metrópolis. Los cuadros del artista ruso le impresionaron de tal modo que en cartas dirigidas a sus colegas escritores, Robert Barlow o James F.Morton, les expresa su admiración por esos insólitos "paisajes asiáticos" que jalonan el viaje del artista en busca de Agartha.

"Montaña de los cinco tesoros" (1933)

Muy significativo es lo que le escribe a su amigo Lilian Clark: "Posiblemente te he mencionado en varias ocasiones mi admiración por la obra de Nicholas Roerich –el artista místico ruso que ha dedicado su vida al estudio y representación de las desconocidas mesetas de Asia Central, con sus vagas sugerencias de maravilla y terror cósmicos. [...] Ni Belknap ni yo habíamos estado allí antes; y cuando vimos la naturaleza extravagante y esotérica de sus contenidos, recorrimos frenéticamente las imaginativas vistas expuestas. Seguramente Roerich es una de esas raras almas fantasiosas que han vislumbrado los secretos grotescos, terribles, de más allá del espacio y el tiempo, y han retenido alguna habilidad para insinuar los prodigios que han visto."

"La Esfinge de Hielo" (1928)

Ilustración de George Roux para "La Esfinge de los Hielos" de Verne (1897)

En 1931 el escritor de Providence crearía una de sus mejores novelas "En las Montañas de la Locura", un intento como "La Esfinge de los Hielos" de Julio Verne, de continuar "La Narración de Arthur Gordon Pym" que Edgar A. Poe dejara inconclusa. La trilogía alude a un continente antártico fabuloso, donde existen pasos a regiones más templadas, universos subterráneos, razas misteriosas y restos de civilizaciones desaparecidas.
En la novela de Lovecraft el pintor Roerich es mencionado hasta en cinco ocasiones, para evocar los paisajes que inspiraron la aventura de los expedicionarios de la Universidad Miskatónica que, como los del Instituto Urusvati, marcharon en busca de lo desconocido.

"Cuevas Sagradas" (1932)

Las disparatadas teorías del escritor chileno Miguel Serrano sobre la existencia de una Base alemana en las regiones subpolares, que habría resistido al término de la Segunda Guerra Mundial, y otras que presentan a la Antártida como una presunta entrada al mundo subterráneo de Agartha (otras "puertas" serían el Valle de Gizeh y el desierto del Gobi), tienen su origen sin duda en las ensoñaciones de Poe, Roerich y de Lovecraft.

 

Retratos de Edgar Allan Poe, Nicholas Roerich y H.P. Lovecraft