FOLCLORE Y "TRADICIONES" DE CHICHINABO
Poniéndome nostálgico, estuve rebuscando en el baúl de los recuerdos , hasta que al fin encontré este cartel basado en una acuarela realizada por mí hace 17 añitos, por encargo del centro recreativo de Coruxo (Vigo). En él se anunciaba un festival folclórico internacional donde se dieron cita bandas de música tradicional que representaban a diversas regiones europeas.
Al volverlo a ver, después de tantos años, me sorprende el cartel por varios motivos. Por una parte no incurre en la tan frecuente inexactitud de emplear la etiqueta "música celta" como sinónimo de música folk (como sucede en otros festivales como el de Ortigueira o Moaña), englobando bajo ese término a la música tradicional gallega. Las supuestas raíces celtas de los gallegos no parece que sean muy distintas a las de otros pueblos de España, a pesar de la leyenda romántica y por mucho que se empeñen algunos sectarios en dicha afirmación, para resaltar el hecho diferencial gallego frente a lo que queda más allá de O Cebreiro.
Por otra parte, todavía no estaba tan de moda el buen rollito globalizador y etnicista, ni era de rigor invitar a representantes musicales del Camerún, del área andina o nicaragüense o del pueblo saharaui, en un "totum revolutum", como sucede en esta clase de eventos hoy en día.
No. Aquí se dieron cita, sin complejos, grupos folclóricos procedentes de lugares distintos de Europa, con identidades diferenciadas pero con un sustrato étnico y cultural más o menos común.En la actualidad, una celebración de estas características sería tachada de discriminatoria, y de sospechosa por "identitaria" y xenófoba, pero es que los tiempos están cambiando.
Aquella voluntad comunitaria, en la línea de la "Europa de los pueblos", seguro que no era ajena a los aires optimistas que se respiraban entonces, cuando España acababa de incorporarse a la zona euro, y presumíamos tanto de estar en la UE, como nuevos "conversos" que eramos. Parecía de aquella que íbamos a ser los "number one", mientras que hogaño sufrimos la contrapartida de haber ingresado en un club tan selecto, y no queremos ver a la Merkel ni en pintura.
Como se puede comprobar, intenté cumplir el encargo creando una imagen lo más coherente posible, vinculada con las tradiciones musicales del Viejo continente. El duendecillo musical que aparece en el cartel se podría identificar con un "trasno" galaico, aunque variantes del mismo se pueden rastrear en casi todos los folclores del resto de la Península Ibérica y del continente europeo. El paisaje boscoso que lo envuelve remite al pasado remoto de Europa, el anterior a la revolución industrial, y no falta la referencia a la simbología solar, algo muy presente en la espiritualidad pagana de nuestros antepasados, los indoeuropeos.
¡Coidadiño rapaces, que chegou o ghicho da boina! |
Muy diferente es este otro affiche que hemos podido verpegado en los muros de diversos municipios de Galicia, en las pasadas fiestas navideñas. En él se reivindica con marcado sesgo político una presunta figura milenaria y probablemente precristiana, o "Apalpador", con gran arraigo en Galicia según sus difusores. Se trata en realidad de un intento más de descristianizar las fiestas de Navidad (en eso van de la mano del Santa Claus de la coca-cola) y a la vez exaltar el particularismo, imitando al Olentzero de los batasunos o al escatológico Caganer de los catalanes.
Parece ser que esta "antiquísima tradición" (desconocida por la mayoría de nuestros abuelos) se la ha sacado de la manga una organización lusista santiaguesa, "A Gentalha do Pichel", y lleva circulando por ahí desde 2006, basándose en una única fuente etnográfica, las cuatro estrofas de una canción recogida a una anciana de la comarca del Courel.
Con mimbres tan endebles se pretende armar una "tradición" alternativa para desbancar las costumbres "católicas" y "españolas" (es decir, a los Magos de Oriente de toda la vida) y sustituirlas por el personaje que vemos en el cartel, una especie de carbonero que fuma en pipa (como el Olentzero vascongado), pero que por su aspecto pelirrojo y su verdosilla vestimenta más bien parece sacado de un anuncio de la Guinnness (Oh, la Verde Erin, ese idílico país donde lo que mandan los curas "va a misa", nunca mejor dicho).
Por lo visto, las ocupaciones de este individuo consisten en introducirse furtivamente por estas fechas en los dormitorios de los niños, y manoserarles la tripita para comprobar si se han alimentado lo suficiente durante el año.. Vamos, que si a eso le añadimos el nombre, bastante desafortunado para alguien relacionado con la infancia, de "O Apalpador" deberían de sonar todas las alarmas, y más en estos tiempos en los que hay tanta sensibilidad con el tema de los abusos a menores.
En fin, todo esto sería motivo de risa si no fuera porque, como todos sabemos, nunca faltan políticos dispuestos a subvencionar y promover esta clase de paridas, para incidir en el "hecho diferencial" y para programar el cerebro de las futuras generaciones (de votantes).
Poquito a poco terminaremos creyendo que O Nadal gallego nada tiene que ver con el "portal de Belén" (que además es una cosa muy ofensiva para los musulmanes) y que todo este alboroto navideño se debe a la llegada de un pervertido irlandés que se ha vuelto a propasar otra vez con el drinking.
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