TODOS ANTIMESITAS
Lo dice Bibi, lo dice Trump
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Propaganda soviética anunciando el Plan Quinquenal (detalle) |
En estos últimos días asistimos a un fenómeno curioso, cual es el de la aparente escalada de la tensión entre el gobierno corrupto de Sánchez y el no menos corrupto, además de sanguinario, de Netanyahu, a cuenta de la matanza de gazatíes puesta en marcha por este último con la aquiescencia prácticamente de todo el mundo, y en particular de los USA y la UE.
Los desencuentros entre ambos ejecutivos se llevan escenificando tras producirse el famoso ataque de Hamas en octubre de 2023, coincidiendo con la presidencia de España del Consejo de la UE, y se patentizó con el viaje de Sánchez a Israel y a Oriente Medio, en el transcurso del cual hizo su particular brindis al sol con el reconocimiento unilateral del estado palestino. La ONU lleva unos cuantos años mareando la perdiz con este tema y haciendo juegos malabares sin llegar a ningún puerto en concreto, como sabe muy bien nuestro presi al que le importa un bledo el destino de los habitantes de la Franja de Gaza, como también le importamos un comino los españoles, y que sólo le interesa este tema como una cortina de humo que utiliza cuando tiene problemas internos; como verbigracia los que le generan sus socios de gobierno. Al mismo tiempo, le viene muy bien a la UE que alguien represente a la sensibilidad progresista, en favor de las víctimas de un genocidio al que están contribuyendo en calidad de cómplices los de Bruselas desde que este empezó.
Como los problemas de Sánchez no han hecho más que multiplicarse últimamente, con los escándalos de corrupción que salpican de fango a su ejecutivo y a su entorno familiar más cercano, la cortina de humo tiende a hacerse más tupida y a espesarse cada día más. A lo que hay que añadir la nefasta gestión de las ayudas por la riada de Valencia y la negligencia que rodea a todo este asunto (intencionada o no) el "experimento" con las renovables que supuso el apagón ( "The Daily Telegraph" dixit) y los otros "experimentos" a los que nos están sometiendo desde hace años.
Además hay que tener en cuenta el cambio producido con la vuelta al poder en los USA del sionista Donald Trump, sustituyendo al no menos sionista Joe Biden. Ahora un "gobierno de progreso" como el que encarna Sánchez (apadrinado, no lo olvidemos, por un conspicuo hijo del gueto como lo es George Soros) puede enarbolar tranquilo la bandera de la causa palestina sin que se molesten sus mentores del Partido Demócrata norteamericano.
En el mes pasado Moncloa aseguró que anularía un contrato de compra de 15 millones de balas a una empresa israelí, mientras esta misma compra se ratificaba en el BOE y seguían en curso nueve contratos más con Israel. Todo esto sonaba a cuento de mentirijillas, habida cuenta de que el gobierno del PSOE y Sumar lleva adjudicados un total de 46 contratos por más de mil millones de euros con la todopoderosa industria militar israelí desde que empezó la masacre de Gaza. Es decir, que el gobierno de Sánchez lleva meses siendo cómplice de ese genocidio por el que ahora se rasga las vestiduras en plan fariseo.
La pantomima ha ido a más este mes de mayo, llegando a afectar al mundo de la "cultura", cuando el ministro Urtasun, en un alarde de furibunda indignación aseguró que el fondo buitre y judío KKR, vinculado a los asentamientos ilegales en Palestina, no era bienvenido porque "mancha la cultura". KKR, todo hay que decirlo, es el propietario de los macrofestivales de nuestro país, como el Viña Rock y el Sónar de Barcelona, donde se drogan y estupidizan los futuros votantes del PSOE y de Sumar. Ya veremos en qué acaba finalmente todo este vodevil.
Y a renglón seguido ha estallado el caso de Eurovisión, un festival esperpéntico que desde hace décadas lleva sirviendo de escaparate al mundo de la decadencia y la degradación cultural del Viejo Continente. Parece ser que este año Sánchez ha convertido el aplastante fracaso de la chica del "baile del gorila" en una cuestión de Estado, del que se culpa a los tejemanejes de Israel, ya que durante la retransmisión del aquelarre RTVE aprovechó para lanzar una soflama bastante ambigua, por lo mal redactada que estaba, y que rezaba así: "Frente a los derechos humanos (deberían haber dicho en cualquier caso "frente a los que vulneran los derechos humanos") el silencio no es una opción. Paz y justicia para Palestina."
El humanitario Sánchez después de denunciar un complot judeomasónico para alterar los resultados del televoto, favorables en grado superlativo a la cantante israelí, propuso nada menos que expulsar a Israel de Eurovisión, como se ha hecho con Rusia desde que empezó el conflicto en Ucrania. Habría que recordarle al Doctor Sánchez que Eurovisión no depende ni de los gobiernos ni de las televisiones públicas, sino que nació del comité de cultura de la OTAN y por eso sirve básicamente para blanquear al estado sionista, además de promocionar a aquellos países que se incorporan o pueden llegar a incorporarse algún día a la organización militar atlántica, como es el caso de Ucrania, Finlandia o Suecia. Además, Eurovi-Sión no sería nada sin el patrocinio de Moroccanoil (curioso nombre) la poderosa empresa israelí de cosméticos que viene financiando el festival durante los últimos años. Como es habitual, nuestro bienamado líder está a por uvas o juega al despiste en este asunto como en tantos otros.
La respuesta de Netanyahu no se ha hecho esperar, llamando por supuesto "antimesita" a todo el que desde la UE ose criticar sus hazañas genocidas en Gaza, a mayor gloria de Israhell. A él le gusta recitar versículos de la Biblia, como ese del Deuteronomio 7:2 que dice:
"Y cuando el Señor tu Dios los haya entregado (a otros pueblos) delante de ti, y los hayas derrotado, los destruirás por completo. No harás alianza con ellos ni te apiadarás de ellos."
El dichoso palabro es siempre utilizado por los sionistas como un cortafuegos que garantiza la impunidad de los criminales que gobiernan en Israel. Además de ser el pretexto habitual para achacar delitos de odio, cerrar cuentas en las redes sociales, cancelar al que piensa distinto, etcétera, etcétera.
El propio Netanyahu acaba de reconocer ahora con todo el cinismo del mundo, característico de esta gente, que financió a Hamas vía Qatar, mediante jugosas transferencias de 30 millones de dólares al mes para que dividiera a la autoridad nacional palestina, y para que terminara perpetrando (añadimos nosotros) el salvaje atentado del 7 de octubre, que ha puesto en bandeja a los sionistas la excusa para ocupar la Franja de Gaza sin oposición internacional. El Estado de Israel, con el apoyo necesario de su socio norteamericano, lleva creando y amamantando organizaciones radicales islamistas (no sólo a Hamas) para debilitar a otras organizaciones políticas del mundo árabe o para crear conflictos internos en otros países. Ese es su modus operandi, y mientras no haya un gobierno que lo denuncie abiertamente y, en consecuencia, deje de hacer manitas con ellos debajo del mantel y rompa toda clase de relaciones diplomáticas con el ente sionista y genocida, no me voy a creer que va de veras este sainete.
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