sábado, 26 de septiembre de 2020

EL REINADO DEL TERROR

El nuevo Comité de Salud Pública


Más meditaciones de un borrego asintomático

Nuevos pasos se están dando que nos conducen a una dictadura de facto: la Ley 3/ 2020 publicada en el BOE el pasado 19 de septiembre les permite a los políticos restringir nuestros derechos y libertades a placer, sin necesidad de decretar estado de alarma o de excepción alguno. Y ya estamos viendo cómo se está aplicando esto, con los confinamientos parciales, y muy pronto con la patada en la puerta en los domicilios de los negacionistas, por "razones sanitarias" claro está. La UME ya está lista para desplegarse en Madrid a partir del próximo lunes para vigilar el cumplimiento de la restricción de movimientos en determinadas zonas de la capital o llegado el caso, en toda ella. El gobierno está equipándose, a imitación de los chinos, de sistemas como el AI Mars, que emplean los datos biométricos para el reconocimiento facial de las personas sospechosas, y ya se están usando en los aeropuertos y en las calles para controlar a los manifestantes que van sin mascarilla. El anteproyecto de la nueva ley de telecomunicaciones permitirá al gobierno intervenir los whatsapp y las redes sociales para evitar "problemas de orden público"... Y todo eso se lo estamos permitiendo al gobierno de Pedro Pablo Zapatero (manejado en realidad por los Soros, BlackRock y compañía) con la excusa de que es "por nuestro bien". El mismo gobierno que creó un caos total en los meses de marzo, abril y mayo (y que puede volver a desencadenarse, a conveniencia, en cualquier momento) para ahora poder adoptar esta clase de medidas despóticas. Mientras, los partidos de la deposición ni siquiera se dan por enterados, es más son los cómplices necesarios en estas maniobras del "ejecutivo socialcomunista", que anda desbocado en su empeño por implantar un régimen de Terror con el pretexto del Coronacircus.



Y para ello cuentan con el sometimiento y la aprobación de las masas, de ese pueblo español actual, tan cobarde, avaro, eunucoide y aborregado que asimila como suyo el discurso fabricado por la "industria del pensamiento" dominante. ¿Qué dicen nuestros intelectuales y artistas, que deberían asumir un  liderazgo y dar forma y voz a los pensamientos e inquietudes de la gente? En su lugar campan los Wyoming, Risto Mejode o Friker Jiménez, como los nuevos gurús de la opinión pública. Los escritores juntaletras, los periodistas, los directores y actores de la mafia del cine español, etc., antaño tan locuaces, guardan ahora silencio como prostitutas bien pagadas o no se atreven a contradecir a los políticos que les dan mucho miedito. Sólo unos pocos, músicos casi todos ellos, se atreven a seguir los pasos del veterano Van Morrison, que  ha llegado a decir con un par que "los políticos sólo quieren esclavizar a la población con el COVID". Miguel Bosé, Enrique Bunbury, Carmen París, Kase.O., por poner los ejemplos más conocidos,  merecen que citemos sus nombres, nos caigan mejor o peor o nos gusten más o menos su aportaciones artísticas, porque están demostrando tener al menos algo de personalidad y bastante valentía al proclamar abiertamente lo que piensan en estos momentos .No obstante, siguen siendo muy pocos los que alzan su voz en nuestro país. La inmensa mayoría ha decidido callar y situarse en el bando de los colaboracionistas.


Los peligros de llevar mucho tiempo puesta la mascarilla. Viñeta de "Providence" de Alan Moore, dibujada por Jacen Burrows.

Voy a decir palabras muy duras contra mi propio pueblo, una vez más para no perder la costumbre. Se merece lo que le está pasando, porque en su mano ha tenido, y puede que  tenga todavía a pesar de las sofisticaciones tecnológicas,  la posibilidad de rebelarse. Decía el genial escritor Henri Bayle "Stendhal" en su inconclusa biografía de Napoleón que los españoles de aquel tiempo se distinguían por su fanatismo (herencia de los invasores norteafricanos) y por su valentía. Hoy podemos constatar que nos sobra mucho de lo primero pero que andamos muy escasos, por desgracia, de los segundo. Si en la época napoleónica era " la hidra del clero"  la que mangoneaba y  dictaba las normas a las gentes del común, ahora  lo que se lleva es el fanatismo progre , la secta del bozal, del calentamiento global, del animalismo y del Ministerio de la Igualdad. Si bajo los monarcas Borbones como Carlos IV y Fernando VII el pueblo llano  soportaba, en gran parte por culpa de las prédicas de los curas, el despotismo de la realeza y la aristocracia, y  era "como la mujer de Sganarelle, que le gustaba que le pegaran", ahora bajo los nuevos déspotas y gracias al lavado de cerebro de los medios de desinformación , dejaría que lo "azotaran hasta sangrar" por un macho alfa o un chulo de putas cualquiera como el Moñas de Galapagar.

No esperemos en Ex-paña manifestaciones multitudinarias como las que se han visto en Alemania, ni mucho menos tan animadas como las de Londres o los USA. Aquí vamos con paso firme  hacia nuestro suicidio colectivo, en espera de que algún día la gumia moruna nos rebane el cuello "a todos y a todas". Mientras tanto, que siga llevando el timón de la nave ese nuevo Comité de Salud Pública, gestionando el Terror de los enfermos asintomáticos. O que lo lleve otro comité formado por los partidos de la deposición, tanto monta. No puedo evitar recordar a aquel otro gran fanático de la profilaxis llamado Maximiliano Robespierre, el gran cortador de cabezas de la Revolución Francesa, que siempre se negaba a estrechar la mano de sus camaradas, porque lo consideraba poco higiénico. Seguro que habría disfrutado muchísimo del espectáculo que estamos dando, si viviera en el siglo actual.



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