viernes, 31 de agosto de 2018

LOS PODEMITAS Y LOS CÓMICS



Aquí lo vemos de nuevo, con sus gafitas y con su aire de intelectual trostkista, de niño chapón, de Harry Potter. El tanto tiempo desaparecido del mapa, por defraudar al fisco, el payaso prepotente de Monedero, el otrora mano derecha del Gran Coletudo, Macho Alfa del rebaño ovejuno y propietario de Villa Tinaja Su Excelencia Pablo Iglesias Jr. El asesor económico del desastroso régimen bolivariano, donde la gente de un país tan rico que nada en petróleo, tiene que huir en masa porque no tiene ni una barra de pan para comer. Y mientras él y otros como él, gozando los cientos de miles de euros que lograron sacarle al gobierno venezolano a través de una empresa interpuesta. El grandísimo e impresentable hideperra que pretende darnos lecciones a todos de cómo deberíamos de vivir, de cómo deberíamos de pensar, de qué libros deberíamos leer... Pues ahí está, con su tacita en plan Pepe Navarro, cruzando el Mississipi o más bien la Frontera... y entrevistando a Sánchez Dragó. O hablando de un cómic que ha leído o que dice haber leído... porque yo sí que lo leído hasta el final, y me parece que el señor Monedero ese no ha entendido ni papa.


Porque si se lo hubiera leído todo entero, el señor Billetero debería haberse visto reflejado en uno de esos líderes insurgentes que aparecen al final de la historia, y que a pesar de sus aires revolucionarios, están siendo controlados por las grandes corporaciones y los poderes financieros ocultos, que tiran de los hilos de la política en la sombra. Ellos saben muy bien que no sólo deben manejar a los que mandan, sino que también deben controlar la disidencia... La disidencia controlada, a la que pertenece el partido del señor Chequero, que según me consta sigue siendo ese engendro de Potemos.



¿O acaso ese ancianito venerable del dibujo no nos recuerda al filantrópico George Soros y a otros de su jaez, a los que tanto deben los contestatarios del 15M, los de la "revolución de los indignados" que sirvió a Pablito, a Íñigo y a Juan Carlos para auparse e inventar ese partido político que, mira tú por donde, ha acabado por dictarle a un botarate de la Moncloa lo que tiene que hacer, junto con sus socios golpistas de la butifarra y del tractor amarillo. Pues hasta aquí hemos llegado.






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