sábado, 18 de agosto de 2018

GRAFITEROS A MANSALVA

Detalle de Vítor salmantino
Pasamos a comentar algunos incidentes de actualidad relacionados con el mundo del grafiti, otras noticias recientes que tienen que ver con eso que por ahí llaman "cultura urbana", y por último hacemos un viaje en el tiempo para descubrir un insospechado antecedente de los tags y los grafitis en la Salamanca de nuestro Siglo de Oro.

Este verano han vuelto a ser de triste actualidad las noticias relacionadas con los grafiteros, que casi nunca son buenas, y con sus actividades delictivas y antisociales. La gamberrada perpetrada en la catedral de Santiago por un incombustible fan del grupo Kiss, demostrando el gusto depurado que caracteriza a esta clase de gente, o las agresiones verbales e incluso físicas que ha sufrido nuestra crítica de arte favorita, la gran luchadora y reencarnación de la mítica heroina Malinche Avelina Lésper, al enfrentarse dialécticamente con la mafia grafitera que anida en Ciudad de México, son algunos ejemplos de que el tema está más candente y al rojo vivo que nunca.
Una entrada muy recomendable para interpretar el auténtico significado que tiene hoy el fenómeno del grafiti es la que apuntamos a continuación: https://www.avelinalesper.com/2018/08/graffiti-complacencia-intelectual-y_11.html
Esto viene a coincidir con la ineptitud complaciente y habitual de nuestros políticos que, lejos de agarrar al toro por los cuernos como sería su obligación, y defender la cultura auténtica frente a esta clase de fenómenos que la devalúan y pervierten, están siempre dispuestos a halagar el mal gusto de sus potenciales votantes. Como el "humanizador" alcalde socialista de Vigo don Abel Caballero, que olvidó "humanizar" el paseo maritímo para albergar, una vez más, ese infame evento de deportistas urbanos, raperos y grafiteros conocido como "O Marisquiño", y que esta vez se saldó (como era de esperar que sucedería algún día) con un cierre catastrófico... Tanto botaron los aficionados al hip hop y tanta fue la resonancia del ruido ambiental que la plataforma  de madera del muelle se vino abajo, sepultando de paso también y para siempre, o eso esperamos al menos, el crédito  de tan fatuo y jactancioso personaje...



Vítores en el Patio de las Escuelas de Salamanca
Pero vamos a cambiar de tercio, aunque sin por ello dejar de hablar de los grafitis, porque al fin y al cabo este es un fenómeno bien antiguo, que se remonta al menos al tiempo de los romanos. Antaño los estudiantes también hacían sus grafitis, si bien respondiendo a un significado diferente y con un mayor sentido estético. En España, y en particular en Salamanca, los universitarios que se doctoraban solían inscribir en los muros de la ciudad sus nombres, con un pigmento de color bermejo y con esa tipografía de inspiración renacentista que ha pasado a ser una seña de identidad para los salmantinos. Parece que era costumbre, al menos hasta mediados del siglo XIX, que aquel que lograba el título de doctor organizara una capea y un banquete al que estaban convidados sus compañeros de curso, y después obtenía el permiso de las autoridades para pintar su nombre con la sangre del toro o con pigmento rojo de almagre, acompañado de un curioso símbolo, el vítor o víctor; la señal de la Victoria.



Empleo de la tipografía de los vítores para el comercio
El origen de este símbolo procede nada menos que del "crismón" o laburum que portaban en sus estandartes las tropas de Constantino y que hicieron huir aterrorizadas a las de su rival Majencio en la Batalla del Puente Milvio (312 d. C.). Oswald Spengler en la Decadencia de Occidente ya puso de relieve la importancia que tuvo en ese triunfo el uso de los símbolos y de su función política, algo que volvería a repetirse en el siglo XX con los nazis y que ahora estamos observando con la sucesión de esteladas y lazos amarillos, por ejemplo. In Hoc Signo Vinces, "con este signo vencerás" fue el lema que condujo a este emperador romano a la victoria sobre sus enemigos paganos; y este mismo emblema o uno parecido a él era otorgado por la Universidad de Salamanca desde el siglo XIV a los que se doctoraban en ella. Hay quien afirma, no obstante, que los que inventaron el laburum fueron en realidad los iberos y que se deriva del lauburu, esa curiosa esvástica que todavía lucen es sus carteles del Aberri Eguna los catetos nazis del PNV. Esa es al menos la curiosa teoría anotada en su día por Monseñor Zacarías de Vizcarra en su sorprendente y muy recomendable libro de 1939 "Vasconia Españolísima", el cura vasco que entre otras cosas acuñó el término Hispanidad que tanto usaría luego su paisano Ramiro de Maeztu



 
Este símbolo sería adoptado con el devenir del tiempo por Francisco Franco cuando en el 36 estableció su cuartel general en Salamanca, considerándolo desde entonces como un emblema de su propia persona y del Movimiento Nacional que él encabezaba. Aunque las versiones esotéricas apuntan a que ya lo había hecho suyo años antes estando en Marruecos, y que fue un experto en el ocultismo y la Kábala llamado Corintio Haza quien se lo sugirió, para utilizarlo como un talismán para protegerse de las balas de los rifeños. 

Curioso vítor del "viejo profesor", el sociata Tierno Galván


El caso es que las paredes de la muy noble ciudad de Salamanca, construidas con la piedra franca de tono asalmonado, están repletas de este símbolo que muchos de esos obsesos ignorantes que tanto abundan a día de hoy considerarían "franquista", y que se repite  a lo largo y ancho de la zona universitaria, concentrándose especialmente como un palimpsesto en el llamado Patio de las Escuelas presidido por la estatua de Fray Luis de León, enfrente justo de la fachada plateresca de la Universidad donde está la famosa calvera con el sapo... Un detalle muy charro e incluso, cabría decir, mexicano de la vieja ciudad de Salamanca. Pero esto sería tema ya para una entrada próxima.

Vítor inscrito por la Universidad salmantina como homenaje a los miembros de la familia imperial japonesa que la visitaron







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