lunes, 4 de diciembre de 2017

"CATALUNYA ENS ROBA" (2)

Algo más que Sijena

"Que toda la ponzoña que acecha en el fango salga a la superficie" (Robert Graves , "Yo, Claudio")

Pinturas de Mahamud (Burgos) actualmente en el MNAC

Que no se extrañen ahora los Pujol, Mas, Puigdemont, Junqueras y compañía. El que siembra vientos, termina recogiendo tempestades, y los antes citados y los ceporros que los secundan han estado la tira de años sembrando toda clase de ventosidades, flatulencias y mala leche contra el resto de los españoles, asignándoles el papel de verdugos y a sí mismos el de víctimas, cuando en realidad ha sido todo lo contrario. Los señoritos nacionalistas catalanes, como los de otros territorios (léanse los vasco-navarros) ricos, privilegiados, avariciosos e insolidarios de este ente asimétrico que se denomina España, se han pasado toda la vida considerándose superiores a los demás, una raza especial que podía mirar por encima del hombro a la "chusma africana peninsular" y tratarlos como trataría una potencia imperialista a una colonia, a la que se puede explotar, chupar la sangre, e incluso expoliar el patrimonio.

 
Por fortuna, se ha hecho ahora público y notorio el caso del robo de las piezas del monasterio de Sijena (Huesca) por parte de la Generalidad y de la diócesis de Lérida. Pero no se trata de un caso aislado, ni mucho menos.
El caso del tesoro de Sijena ha enfrentado durante años a la comunidad de Aragón con la catalana, porque se trata  de un botín de guerra que se remonta a 1936, cuando las milicias anarquistas de Barcelona (antepasadas de la CUP) hicieron la guerra por su cuenta en aquellas tierras, en plan conquistadores, arrasando y robando todo lo que encontraron a su paso. Eran los mismos que, además de destruir todas las iglesias que podían, intentaron hacer saltar por los aires el arco romano de Bará en Tarragona, por ejemplo, porque les parecía "fascista".
Las monjas del monasterio de Sijena, declarado monumento nacional en 1923, pudieron salvar unas 97 valiosas piezas de arte, entre ellas tres cajas sepulcrales góticas y el retablo de San Pedro del siglo XVI, que fueron transportadas de forma "provisional"a Cataluña. El pillaje se lo acabaron repartiendo entre la diócesis de Lérida y el Museo Nacional de Arte de Cataluña. Además, en pleno fragor bélico, la Generalidad envió al monasterio a un marchante llamado Gudiol para que arramblara sigilosamente con las pinturas murales del siglo XIII de la sala capitular, mediante el peligroso procedimiento del strappo (arranque). Un total de 120 metros cuadrados, valorados hoy (si es que es posible calcular su precio) en 130 millones de euros, al que hay que añadir otros 50 metros más que en 1960, ya en plena época de Franco, se llevó el  director del MNAC para su museo, donde siguen retenidos hasta el día de hoy. Porque la Generalidad se ha negado en reiteradas ocasiones a devolver la mayoría de estos bienes robados, y sólo ha restituido a sus legítimos dueños las piezas de menos valor.


Frescos de Sijena en el MNAC


Curiosamente en 1961 se organizó una exposición en Barcelona sobre el románico, en la que se expusieron los frescos de Sijena presentándolos como "pintura catalana" de un palacio de Lérida. Más detalles en http://www.elmundo.es/cronica/2016/11/14/58260bbfe2704e8f588b4594.html
 Este procedimiento de hacer pasar por arte catalán al procedente de los robos, estafas y ventas ilegítimas perpetrados en otras comunidades parece que ha sido un procedimiento  habitual, y lo volveremos a ver en más ocasiones.
 Otra manzana de la discordia entre las dos comunidades lo representa el Archivo de la Corona de Aragón, gestionado en exclusiva a día de hoy por la Generalidad, aun siendo propiedad del Ministerio de Cultura. Contiene importantísimos documentos históricos referentes a Baleares, Comunidad Valenciana, Aragón y Cataluña, estando mayoritariamente redactados en latín y español, y una ínfima parte en catalán. El Patronato fundado en 2007 por el Ministerio de Cultura para integrar a los gobiernos de las cuatro comunidades en su gestión, ha resultado finalmente inoperante, ya que el Archivo sigue bajo el control absoluto de la Generalidad. Es curioso que las justas reivindicaciones de las otras comunidades sean desoídas por los gobiernos centrales del PP-PSOE, cuando tanta prisa se dieron en deshacer el Archivo de Salamanca para contentar a los catalanistas, que se apropiaron de cuantos documentos quisieron, incluso más de los que les correspondían.


Pinturas de San Pedro de Arlanza en el MNAC


Siguiendo ahora  con el patrimonio expoliado a Castilla-León, más en concreto el de origen burgalés y palentino, hay que hablar del coleccionista y escultor catalán Federico Marés, quien durante la posguerra acumuló una amplísimo botín de piezas románicas y góticas, entre 150 y 200, usurpadas a los pueblos castellanos que tuvieron la desgracia de ser visitados por este personaje o por alguno de sus empleados. Cristos de más de dos metros, adquiridos de forma harto dudosa, y de los que no se especifica el lugar de procedencia (muchos museos e instituciones catalanas ocultan esta clase de informaciones, dificultando en gran medida las labores de documentación) y numerosas tallas escultóricas expoliadas en los años 50, 60 y hasta 70, con la complicidad de las autoridades corruptas de la época. Así se pudo crear el  Museo Marés en 1948, que ahora es propiedad del Ayuntamiento de Barcelona de la señora Ada Colau.
Uno de los casos más sangrantes sucedió en 1968, cuando por orden de Marés se despojó a la iglesia de San Miguel de Tubilla del Agua (Burgos) del siglo XII de muchos elementos arquitectónicos y una valiosísima pintura mural, que fueron trasladados  al museo, ocasionando tales daños al conjunto del edificio que acabó derrumbándose poco después.


Trozos de la iglesia burgalesa de San Miguel, de Tubilla del Agua, en el Museo Marés de Barcelona

Los libros de Gonzalo Santonja "Lo que se llevaron de esta Tierra" (1997) y "Museo de Niebla" (2005) llevan años denunciando la frescura y la falta de escrúpulos de los bandoleros catalanes que participaron en estos despojos, y sobre todo de las instituciones catalanas, que se niegan a restituir, con toda desfachatez, los bienes expoliados. En  propias palabras de este autor, "un museo público no puede comprar piezas vendidas ilegalmente y en la práctica robadas".
El MNAC también se apropió del patrimonio burgalés, como una parte de los murales románicos de la Sala Palatina del monasterio de San Pedro de Arlanza, las pinturas de Mahamud (la mejor representación de la pintura funeraria castellana del período gótico), los sepulcros de Villamayor de los Montes, etc, etc.
El Museo Episcopal de Vich es otro que en justicia se debería desmantelar, en gran parte, para devolver las piezas que expone a sus legítimos propietarios; como las estelas romanas de Lara de los Infantes y San Pedro de Arlanza, o la colección del escultor Chicote de obras románicas de Valladolid.


Beato de San Pedro de Cardeña (Burgos) parte del cual está secuestrado en Gerona

El Museo Diocesano de Gerona "custodia" también, y nadie sabe muy bien por qué,  un valiosísimo Beato de Liébana del siglo XII, procedente del monasterio burgalés de San Pedro de Cardeña. Por lo visto, desde que los gabachos entraron a robar allí durante la "francesada", todo el mundo se ha servido lo que le ha dado la gana de ese monasterio.
A veces otros particulares se han llevado  claustros enteros para su chalé. Así parece que ocurrió con  el de San Pedro de Gumiel de Izán (Burgos) que acabó en una finca de lujo particular en Palamós (Gerona). 
Siendo equitativos, hay que reconocer que esta clase de chorizadas no se circunscriben sólo al ámbito catalán. También está el Museo de Navarra, con piezas como el San Cosme y San Damián de Muñoyerro, procedentes de una venta ilegítima realizada en su día por el párroco, uno de esos  capaces de vender a su abuela por cuatro duros.

La mafia del 3%
El tema daría para una investigación mucho más exhaustiva, pero lo dejaremos aquí por ahora, porque cuanto más se escarba, más mierda sale a relucir. Un día me comentaba un amigo sobre las dudas más que razonables de que muchas de las obras de arte románico y gótico expuestas en los museos de Cataluña, y que pasan por "catalanas", lo sean realmente. ¿Qué sucedió con la escultura de esos siglos hecha en Galicia, por ejemplo, y hoy prácticamente desaparecida salvo contados ejemplos? Habría que decirles a esos "patos mareados"  de la política que pregunten por ella en Cataluña, a ver si tienen collons.























































































































































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