miércoles, 24 de julio de 2013

¿SANTIAGO EL APÓSTOL O PRISCILIANO EL HEREJE?



Santiago Peregrino de Landévennee (Castelao, 1930)
Prisciliano (Castelao, 1948)
El 25 de julio es una fecha controvertida: Día del Apóstol Santiago, el Hijo del Trueno, Santiago el peregrino, Santiago Matamoros, el Patrón de las Españas, y día de la Patria (o "matria") irredenta y de la reivindicación para los nacionalistas. Pero controvertida es también la identidad del aquel cuyos restos son venerados en Compostela. ¿Se trata del hijo del Zebedeo, Santiago el Mayor, primo carnal de Cristo, o de un oscuro heresiarca y mártir gallego del siglo IV llamado Prisciliano?



El personaje de Prisciliano tuvo y tiene muchos simpatizantes en las filas del nacionalismo gallego (entre ellos Vicente Risco, Castelao, Otero Pedrayo, Méndez Ferrín,etc) por encarnar el "hecho diferencial gallego" (en palabras de cierta Mª Victoria Escribano), y ser una especie de protomártir de una causa que siempre ha recurrido al victimismo. Según ellos, la causa de que lo degollaran en Tréveris fue la de ir en contra del orden establecido (el del Imperio romano y "hespañol") y no las disquisiciones teológicas sobre la Trinidad y el Padrenuestro, que a la gente normal nos trae más bien sin cuidado. Pelagio, otro colega britano de Prisciliano, fue condenado por san Agustín por abogar por el "libre albedrío" frente a la predestinación. Luego el dogma le dio la razón a Pelagio y se la quitó a san Agustín...
En los últimos tiempos el priscilianismo a vuelto a ponerse de moda, al mezclarse nacionalismo con izquierdismo y lucha feminista (ya que, por lo visto, el obispo de Ávila era partidario de la ordenación de mujeres, adelantándose en varias centurias al engendro de la Iglesia Anglicana). Eso conecta muy bien con el matriarcado y cierta espiritualidad "soft" y "new age", que va como anillo al dedo a estos tiempos que corren. Si a esto añadimos cierto matiz voltaireano y anticatólico que siempre ha acompañado a esta hipótesis (denunciando la impostura de las reliquias, y ensalzando al que pasa por ser el primer hereje condenado y ejecutado por el brazo secular), miel sobre hojuelas. Es comprensible que haya siempre gente dispuesta a incordiar un poco a monseñor Rouco Varela y cía., pues se lo tienen bien merecido.



Ilustración para "Alba de Gloria" de Castelao (1948)


Pero volvamos al orígen del mito de Prisciliano. Castelao, en concreto, fue un gran forofo de Prisciliano, y lo puso en cabeza de la procesión de los "padres de la patria" en su proclama desde el exilio argentino "Alba de Gloria". Para entonces ya había interiorizado el drama de la guerra civil, y se había operado en el gran dibujante y caricaturista una metamorfosis profunda, que le llevó a variar sus posiciones desde un tradicionalismo católico, bastante medievalizante, hacia un populismo de izquierdas, alineado con el Frente Popular del 36. Su postura anticlerical le llevó a proponer (en "Nova Galiza", 1-VII-1937) que se cambiase el escudo tradicional de Galicia, presidido por la copa del Santo Grial, por otro donde aparece una sirena (inspirado en una leyenda de la isla de Sálvora, pero que puede representar el "Principio Femenino" tan caro a los partidarios del nacionalismo "telúrico" de la Madre Tierra). Añadidos suyos fueron la estrella roja de cinco puntas y la hoz (que curiosamente porta también su dibujo de Prisciliano), frutos de su admiración algo papanatista por la Unión Soviética del tío Joseph Stalin.

Nuevo escudo de Galicia (Castelao)

Pero unos años antes, cuando como colaborador de Risco se encargó de las ilustraciones de la revista "Nós", no le pareció tan mal que la copa griálica encabezara las portadas de la revista que él mismo dibujó. En esa época dorada realizó maravillosas ilustraciones inspiradas en el románico jacobeo y la "estética del granito", y adoptó la tipografía capital de estilo "monacal" o "escolástica" de los siglos XIII-XV (aunque según algunos se inspiró en el abecedario romano antiguo, procedente de los laudes de los sepulcros de la conquista romana) como elemento identificativo de la galleguidad. Esto del uso de una tipografía diferenciada era algo muy recurrente en los nacionalismos de entonces, por ejemplo está la letra celta acuñada por los patriotas irlandeses, e inspirada en el Libro de Kells, o el impulso a la tipografía gótica como seña de identidad del pueblo alemán, llevado a cabo por los nazis.




Comic de Lugrís sobre el Apóstol, publicado en Atlántida



En referencia al Apóstol Santiago, Castelao escribió un artículo en la revista "Lugo" donde contraponía el Santiago Peregrino (encarnación de lo "europeo" y lo "gallego") al Santiago Matamoros (emblema del bando franquista, "sacrílego" y "totalitario"). Con todos los respetos por el gran dibujante (y menos grande ideólogo-filósofo), tal contraposición me parece bastante "peregrina", pues ambas imágenes del santo se complementan muy bien entre sí, y concuerdan con el ideal de la España de la Reconquista y de la Europa medieval cristiana. Sólo debemos recordar las órdenes de caballería como la del Temple, los Caballeros Teutones o la misma Orden de Santiago, cuyos integrantes reunían las cualidades del religioso y las del guerrero. La soflama de Castelao es muy superficial, está motivada por las circunstancias concretas de la guerra civil, y no profundiza más allá. Debería tener en cuenta la antigüedad del mito del Santiago Ecuestre, que se remonta a la batalla de Clavijo de 844, en la que Ramiro I de Asturias derrotó a las tropas de Abderramán II con ayuda milagrosa (según la leyenda) del Apóstol.
Por cierto, existe una portada de Castelao para la revista "Alborada" de 1922 donde  el dibujante realizó una bonita representación de... Santiago matamoros (vaya, hombre)



Santiago Apóstol visto por el Maestro Mateo (Pórtico de la Gloria, siglo XII)

Y ya que de Europa hablamos, digamos que fue gracias al Camino de Santiago que la cultura europea del románico se abrió paso de nuevo en la Península. Pero que también el impulso reconquistador castellano (auténtica manía le tenía Alfonso Daniel a todo lo "castellano", a pesar de la fonología de su apellido) ha impedido, al menos durante unos cuantos siglos, que la Península siguiera siendo una sucursal de Africa. Esto suena políticamente incorrecto, pero es algo que le debemos también a Santiago(no a Coto) Matamoros.
Las divisiones y tensiones separatistas entre los territorios que promueven algunas castas políticas de nuestro país, y que tanto han dado y dan que hablar, no ofrecen precisamente una garantía de resistencia a futuros retos que puedan plantearse a Europa desde la otra orilla del Mediterráneo.
Y no hablo del asunto del Codex Calixtinus, porque eso fue un culebrón del verano pasado, y ya está démodé.


Imagen de Santiago Matamoros (Cangas do Morrazo, Pontevedra)



No hay comentarios:

Publicar un comentario