PROFECÍAS AUTOCUMPLIDAS (2)
Portada del magazine rothschildiano de abril de este mismo año |
Las grandes catástrofes son también grandes oportunidades para los buitres profundos que manejan los hilos del poder financiero mundialista y para sus cipayos de la clase política de cada una de las naciones esclavizadas por ellos, mediante la deuda y el interés usurero. Así de claro nos lo dejaron durante la tristemente famosa plandemia de la OMS, y lo han vuelto a demostrar con la reciente gota fría, alias "dana", que ha asolado el Levante español. No podemos afirmar con rotundidad que este fenómeno de las inundaciones, nada inusual en esas zonas de España por cierto, aunque pocas veces con tan inusitadas consecuencias, se haya provocado o intensificado de manera artificial. Pero es un hecho que la manipulación del clima como arma de guerra interesa a las grandes potencias desde hace décadas y existen tecnologías para sembrar nubes y generar precipitaciones artificiales que han sido puestas en práctica en países como China, Israel o incluso nuestro vecino alauí.
Ahora bien, de lo que no cabe duda es que en este asunto ha habido tal negligencia por parte de nuestros gobernantes desde un principio, e incluso antes del principio, preparando el terreno para que sucediera un desastre de este calibre, que parece que haya sido planificado desde hace años. Toda esa política "ambientalista", auspiciada desde Bruselas, consistente en la demolición de presas, dejar de dragar los ríos o de limpiar las riberas, y de descuidar las infraestructuras, sólo podía servir para llevarnos a una hecatombe que, cómo no, se intenta atribuir ahora al cambio climático antropogénico.
Es el mismo mantra que se repite una y otra vez, y que nuestro presidente, el calentólogo Doctor Sánchez Castejón, no cesa de recordarnos: "el cambio climático mata". Resulta paradójico escuchar este discurso en los labios de aquel que por diversos motivos (gestión del Covid, complicidad con el estado de Israel y ahora desatención de la población durante una catástrofe) debería ser procesado y condenado por actos de genocidio.
Una campaña de manipulación psicológica, sólo comparable a la del Covid, se ha puesto en marcha, construyendo un "relato" gracias a las furcias de los medios de desinformación, con el objetivo de que cunda entre la población la Plandemia Climática. Se nos dice que las autoridades y el ejército se están volcando en ayudar a la población afectada, cuando en realidad son los vecinos y voluntarios los únicos que están dando el callo. Mientras tanto, todo se envuelve en una nube de humo, dando a entender que ha habido una mala gestión y coordinación entre los gobiernos central y autonómico, de la que se culpan unos a otros: que si Mazón, P. Sánchez, Teresa Rivera, Margarita Robles, Marlaska... Se trata de diluir responsabilidades y, como siempre, de trasladar la gresca al populacho, dividiéndolo en "izquierdas" y "derechas", con sus manifestaciones y contramanifestaciones, para así mantenerlo entretenido y enfrentado. Está claro que todos esos cargos públicos, y algunos más, son culpables en grado sumo, y también S.M. el Jefe Supremo de los Ejércitos (que no es capaz de mandar ni en su propia casa) porque todos sabían que esto podía suceder y han dejado que pasara. Y no lo han hecho por desidia o por incompetencia, sino a sabiendas, para que el relato del "clima cambiático" sea asumido por las masas, diluyendo así sus responsabilidades y para hacerlas recaer sobre la población en su conjunto. La Teresa Rivera esa ya lo ha insinuado con muy poco disimulo. En consecuencia, se nos va a vender que los estados van a tener que tomar medidas de control y de estabulación del personal, por el bien común.
Y de forma simultánea ya se está señalando a los enemigos a batir: aquellos que disientan del poder y a los que motejen de negacionistas, conspiranoicos y activistas de ultraderecha. Y las "víctimas" ya no son los que han muerto o han perdido sus casas o sus seres queridos, sino los gerifaltes que han ido a sacarse una foto y han salido trasquilados. La idea que bulle en la mente de estos psicópatas criminales es implantar cuanto antes la "emergencia climática", que incluirá confinamientos masivos, ciudades de quince minutos y restricciones de todo tipo, y que viene diseñada en la Agenda 2030, esa a la que se someten con gusto toda la piara de políticos de nuestro país, incluyendo al preparado de la Zarzuela. Además se busca la destrucción total de la agricultura en las zonas más fértiles de España, para que no podamos ser soberanos ni autosuficientes, ni siquiera en materia alimentaria, y tengamos que depender para siempre del globalismo y del pútrido sistema de la UE. Donde antes había cultivos o vivía gente quedarán muchos terrenos disponibles para poner las placas solares o para que puedan especular a sus anchas los buitres de Vanguard y de BlackRock.
Dejamos para el final una serie de apuntes que pueden tratarse de casualidades o de conspiranoias, pero que resultarán muy significativos para el que piense que detrás de todo esto se esconde un plan perfectamente calibrado. La marca Balenciaga, tan polémica por sus fotos de modelos infantiles en extrañas poses, realizó hace un par de años en París un desfile de zombis que aparecen embadurnados de barro, cual Rubén Gisbert, sorprendentemente profético. Para Netflix (otra franquicia del NOM) se grabó el año pasado una serie titulada "Respira" en la que asistimos en Valencia a una "gota fría agravada por el cambio climático". Cuán sagaz y clarividente resulta esta gentuza a veces. Y por último, el mismo día del desastre, y también por casualidad, La 1 de Televisión Espantosa tenía programada la película "2012", un filme americano de catástrofes climáticas vaticinadas por los mayas, entre sacrificio y sacrificio a Kukulkán. No sólo los furcios mediáticos no desprogramaron tal evento, sino que ni siquiera lo interrumpieron para informar sobre lo que estaba pasando en el Levante español.
Pero, claro está, todo esto no son más que conspiranoias y teorías sobre el "primado negativo" y demás zarandajas terraplanistas. Lo dice Maldita.es, y punto y pelota.
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