martes, 8 de marzo de 2022

            


Ya está aquí, ya llegó. Por fin estamos en Krieg. Los medios leales al "mundo libre" así nos lo cuentan, e insisten en que tal vez se trata de la última krieg, la definitiva krieg. Al parecer, y según esos mismos medios "independientes", los malvados rusos, que son unos fascistas, machistas y transófobos de tomo y lomo o unos comunistas recalcitrantes (dependiendo de que el medio sistémico en cuestión sea tirando a "progre" o tirando a "facha") se han vuelto locos de repente, y con su sanguinario Zar Vladimiro al frente, una especie de supervillano o un Hitler del siglo XXI, se han puesto a invadir Polonia... es decir, Ucrania. Y los occidentales debemos creer que esto es así, porque los medios oficiales y oficiosos nunca mienten, porque ellos son el Camino, la Verdad y la Vida y no nos cuentan fakes ni bulos ni tienen conflictos de intereses ni nada de nada. Y el que no se trague su historieta de buenos y malos es un negacionista y un bicho malo que merece que lo ninguneen, lo censuren y lo aplasten, claro que sí, faltaría más.
Por  otra parte, la opinión pública occidental (si es que tal cosa existe a estas alturas de la película) está tan sumamente anestesiada e idiotizada, y sumida en un estado de terror permanente, que se ha acostumbrado a que sean el Tío Sam y su brazo armado la OTAN los únicos que tienen la potestad para bombardear y arrasar al resto de los países del mundo cuando les viene en gana, aunque  siempre sea por una "buena causa". El que en estos momentos haya en curso unas 65 guerras activas, que simultáneamente al "operativo ruso" los israelíes hayan bombardeado Damasco, los saudíes hayan hecho lo mismo en el Yemen y los usakos hayan tirado sus petardos en Somalia, se consideran peccata minuta, y temas indignos de acaparar el foco mediático. 
No vamos a entrar a fondo a debatir sobre las causas del conflicto ucraniano, que ya dura ocho largos años, si ha habido provocación de los unos o injerencias imperialistas por parte de los otros. El caso es que, aparte de algunos neonazis y neoestalinistas vintage hay también mucho nariguden involucrado en todo esto, y demasiados magnates, de esos que cuando apoyan a Putín se les llama"oligarcas", y que cuando manejan a Zelenski o a Biden son llamados "filántropos". 
El grado de control al que, gracias a las nuevas tecnologías, nos están sometiendo los estados (y a través de ellos las megacorporaciones) en lo que llevamos de este siglo XXI, nos está inclinando cada vez más hacia posiciones libertarias, por decirlo así, y a  mostrar un rechazo creciente hacia otras posiciones que en el  pasado suscitaban nuestra simpatía, como pudieran ser los "totalitarismos alternativos" al realmente existente, al único realmente existente en estos momentos,  que es el totalitarismo del NOM.
Por eso, nos da a la nariz que algo de carnavalesco tiene todo este espectáculo bélico, en el que por desgracia está muriendo gente. 
Que "alguien" está aprovechando este zarpazo del oso Putin, que ya se veía venir, para darnos la puntilla, sembrar un nuevo pánico, esta vez a la guerra nuclear,  y arruinar las economías que no acabaron de salir de la profunda sima donde las hundió la famosa plandemia (esa  misma que, de momento, se ha evaporado por arte de birlibirloque del foco mediático). No sé hasta qué punto el  tan idolatrado por algunos Zar Vladimiro está en la pomada, aunque creo que no ha sido hasta ahora del todo ajeno, pese a las apariencias, a los manejos del Foro de Davos. Incluso creo que algo de todo esto ya aparecía en alguna portada de The Economist. Pero estoy seguro que "algunos" sí que van a salir pero que muy beneficiados de todo esto, y no van a ser precisamente los ucranianos, ni los rusos , ni los europeos en general.



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