CON LA CULTURA Y EL PUEBLO RUSOS
Retrato de Dostoievski, por Konstantin Vasiliev |
Ante la campaña intoxicadora que estamos sufriendo en el "mundo libre" acerca del conflicto ucraniano, que incluye la censura de los medios de comunicación rusos, la descarada rusofobia en los medios de manipulación masiva de aquí, la cancelación de la cultura rusa (prohibición de Tolstoi, desprogramación de Chaikovski, exclusión de Dostoievski...) e incluso las llamadas al odio y a la matanza de rusos en el Facebook e Instagram, en este blog no podemos permanecer indiferentes.
Sean cuales sean las razones del Zar Vladimiro (si está o no está dentro de los planes del Gran Reseteo, aunque todo parece indicar que se estaría produciendo una ruptura profunda de Rusia con el Globalismo anglosionista) y a pesar de que lamentamos el sufrimiento de una parte del pueblo ucraniano, nos parece inadmisible y hasta aberrante que se esté atacando a una cultura europea de primer orden como la rusa, por motivos meramente propagandísticos.
Ya esta bien de que nos acostumbren a los "dos minutos de odio" nuestros mandatarios orwellianos, como si fuéramos los perros de Paulov. Si en las últimas semanas el pánico a los virus se ha estado sustituyendo por el pánico a una tercera guerra mundial, ahora vemos como los mass-mierda están señalando como los nuevos "enemigos del pueblo", además de a los "negacionistas", no sólo a Putin sino a todos los rusos en general.
Supongo que los mandarines de la cultura woke y progre ya tenían ganas de cancelar a Dostoievski, después de haber arremetido contra Homero, Melville, Kipling, etc. En el Nuevo Orden Mundial sólo hay sitio para el rap, los videojuegos, las series de Netflix, y el arte-basura de la feria de Arco. Pues bien, desde aquí decimos que esa canalla criminal "occidental" pueden meterse por el orto sus Netflix, Disney, Spotify, KFC, McDonald's, Pizza Hut, Ikea, Amazon, CNN, BBC, Bloomber, etc., etc., etc. Y que sentimos una sana envidia de los rusos, que por fin se han podido librar de una vez por todas de esa morralla miserable.
Ojalá sea cierto lo que dice el patriarca de Moscú acerca del paladín Putin, que está librando una lucha espiritual contra los enemigos del cristianismo y de la humanidad, aunque no conviene tampoco hacerse demasiadas ilusiones en este sentido, que luego pasa lo que pasa (y al ejemplo más cercano de un Donald Trump me remito). Pero es que los mismos fabricantes de fakes y propagadores de bulos que antes nos hablaron de las armas de destrucción masiva de Sadam y de los bebés sacados de las incubadoras en Irak o de los ataques químicos de Bashar al Assad en Siria, pretenden ahora vendernos los supuestos crímenes de guerra del desalmado Putin. ¿Y hacia dónde miraban todos estos años, mientras se libraba una auténtica guerra civil en los territorios del este de Ucrania? ¿Por qué nunca denunciaron las atrocidades consentidas por el gobierno presidido por el comediante Zelenski, ese títere de los intereses de Washington y de Soros?
Son unos hipócritas al servicio del Foro de Davos, los mismos que están arruinando a las clases medias con la excusa de la "plandemia" y ahora también de la "guerra". Y nos tendrán siempre en frente para cantarles las cuarenta.
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