lunes, 3 de julio de 2017

RECORDANDO A IVÁN BILIBIN

Ilya Muromets y Solovei el Bandido

Como contrapunto a tanta aberración que hoy en día recibe el nombre de "arte", vamos a ser más positivos que de costumbre para adentrarnos en el fabuloso mundo de uno de los mejores artistas de la ilustración. Nos referimos al pintor y dibujante ruso Iván Yákovlevich Bilibin. Fue famoso en su tiempo por haber recreado en sus dibujos la atmósfera mágica de los cuentos populares de su país, algo parecido a lo que hizo Arthur Rackham en la Inglaterra victoriana, aunque con un estilo más épico y colorido que el del inglés. No es un artista lo suficientemente conocido en España, debido a la ignorancia que existe aquí sobre todo lo relacionado con la cultura eslava; por eso conviene difundir su obra entre el público aficionado al buen arte.



Peces Luminosos

Iván Bilibin nació en un suburbio de San Petersburgo el 16 de agosto de 1876. Su padre era médico, y se empeñó en que su hijo estudiara la carrera de Derecho, con el fin de apartarlo de su vocación artística. Iván se graduó finalmente en 1900 para cumplir este mandato paterno, pero nunca ejerció como hombre de leyes.
La obra del pintor Víctor Vasnetsov, que se encuadraba en un romanticismo inspirado en el folclore eslavo, le impactó decisivamente y le reafirmó en su carrera como artista. Aprendió en el taller del pintor y escultor Iliá Repin, y luego se trasladó a Múnich para completar su formación artística, que en su caso se orientó preferentemente hacia la ilustración y el diseño escénico.
En 1899 publicó sus primeros trabajos en una revista, Mir Ikusstva (Mundo del Arte) y poco después empezaría, por encargo de la Casa de la Moneda, la serie de ilustraciones que le hicieron famoso basadas en cuentos tradicionales rusos. Entre otros dibujaría Vasilisa, la bella; La hermana Alionushka y su hermanito Ivanushka; Fenist, el halcón; La princesa-rana; y algunos relatos de Pushkin como El Cuento sobre el Zar Saltán y El Gallito de oro


Cantar de las Huestes de Igor

Es entonces cuando sienta las bases de un estilo innovador, conocido como el "estilo Bilibin", basado en los motivos de los grabados populares, las antiguas miniaturas rusas y las tallas de madera de los campesinos. También, poco a poco, iría influyendo en él la estampa japonesa. Como principales aportaciones que lo distinguen de otros ilustradores contemporáneos está el empleo de la técnica de la acuarela, con la que conseguió resultados espectaculares, y el muy elaborado diseño de los márgenes de sus ilustraciones. Para Bilibin el dibujo era a la vez ilustración y ornamento, y se ha llegado a afirmar que fue gracias a él que la ilustración llegó a convertirse por fin en un arte individualizado.
En 1902 el Departamento Etnográfico del Museo Ruso le encargó viajar durante dos años al norte de Rusia para estudiar las artesanías populares y la arquitectura en madera anterior a la época del zar Pedro el Grande. El artista, fascinado por el folclore de su tierra, publicó el resultado de sus hallazgos en la monografía "La obra popular en el norte de Rusia" (1904). En esa época comenzó a trabajar en escenografías, diseñando los decorados para los ballets rusos como El Gallito de oro (1909) y Sadko (1914) de Rimsky-Korsakov; y Ruslan y Liudmila (1913) de Glinka.
También se vio envuelto en los procesos revolucionarios que sacudieron a su país. Durante la revolución de 1905 publicó algunas caricaturas satíricas contra el zar Nicolás II, como El asno Equus asinus al 1/20 del natural, que le valieron un apercibimiento administrativo. No obstante, no quiso implicarse en la Revolución de Octubre y optó por abandonar San Petersburgo y marcharse a Crimea. Desde allí viajó al extranjero, residiendo durante algún tiempo en Egipto (El Cairo y Alejandría). 

Ruslán y Liudmila
 
Por aquel entonces sobrevivió decorando mansiones privadas y los iconostasios de algunas iglesias ortodoxas. Al fin llegó establecerse en París en 1925, y allí empezó a triunfar como pintor, siendo el promotor del estilo conocido como "Le Russe". En 1936 recibió el encargo oficial de decorar la embajada soviética, con el monumental lienzo patriótico Mikula Selanínovich, y poco después decidió regresar de nuevo a la URSS, puesto que nunca había dejado de añorar la tierra de sus ancestros.
Durante su etapa soviética fue profesor de dibujo y diseño escénico en la Academia de las Artes de San Petersburgo (ahora Leningrado) donde impartió numerosas conferencias sobre arte y folclore rusos. Esta actividad académica la compatibilizó con su faceta como artista, y siguió trabajando hasta su muerte en múltiples proyectos. Estuvo diseñando los decorados para una película, cuyo rodaje se vio interrumpido por la guerra, El herrero coloso. También se dedicó a ilustrar una serie de "bilinas" (cantares de gesta o romances rusos de los siglos XI-XVI) y preparaba una gran exposición de su obra en Moscú.
Pero durante la invasión nazi de la URSS, la llamada Operación Barbarroja, Leningrado sufrió un durísimo asedio que duró más de 900 días. Muchos de los habitantes de la ciudad perecieron, víctimas de los bombardeos, el hambre y el frío. Entre ellos estaba Iván Bilibin, quien murió  durante el sitio el 7 de febrero de 1942, a los sesenta y seis años.



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