lunes, 17 de julio de 2017

EN LA MUERTE DE ILYA GLAZUNOV

"Invasión"

El pasado 9 de julio fallecía a los 87 años de edad,  en Moscú, el pintor más grande de la Rusia del siglo XX, y que me perdonen los Kandinsky, Malevitch y compañía. Me refiero a Ilya Glazunov, un patriota ruso que supo plasmar en sus lienzos la esencia del espíritu eslavo, con un estilo realista muy particular, que a veces llegaba a recordar al de los iconos de su tierra. Fue un artista envuelto en cierto halo de polémica, dado que aún gozando del respaldo oficial en la época soviética (y postsoviética) nunca ocultó sus simpatías por el tradicionalismo y la monarquía rusa, ni su temperamento religioso, que le llevó a plantearse en algún momento de su vida ingresar en un monasterio ortodoxo.  Desde España, tierra que este artista amó muy especialmente, es de rigor rendirle un merecido homenaje póstumo.


"Rurik"

Aunque el padre de Glazunov procedía de un linaje de la pequeña nobleza rusa, decidió permanecer en la URSS tras el triunfo de la revolución bolchevique, y desempeñar el trabajo de historiador. Pero él y su mujer fallecieron durante el asedio de Leningrado, pudiendo su hijo Ilya sobrevivir, teniendo de aquella 12 años, refugiándose en la aldea de Greblo, en Novgorod. Allí, en contacto con el mundo rural ruso, se le despertó su vocación artística. Cuando regresó a Leningrado estudió arte con el profesor Boris Ioganson, en el Instituto I. Repin de Pintura, Escultura y Arquitectura, y más tarde participa en el Concurso Internacional de jóvenes pintores en Praga, lo que le abre las puertas para su primera exposición en Moscú, en 1957.
Se casa con Nina Aleksandrovna, a la que retratará en múltiples ocasiones en sus lienzos, y realiza un primer viaje al extranjero a los 33 años a Italia. Más tarde se caracterizará por ser un artista muy viajero, a pesar de las restricciones de la época soviética.

"El príncipe Igor" (1962)

Glazunov empieza a ser protegido por las autoridades del Kremlin, que miran con buenos ojos su estilo realista, contrario al de Picasso y las vanguardias, y su predilección por los temas históricos y patrióticos, así como literarios (pintó muchos cuadros inspirados en la obra de Dostoievski). En 1980 se le nombra Artista del Pueblo de la URSS, y será fundador y rector de la Academia Rusa de Pintura, Escultura y Arquitectura. Pero nunca ocultó su oposición  a ciertas decisiones del régimen, y se le podría considerar un "disidente" sui generis. En los años 70 se opuso al plan general de restauración que amenazaba con arruinar el sitio histórico de Moscú. Consiguió reunir muchas firmas de personalidades de la cultura para presentar una carta de protesta al Politburó. Al final no sólo le hicieron caso y cancelaron el proyecto, sino que gracias a su iniciativa se constituyó un comité civil para supervisar otros planes de reconstrucción. También defendió la restauración de la catedral de Cristo Salvador, y fue cofundador de la Sociedad Rusa para la protección de los monumentos históricos y culturales.
  En 1978 desató cierta polémica por haber expuesto un cuadro titulado "El misterio del siglo XX", una especie de palimpsesto donde aparecían en revoltijo los retratos de Tólstoi, Nicolás II, Lenin, Marilyn Monroe, el ratón Mickey, Francisco Franco y Hitler. La obra se consideró una provocación y fue retirada. Sin embargo, por esa época entabló amistad con el embajador de  España en la URSS, Juan Antonio Samaranch, y éste le puso en contacto con los círculos diplomáticos, lloviéndole desde entonces los encargos de retratos de personalidades de todo el mundo. Esto le permitió salir de la URSS cuantas veces quiso, convirtiéndose en una especie de embajador cultural de la Unión Soviética.



"Rusia eterna" (1988)
Un país que le atraía mucho era España, su historia y su cultura. Admiraba a los patriotas españoles, que al igual que los rusos supieron pararle los pies a Napoleón. Le fascinaba la obra de Velázquez, Ribera y Zurbarán, la arquitectura monumental madrileña,  y (cosa curiosa) sentía un gran respeto por la figura de Franco. Decía que Rusia necesitaba de un hombre así... tal vez Vladimir Putin cubriera en los últimos años sus expectativas. Fue miembro de la Real Academia de las Artes de Madrid y Barcelona, y se encargó de decorar los salones de la embajada rusa en Madrid.

"Iván el Terrible"
Retrato de Fidel Castro

De su numerosa obra caben destacar los retratos que realizó a muchos personajes del pasado siglo, Indira Gandhi y Fidel Castro entre otros. Así como sus grandes telas de temática histórica, patriótica y religiosa. En "Rusia Eterna" (1988) se propuso reflejar su visión personal de la URSS. Otras obras destacables son "El gran experimento", "La ruina del Templo en la noche de Pascua", "La leyenda del Gran Inquisidor", "El aporte de los pueblos soviéticos a la cultura y civilización mundiales" (1980) y la alegoría crítica "El mercado de nuestra democracia" (1999). La mayor parte de estos cuadros se pueden contemplar en la Galería Glazunov de Moscú.
También escribió algunos libros, como su "Diario de Nicaragua", impresiones de su viaje a aquel país centroamericano, y "Rusia crucificada" en el que exhortaba a su pueblo al retorno a las raíces de la cultura rusa.


"El mercado de nuestra democracia (1999)

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