martes, 28 de abril de 2015

ALGO HUELE QUE APESTA EN EL A.C.

Advertimos que el desagradable contenido de este post pudiera herir la sensibilidad de alguno de nuestros lectores, ya que no en vano versa sobre el nefasto  A.C.("arte contemporáneo"). Pero creemos que  debe ser  publicado, porque hay manifestaciones como las que aquí aludimos que son muy significativas del ambiente "cultural" que se respira en nuestro tiempo. No dejaremos de denunciar esta clase de aberraciones, por muy nauseabundas que sean y  nos repugne hablar de ellas, porque la gente tiene derecho a conocer lo extendida que está esa pestilencia espiritual que hoy todo lo contamina. Está muy bien arremeter contra la intransigencia y predicar la tolerancia y el relativismo (esos valores sacrosantos de nuestra sociedad). Pero hay situaciones que exigen una respuesta enérgica, porque afectan a la higiene mental y la salud espiritual de todos. Así que, amado lector, si a pesar de mis advertencias, decides seguir adelante, será bajo tu responsabilidad. Y que, como siempre, cada cual saque sus propias conclusiones.


Siempre hemos sostenido en este blog la opinión de que, si no todo, sí gran parte de lo que se conoce como "arte contemporáneo" representa hoy en día  una gigantesca estafa, urdida por curadores (comisarios) y galeristas, con la complicidad de algunos críticos e historiadores del arte mercenarios,  consistente en dar de comulgar al público con ruedas de molino, y hacerle creer que lo negro es blanco y lo blanco es negro. El resultado final que se pretende es establecer que puede ser arte cualquier cosa, cualquier ocurrencia por más disparatada que esta sea (cuanto más disparatada, mejor). Normalmente, los críticos suelen intentar convencernos de lo trascendentales que son las "obras de arte" conceptuales, apelando a cualquier pedantería pseudofilosófica o metafísica, como por ejemplo la teoría esotérica de que basta que un "artista" decida que un objeto cualquiera (un ready made) es "arte" para que efectivamente lo sea, entrando a formar parte de un universo mágico. Así, en la última feria de ARCO pudimos ver como alguien presentaba un vaso de agua medio lleno, que llegó a valorarse en 20.000 euros.
Ideas absurdas e irracionales de este tipo fueron las que avalaron el "trabajo" de Marcel Duchamp, quien escogía un urinario de los fabricados en serie, por ejemplo, y tras estampar en él su firma lo transformaba en una "fuente". Aquí ya empezamos a ver la obsesión que tenía esta gente con el culo y la caca, cosa que ha ido en aumento con el paso de los años. El "arte" contemporáneo está aquejado no de infantilismo, como algunos piensan, sino de Alzheimer, ya que le afecta la misma coprofilia que en su fase terminal sufren las desdichadas personas que tienen esta terrible patología. Claro que el discurso de muchos de sus cultivadores no va más allá del conocido "caca, culo, pedo y pis" de un niño de tres años, con la diferencia de que estos payasos pretenden hacer pasar sus "gracias" por genialidades artísticas y que sean recompensadas con alguna subvención. Ellos pueden citar algunos ejemplos ilustres en los anales (nunca mejor dicho) del conceptualismo: el ya citado Duchamp o Piero Manzoni (el de las latas de "merda de artista"), y así justificar sus aberraciones y atropellos contra el buen gusto y el decoro. Vamos a comentar un par de casos recientes, en plan botón de muestra, y no comentamos más por no mortificar al sufrido lector.

El pasado mes de febrero se podía leer en la prensa como un par de "mujeres-artistas" de esas, que podemos considerar como prototipos de la feminidad contemporánea, fueron censuradas (¡incalificable! ¡qué ultraje a la libertad de expresión!)) por el Museo Nacional de Ciencias Naturales, que previamente las había contratado para realizar una performance. Esta pretendía ser el momento culminante de una exposición (Excreta) que el museo dedicaba a la mierda, y que consistía por lo visto en que las dos señoritas defecaran en los jardines del museo. Lo que echó para atrás este "poético" proyecto es que ambas damiselas iban a plantar su pino en el Monumento a la Constitución de 1978 que se encuentra en esos jardines (¡vaya sacrilegio!)... Tal vez si lo hubieran hecho debajo de un cruceiro hubieramos podido todos disfrutar del escatológico espectáculo. Es una lástima que todavía tengamos prejuicios y residuos franquistas  en nuestra sociedad, como muy justamente se quejaba una de las censuradas. En el enlace de abajo se puede leer la noticia a la que aludimos:

http://www.periodistadigital.com/ciencia/educacion/2015/02/15/museo-ciencias-naturales-corcuera-monumento-constitucion-caca.shtml

Otro caso es el de ese otro genial "artista" contemporáneo, que dedicó su bella exposición a otra de las obsesiones que abundan tanto en este y otros mundillos. "A.C." en estado puro le llamo yo a esto. Sobran los comentarios:

http://bloguisimo.com/exposicion-de-arte-ojo-del-culo/

 Este es el arte enfermo de una sociedad enferma, la misma que genera la proliferación de cargos públicos afectados de cleptomanía compulsiva, los tiernos psicokillers de segundo de la ESO, o los tarados que estrellan aviones de pasajeros por venganza o frustración. A veces a uno le entran ganas de que nos invadan de una vez los musulmanes de nuevo (cosa que ocurrirá a todas luces tarde o temprano, ya que la demografía manda) . Pero no por los motivos que los islamófilos como Juan Goytisolo se imaginan, sino porque en el temple de la lucha de otros ocho siglos de reconquista  pudieramos redimirnos y encontrar la regeneración que tanto necesitamos. La esperanza es lo último que se pierde

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