martes, 16 de mayo de 2023

ARTE SATANISTA PARA  EURODIPUTADOS 

Cuadro de Lena Birgitta Cronqvist

Por si no fuera suficiente con el festival/aquelarre de Eurovisión para comprobar cuán bajo ha caído esta Europa siniestra, de mercachifles y adoradores de Belcebú que tenemos, vayamos de visita al Parlamento Europeo de Bruselas para ver con qué clase de arte degenerado se deleitan nuestros próceres comunitarios.

 Como cabía esperar, el arte que se exhibe en sus instalaciones es tan abominable como las entrañas de esa chusma apoltronada que engorda gracias a nuestros tributos, formando una casta parasitaria a parte, ajena por completo a los problemas de la gente que los mantiene en sus sillones, que son muchos y crecientes.

 Sólo tendrían que salir un poco de su torre de marfil y darse un garbeo por las cada vez más numerosas no-go zones de las principales capitales europeas, como el barrio bruselense de Molenbeek; o presenciar alguna tractorada organizada por los ganaderos holandeses, para enterarse de lo mal que está pintando la cosa. Pero no se inquieten sus señorías, la suerte que corran los europeos se la trae al pairo a esta gentuza indecente, a la que sólo le preocupa asegurar su propio bienestar. Al fin y al cabo la UE no es más que un invento de los yankees para controlar sus dominios en el viejo continente tras la Segunda Guerra Mundial e implementar las políticas progres que emanan de las organizaciones globalistas. 

Ahora lo que se lleva es la Agenda 2030 que impone el Foro de Davos, que entre otras cosas procura el decrecimiento de la población nativa europea mediante el aborto, la eutanasia y el movimiento LGTB... plus. Con experimentos como el de  la reciente "alerta sanitaria," han visto lo fácil que resulta que el pueblo acepte toda clase de abusos, restricciones y políticas dictatoriales, siempre que se apele por parte de los gobernantes, medios de comunicación, etc. al bien común, a la salud y la seguridad o a "salvar el planeta". Y así nos van acostumbrando a la siguiente fase de su hoja de ruta, que muy probablemente consistirá en una apocalíptica "alerta climática".

Recientemente se han expuesto en el llamado Parlamento Europeo las obras de la pintora sueca Lena Birgitta Cronqvist, una "artista-mujer" (eso ya se considera todo un mérito por sí mismo, en estos tiempos de homomatriarcado-trans occidental) algo veterana y algo guillada de la cabeza también, con cierta predilección por los temas macabras en los que aparecen personajes espachurrando bebés, maltratándolos cortándolos en pedazos, etc. Desconozco qué clase de trauma infantil sufrió esta señora, aunque formando parte de una sociedad tan desquiciada y enfermiza como la sueca no me extrañaría cualquier cosa. Lo que está claro es que su estética encaja a la perfección con los gustos depravados de la peña bruselense, en la que hay no pocos partidarios de la "autonomía sexual de los niños", un eufemismo para referirse a la pederastia pura y dura.

Otra exposición de parecida índole en la misma sede acoge este mes de mayo las fotografías de la también sueca y, cómo no,  activista LGTBetc Elisabeth Ohlson. Constituye la típica muestra de "cultura de la diversidad y la inclusividad", a favor de la inmigración masiva y con su puntito de polémica, basada en la blasfemia anticristiana de rigor. En una de las imágenes expuestas allí , por ejemplo, puede verse a un personaje parecido a Jesucristo, nimbado con las estrellas de la bandera de la UE y  rodeado de fans y adoradores gays con indumentaria sadomaso. Es decir, que mientras va creciendo la Media Luna en Europa, algunos se dedican a demoler lo poco que queda del cristianismo, con el aplauso y jolgorio de los masonazos de la Troika.

Pero qué se puede esperar si la propia Iglesia católica bergogliana, tan "liberal" ella, organiza exposiciones como la de la Iglesia de San Pablo de Manhattan con obras de une artiste de nombre muy raro que pretende convencer al público de feligreses que acude a la parroquia de que "Dios es trans".

Ojalá algún día las hordas bárbaras de Putin arrasen con toda esta inmensa escombrera que es ahora la Europa occidental. Y que no dejen piedra sobre piedra de todas sus abominables instituciones. Que pasen a cuchillo, si es necesario, a sus potentados y gerifaltes. Y lo que pueden hacer con sus artistas contemporáneos, se lo dejo a libre imaginación del lector.


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