viernes, 31 de mayo de 2024

 HERGÉ Y ESPAÑA


Se sabe que Hergé estuvo varias veces en su juventud en España, cuando aún no era muy viajero. Como scout estuvo en el Valle de Arán en 1923. Más tarde en 1931 estuvo haciendo camping itinerante con sus  amigos José De Launoit y Philippe Gérard. Cruzaron a pie los puertos pirenaicos y atravesaron los valles. Luego llegaron hasta Zaragoza y a Madrid, donde visitaron el Museo del Prado e incluso vieron una corrida de toros en Las Ventas. Desde allí le escribió varias cartas a su esposa Germaine llenas de dibujos de las cosas que más llamaban su atención: edificios, paisajes, personajes pintorescos, etc. Por ejemplo, ahí esta ese tricornio que años después pudo haber inspirado al que aparece en el cartel de la película Tintín y las naranjas azules
Y parece ser que en 1933 estuvo una tercera vez en nuestro país, acompañado de Germaine, José De Launoit y Alice Devos, acampando en el valle de Arán y llegando a pie desde Toulouse.

Carta desde Zaragoza del 10 de septiembre de 1931

La película Tintín y las naranjas azules de 1964, dirigida por Philippe Condroyer y protagonizada por Jean-Pierre Talbot, contó entre sus guionistas con René Goscinny, el padre de Astérix. Hergé intervino muy poco en ella, porque tenía sus tiras y aflojas con la productora. La acción transcurre en Valencia, donde Tintín y sus amigos visitan a un colega de Tornasol, el profesor Zalamea, un científico que ha creado un prototipo de naranja milagrosa, capaz de crecer en el desierto y que podría remediar el problema del hambre en el mundo. Una banda de facinerosos al servicio de un emir secuestrará a los dos científicos, para usar en su propio beneficio el descubrimiento del profesor Zalamea. Tintín, el Capitán Haddock y un grupo de niños españoles lograrán liberar por fin a los dos sabios despistados de sus captores. Se rodó en diversas localidades valencianas, como Gandía, Játiva, los Silos de Burjassot y Beniopa.  La película no funcionó nada bien en taquilla y estaba llena de topicazos, a base de toros, flamenco y demás. 



El conocimiento de las aventuras de Tintín por parte de la mayoría del público español no se produjo hasta mediados de los años 50, en que Casterman publicó directamente un par de historias del personaje traducidas a nuestro idioma, sin mucho éxito. Más tarde, en 1958, sería la Editorial Juventud la que tendría la exclusiva de la publicación de Tintín para los lectores de habla hispana, logrando que se afianzara poco a poco entre nosotros. Todo se debió a la apuesta personal de la editora Conchita Cendreda frente a la postura más bien escéptica de sus colegas del ramo. Por último, en la década de los 80 se produjo un espectacular boom en nuestro país, cuyas consecuencias perduran hasta nuestros días...

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