miércoles, 31 de julio de 2024

 LOS JUEGOS DEL APOCALIPSIS

Detalle de "Los Jinetes del Apocalipsis" (1943) por Werner Peiner

O de la Agenda 2030, que tanto monta. No nos dejan más remedio que comentar una vez más sus abominaciones. Los Juegos Olímpicos "más inclusivos de la historia" son los que pretenden acabar definitivamente con el deporte, deconstruyéndolo para ponerlo al servicio de la ideología woke, tal y como se ha podido ver en la esperpéntica ceremonia de apertura de la que todo el mundo habla. Aunque las reacciones adversas hayan sido numerosas, y hayan venido de muchos frentes distintos, logrando las "disculpas" oficiales del COI y hasta la eliminación de vídeos y pruebas, el mal ya está hecho y el virus de la putrefacción ya ha sido inoculado: Solve et coagula
Si la corrupción durante décadas del COI no fuera suficiente para arruinar el espíritu olímpico ("amistad, respeto y excelencia") que animó otrora al barón de Coubertin, esta última edición de los Juegos le acaba de asestar la puntilla final. Aunque las "atletas trans" como Lia Thomas no hayan podido competir esta vez, pese a lo que estaba previsto en un principio, la comunidad del orgullo ha sido resarcida con creces, estando representada hasta por tres drag queens que han portado la antorcha olímpica, incluido el recorrido final por París. Aparte de esta ofensa hacia las auténticas mujeres deportistas, hay que anotar además la dieta vegana a la que están sometiendo a los atletas de alto rendimiento, los continuos robos que tiene que sufrir a manos de los "nuevos parisinos" o que algunas competiciones se tengan que realizar por narices en las contaminadas aguas del río Sena. Por encima de todo, la ideología prevalece y lo que se desea visibilizar es a los colectivos trans y negro, es decir el wokismo en todo su esplendor, que es la moda del final de los tiempos para Europa.

Ceremonia del túnel de San Gotardo (2016)

Que el COI haya decidido que la Nueva Francia globalista, presidida por el agente masónico y sionista, perdedor de las últimas elecciones, Emmanuel Macron esté organizando estas Olimpiadas de 2024, sólo puede explicarse porque estas instituciones están más putrefactas que las aguas del propio Sena. Como ya se vio en la final de la Champions de 2022, no es una buena idea escoger el barrio de Saint Denis, una banlieue descontrolada transformada en un gueto africano donde actúan a sus anchas las bandas étnicas, como escenario para competiciones deportistas tan multitudinarias como estas. Por si fuera poco, también otras ciudades no menos conflictivas como Tolouse o Marsella van a acoger algunas de las competiciones. Así que lo más probable es que surjan "incidentes" que empañen todavía más la nefasta imagen internacional que ya está proyectando el país anfitrión. 

Olimpiadas de Londres de 2012


El mensaje de debilidad y de decadencia que se está transmitiendo a los que aspiran a granreemplazarnos, no puede ser más palpable, después de asistir a ese circo de los horrores que fue la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos. Como cabía esperar, nada faltó en ese aquelarre de Sodoma: drag queens a porrillo danzando junto con menores de edad, una "lesbiana, gorda, judía y queer" haciendo de Jesucristo en una parodia de la pintura de la Última Cena de Leonardo da Vinci, un extraño hibrido de Papá Pitufo y Dionisos cantando desafinado... hasta una María Antonieta trans y decapitada, que también se puso a cantar. Lo de "El festín de los dioses", un cuadro muy desconocido por lo demás, es algo que ya tenían preparado para desactivar a los críticos, porque la mayoría del público reconoció en aquel espectáculo un show blasfemo. 
En definitiva, además de la ofensa gratuita y sin sentido hacia los creyentes cristianos y de otras religiones, se ha ofrecido un espectáculo de exaltación de la fealdad y  de lo insano en una ciudad que antaño pasaba por ser la capital de las Artes y de la Cultura. 
Esta es la degradación de la Europa de nuestros días, un auténtico lodazal donde cada vez son más frecuentes esta clase de "extrañas ceremonias", como ya se comprobó en las Olimpiadas de Londres de 2012, en la inauguración del túnel de San Gotardo de 2016 o en los Juegos de la Commonwealth de 2022. En París también se pudo ver, rindiendo homenaje a la cabeza de un toro muy similar al ídolo Moloch, a un siniestro jinete pálido, como el que aparece citado el libro del Apocalipsis llevando un arco sin flecha y una corona, y que simboliza según ciertos exégetas al Anticristo. Quizás se haya querido aludir a los deseos de Netanyahu y de la secta Jabad-Lubavitch de entronizar muy pronto un rey en Sión.

Juegos de la Commonwealth 2022

Lo que está claro es que el responsable y organizador de esta patochada, el dramaturgo queer Thomas Jolly, ha procurado satisfacer al máximo los retorcidos gustos de sus patrocinadores, entre los que se encuentran por cierto las grandes industrias farmacéuticas, que es lo mismo que decir el Fondo BlackRock. Y de paso a los que desde sus Foros quieren imponer a cualquier precio esa infame Agenda 2030. 
El único camino que nos queda a los que no tragamos con esta basura es el boicot a los aborrecibles Juegos de Sodoma y Gomorra. Ya se han pronunciado algunos como el filósofo Alexander Dugin, que apela a la destrucción de este "occidente satánico", que cancela a Rusia mientras admite que Israel pueda competir en las Olimpiadas tras haber masacrado a los atletas palestinos. Otra voz  que se ha alzado entre los católicos ha sido la del valiente arzobispo Viganò, excomulgado por haber denunciado en su día los abusos de McCarrick, el colega de Jorge Bergoglio. Este último no se ha pronunciado ni se le espera, estando como está al cien por cien de acuerdo con la agenda transhumanista y ecosostenible (firmando con Lady Rothschild por un capitalismo inclusivo).

París 2024

Post scriptum: A medida que avanza esta olimpiada de los horrores, hay que ir corregiendo sobre la marcha. Ya se ha consumado la deconstrucción queer del deporte, al permitir el COI que varios machirulos con toda la barba y el paquete se declaren "intersexuales", para sacudir a placer a las mujeres en las competiciones de boxeo. Y más cosas veredes, que todavía queda mucho para llegar a la clausura...

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