jueves, 27 de marzo de 2025

 


LO MÍTICO

"Sólo se entiende el tiempo mítico cuando se tiene claro que aquí el individuo aislado no ha aparecido aún. En la convicción no viven pensamientos individuales y voluntades individuales, sino el cumplimiento  de órdenes nacionales. Su naturaleza no sólo está colmada de dioses, sino también de las almas de los muertos.  Rodeados por los espíritus de ancestros, que se esfuerzan en revivir en sus nietos, marchan los germanos al combate. Cada uno, acompañado por los númenes y por las valquirias, se sabe, ya con cuerpo vivo, ser inmortal, miembro de una columna sobrenatural conducida por los dioses, que anda  rugiendo en los sucesos de la atmósfera. Todavía posee la facultad de ver a los héroes muertos en las cercanías de la colina sepulcral como visión luminosa. Toda la vida es un drama de espíritus dentro de la cual están unidos lo vivo y lo muerto.

"Tras "mítico" y "mito" debemos ver revelaciones de un pasado lejano, en que el hombre fue directamente entregado a la superioridad de un mundo divino. Querámoslo o no, hoy permanecemos alejados de todo lo mítico. El campo del hombre moderno son las ciencias naturales, lo técnico y el modo de considerar la historia que mira los acontecimientos superficiales y a los "dioses" como superstición. La cristiandad clerical fue, desde este punto de vista, no menos intelectualista que las modernas ciencias naturales. La mística es inseparable de la revelación de los poderes divinos. Éstos nos son hoy secretos. El hombre moderno no vive en inspiración cósmica, sino que piensa y actúa fuera de sí mismo dentro de un mundo de cosas.

"El mito tampoco tiene que ver con la "creencia" ni con la "profesión de fe". Toda creencia será mucho más necesaria sólo cuando la existencia de los dioses se eclipse y el hombre deba añorar lo perdido en el alma, la creencia y la confianza. Si nosotros reconociéramos el mítico mundo de los dioses y en él las raíces de las nacionalidades como lo que son, entonces estaría de más toda consideración externa. El mítico mundo de los dioses de ninguna manera es un producto poético de los hombres; el hombre, mucho más, es un producto de los dioses actuales..."

Otto Rahn, "La Corte de Lucifer"

martes, 18 de marzo de 2025

 "HOMBRE": EL MATADERO AL QUE NOS ESTÁN LLEVANDO

Dibujo de José Ortiz

A finales de los años 70 del pasado siglo, comenzó a publicarse en España un cómic bastante singular, alumbrado por dos colosos de la historieta de nuestro país: el dibujante José Ortiz y el guionista Antonio Segura. Leyendo esta serie nos trasladamos a un futuro distópico en el que el espejismo del progreso indefinido y del estado del bienestar ha acabado por colapsar y  desvanecerse del todo,  para dejar paso a un panorama dantesco y deshumanizado que campa entre los escombros, y en el que rige la ley de la selva y el "aquí sálvese quien pueda" y, por lo tanto,  la supervivencia del más hijo de puta. 
Tras la devastación provocada por las sucesivas crisis económicas y las guerras subsiguientes, las ventajas de la civilización y los avances tecnológicos han ido desapareciendo por completo o han quedado en manos de unos pocos, y la mayoría de la población ha quedado a su suerte, confinada a la fuerza entre las ruinas de las grandes ciudades. Hay ejércitos privados con órdenes de disparar a matar y de impedir a toda costa que la gente del común huya al campo, según se dice porque si lo hicieran de forma descontrolada arrasarían las zonas agrícolas. Pero eso no es más que un ardid para engañar y proseguir con el exterminio de aquellos que mientras tanto, privados de todo lo básico,  malviven alimentándose de las ratas que encuentran entre las basuras y organizándose en pequeñas bandas que a menudo se combaten entre sí por apoderarse de los despojos. En definitiva,  estamos ante el sueño húmedo de un libertario antiestatista cualquiera convertido en realidad. 
El protagonista de estas historias, llamado simplemente "Hombre", no es un héroe al uso ni tampoco exactamente un antihéroe, ya que se trata de un superviviente solitario, cínico y pesimista, que a menudo tiene que emplear la violencia para salir adelante. No hay lugar para sentimentalismos, ni siquiera para humanitarismos en el mundo en el que le ha tocado vivir a "Hombre".
Algunos han querido establecer paralelismos entre este cómic y los westerns crepusculares de Sergio Leone o las películas de Mad Max, pero en comparación los relatos de Antonio Segura son sin duda mucho más realistas, espeluznantes y despiadados que sus equivalentes cinematográficos, y eso se ve enfatizado aún más si cabe por el trazo oscuro y magistral de José Ortiz.
Precisamente en este mes de marzo en que hemos podido recordar tantas cosas (ah, la memoria histórica!) como que se haya cumplido ya un lustro de la plandemia (blanqueando los medios oficiales a sus principales responsables) el 11-M (desdibujado por el paso de los años y el interés por ocultar su verdadera autoría) y todavía con el recuerdo fresco del desastre ocurrido en Valencia, y con nuevas emergencias en el horizonte como la armamentística, es tiempo de reflexionar hacia dónde están llevando a nuestro país y a Europa  estos que dicen ser sus dirigentes. Vemos como a la población se la aterroriza, se la pauperiza,  se la envenena, se la sustituye , se la extermina o se la abandona a su suerte... ¿No es acaso un panorama que cada día se parece más al que aparecía prefigurado en las terribles páginas de "Hombre"?


Dibujo de José Ortiz


lunes, 3 de marzo de 2025

 FANTASÍA WAGNERIANA


Nos complace presentar un nuevo vídeo del canal de YouTube de Dagga Ramba. Esta vez se trata de un ensayo, algo rudimentario lo reconozco, de una película de animación, empleando unas herramientas tan sencillas como las que proporciona Google: el programa Paint 3D y el Microsoft Clipchamp. Parece mentira la cantidad de dibujos que hay que hacer para apenas tres minutos de animación. He intentado sacarle el mayor partido posible al ritmo y temporalización de los frames y al juego de las transiciones para lograr ciertos efectos cinéticos.
Espero que los muy wagnerianos no se sientan ofendidos por mi osadía al utilizar una partitura del genial Richard Wagner para hacer esta clase de experimento. Si no alcanza el nivel satisfactorio que hubiera sido de desear no ha sido, desde luego, por culpa del acompañamiento musical, que no podía haber sido mejor, tratándose nada menos que del preludio del acto III del Lohengrin, dirigido por la sabia batuta del eximio Herbert von Karajan. 
Las escenas, inspiradas muy libremente por esa música, se enmarcan en el género de la fantasía heroica, tan afín a las óperas wagnerianas, aunque sin entrar en cuestiones de carácter morrocotudo como el mito del Grial, que hubiera sido muy vano por mi parte haberlo incluido aquí también.
Espero que el público seguidor sea indulgentes con esta enésima trapacería de un humilde amanuense gráfico.



 CARNAVAL CANÍBAL

Dibujo de Francisco Ibáñez


No sé por qué será, pero la llegada del festivo carnaval siempre me ha traído a la cabeza la inminencia de algo terrible, como si compartiera de algún modo las aprensiones y el espantoso trauma del pintor Gutiérrez Solana. Quizás sea porque muy a menudo y de un modo inexorable, acostumbro a contraer por estas fechas en las que el tiempo es más falso que Perro Cáncer, algún catarro o síntoma gripal, y esta vez se me ha agarrado uno especialmente contumaz en la garganta que me la ha dejado hecha polvo, apagando con dramatismo el sonido de mis cuerdas vocales. Espero que se trate de un episodio temporal, que pueda resolverse en breve mediante la administración de generosas dosis de miel con limón, porque no me gustaría acabar el resto de mis días hablando con voz castrati de falsete. 
Otro motivo por el que el tan popular y aparentemente transgresor carnaval me parece una castaña insufrible, es que produce no poca vergüenza ajena el ver a tanta gente adulta haciendo el gilipollas, con la que está cayendo, yendo disfrazada por la calle de Super Mario Bros o de la muñeca Barbie. Además, el carnaval moderno y urbanita, que poco tiene que ver con los brutales entruejos de nuestros antepasados, con su salvajismo rural y en los que había carta blanca para dar rienda suelta a los más bajos instintos, está desde hace unos cuantos años demasiado teñido por los colores del arcoíris, a la vez que por lo necrófilo. Valga decir que al igual que buena parte de los eventos del calendario festivo/reivindicativo contemporáneo. A veces no hay manera de distinguir si nos encontramos ante una chirigota de carnaval, la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos, la gala de los Goya, la carroza del día del orgullo guay, las comparsas del jalogüín o las almas en pena del chocho-eme; todo  tiene el mismo aire entre lo festivo y lo macabro.
Esta debe ser la razón de por qué se fomenta tanto desde los centros educativos y los institutos de secundaria que los alumnos y profesores acudan disfrazados de payasos a las aulas; aparte de promover la infantilización cretinizante a todos los niveles, se trata de implementar una agenda muy concreta.
Para algunos la etimología  de la palabra "carnaval" procede del "carro naval" o Nave de Isis de alguna antigua celebración romana. Para otros es el "carne vale" o "adiós a la carne" que precede a la cuaresma. Las sectas evangélicas prefieren la interpretación, sacada de la manga como es su  costumbre,  de "carne para Baal", sacrificios para la deidad sanguinaria de los cananeos (que con ligeros matices era la misma que la de los israelitas, por cierto).
A mí siempre me ha sonado más la cosa a "caníbal", siendo curioso además que el carnaval goza de mucha popularidad entre los afrodescendientes y otros grupos afines. Y tal vez a la dieta antropófaga estemos avocados en un futuro no muy lejano, para complementar nuestras raciones alimenticias de insectos y de larvas aprobadas por las autoridades sanitarias de la Unión Europea.